Por. Saraí Aguilar
El 1 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Tercera Edad. Y si bien una vida más larga debería implicar una mayor oportunidad de gozar oportunidades de desarrollo y de experiencias placenteras, eso no sucede para la mayoría.
Se dice hasta el cansancio que el mundo es de los jóvenes, un lugar común que poco a poco deja de corresponderse con las cifras. De acuerdo con datos del Banco Mundial, en 2019 las personas de 65 años de edad o más representaban el 9.10% de la población mundial. Este porcentaje casi se ha duplicado en las últimas seis décadas, puesto que en 1960 éste no alcanzaba el 5%. En números absolutos, este grupo de edad ha pasado de 150 millones en 1960 a 697 millones en 2019 (Statista).
De acuerdo con el portal de Naciones Unidas, en 2020 el número de personas de 60 años o más superaría al de niños menores de 5 años. No obstante, con la pandemia esta predicción se pudo ver alterada. Lo que sí se prevé durante las próximas tres décadas es que el número de personas mayores en todo el mundo se duplique, llegando a más de mil 500 millones en 2050, y el 80% de ellas vivirá en países de ingresos bajos y medianos.
Y si ya era gris el panorama, el COVID sólo derramó la gota y nos hizo voltear a ver lo que estaba frente a nosotros. Hace un año António Guterres, secretario general de la ONU, mencionó “el gravísimo y desproporcionado impacto que la pandemia ha tenido en las personas de edad de todo el mundo, no solo en lo tocante a su salud, sino también a sus derechos y su bienestar”.
México no ha sido la excepción. Aunque se quiera vender la idea en el discurso oficial de que somos un país “de familia” donde las hijas atienden a los padres, solo en la CDMX durante 2020, el Instituto para el Envejecimiento Digno (INED) recibió 825 denuncias de violencia en contra de adultos mayores tan solo en 2020, según informó Almudena Ocejo Rojo, titular de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (Sibiso).
La titular de la Sibiso detalló que el 32% de estos casos fueron denuncias y atenciones por violencia psicoemocional; otro 31% corresponde a denuncias por violencia patrimonial y económica; 27%, por omisión de cuidados y un 9% fueron denuncias por agresiones físicas (Expansión Política).
Asimismo, en México, señala Graciela Casas Torres, coordinadora del Centro de Investigación y Estudios de Trabajo Social en Gerontología de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), los últimos reportes del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia refieren que aproximadamente 16% de personas mayores han sido sometidas a alguna forma de abuso, aunque existe un subregistro porque no todos los afectados denuncian (DGCS, UNAM, 2021)
Para la doctora Marisa Vivaldo, existen como siempre condiciones que agravan la condición de la tercera edad: “ser mujer, indígena, afromexicana, vivir en pobreza, ser migrante, desplazada, padecer alguna enfermedad, tener alguna discapacidad, condición mental como la demencia, preferencia sexual distinta a la heterosexual, entre otras, ocasiona que se acumulen vulnerabilidades y se profundicen las desigualdades”.
Al parecer nos cegamos diciendo que la lucha es por las que vienen detrás de nosotras, cuando hemos dejado de lado a las que han peleado la batalla y hoy son relegadas.