Trascendió - Mujer es Más -

Trascendió

Por. Rodrigo Llanes

Trascendió que a pesar de que en Palacio el tlatoani Motecuhzoma ha esparcido la noticia de que han llegado unos dioses a las costas del mar de oriente, y que dice que quizás viene Quetzalcóatl a su esperado regreso a la vida humana de los mexicas, los visitantes en realidad son humanos. O por lo menos eso se piensa por la forma voraz de comer tortillas con guajolote.

Que el tlatoani ha enviado mensajeros a entrevistarse con los extraños.

Que por las imágenes estampadas en cuero de venado que se hicieron de los extraños, y a los que esta redacción tuvo acceso, llegaron en unas casas flotantes amplias.

Y traen animales, unos como venados que se acoplan con estos güeros.

Y que les ofrecieron sacrifico. Pero para enterarse de todo lea la nota completa.

Reportan nuestras fuentes que todos los extraños que han llegado a la costa oriente de la Anáhuac se mantienen en una especie de calpulcalli donde duermen y al parecer comen. Pero tienen pocos alimentos, son muchos y les urge encontrar cómo conseguir comida.

Motecuhzoma desde Palacio insiste en que son los dioses quienes han dispuesto la llegada de estos extraños. E incluso se ha dispersado la especie de que quizás son dioses. El Rasputin de Palacio ha emitido un memorándum que ratifica la posición del Ejecutivo de ir por ellos para negociar las distintas posibilidades.

Pero los sacerdotes le han exigido aplicar el protocolo de divinidades. Pues la alimentación divina es diferente de la humana. Así que han solicitado el servicio a un poblado cercano para ejecutar “cautivos con que les hicieran sacrificio: quien sabe si quisieran beber su sangre. (…)” Cuál fue la sorpresa que “cuando ellos [los extranjeros] vieron aquello sintieron mucho asco, escupieron, se restregaban las pestañas; cerraban los ojos, movían la cabeza. Y la comida que estaba manchada de sangre, la desecharon con náusea.”[1] Dicen que en el gabinete confirmaron que los extranjeros que no son dioses. Pero el tlatoani insiste en el misterio. Y hasta ha enviado otros presentes.

Pero por las cochinas dudas pidió a sus mensajeros indagar lo qué comían de su parte. Él “maravillose de la comida de los españoles”[2]. Pues sus mensajeros le dijeron: “son como alimentos humanos: grandes, blancos, no pesados, cual si fueran de paja. Cual madera de caña de maíz, y como de médula de caña de maíz es su sabor. Un poco dulces, un poco como enmielados: se comen como miel, son comida dulce.” Los extraños le llaman bizcocho en su lengua.

El Ejecutivo ha decidido enviar a la secretaria del buen comer para “tener a su cargo todo lo que les fuera menester [a los españoles] de cosas de comer: gallinas de la tierra, huevos de éstas, tortillas blancas. Y todo lo que aquellos pidieran, o con que su corazón quedara satisfecho. Que los vieran bien.” [3]

Dicen que los caciques tributarios han copiado la hospitalidad del tlatoani y a su vez mandan alimentos humanos. Pero al final de la comida se sientan a la mesa con los extraños quejándose de Motecuhzoma y sus gobernadores, diciéndole al líder de ellos que “les tiene tan apremiados que no osan hacer sino lo que les manda”[4].

Amenazan con venir a México Tenochtitlan.


[1] Sahagún, Bernardino (fray). Historia general de las cosas de la Nueva España. México. Porrúa. 1989. p.766.

[2] ibid. p.728.

[3] Ibid.,  p. 766.

[4] Díaz del Castillo, Bernal. Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España. México. Espasa- Calpe. 1989. p. 97.

 

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