Por. Cristina Ortega
Después de los resultados de las elecciones del 6 de junio, despertamos con una invasión de memes representando la “nueva división” de las preferencias políticas del antes Distrito Federal, hoy Ciudad de México, y como propuesta México Tenochtitlán. Todos estos nombres en menos de una década. Perdón, el nombre ya no representa, o no significa lo que fue antes, ni lo que es hoy; tampoco las imágenes que los prosumidores de las redes sociales hicieron dividiendo a México del Este y México de Oeste, y todas las posibilidades dicotómicas que puedan ser referidas desde la economía, la religión, los deportes, la historia…
La primera división social se hace desde la semántica: “ustedes y nosotros”, “ellos y nosotros”.
El discurso de Pepe el Toro sigue vigente, entre Nosotros los Pobres y Ustedes los Ricos (1948); aunque Los Ricos También Lloran (1979); ya sabemos que “El torito” murió en la carpintería; pero hoy “El Toro” impuso a su “Torita” como gobernadora de un Estado. Es decir que todo se resignifica.
Las divisiones sociopolíticas desde lo geográfico siempre han estado en la Ciudad de México, el llamado “código postal”. En el siglo pasado, las diferencias se marcaban por Norte y Sur. Si observamos esta división desde la distancia de acceso escolar superior, que es lo que ayuda a una igualdad cultural, al norte estaba y está el Instituto Politécnico Nacional y al sur la UNAM. Con el tiempo, para romper esa dicotomía de acceso a la educación superior gratuita, la UNAM se diversificó con las Facultades de Estudios Superiores, ubicándolas en los perímetros de la Ciudad, y posteriormente surgió la Universidad Autónoma Metropolitana con campus igualmente descentralizados.
La oportunidad para romper la diferencia sociocultural se fue construyendo desde el siglo pasado. Sin embargo, la llamada “explosión demográfica”; hoy sobre población, fue haciendo asentamientos habitacionales en toda la periferia de la ciudad, de manera tal, que hoy cruzar la línea del Estado de México ya es casi invisible. El gobierno de entonces otorgó permisos y créditos para tener casas propias, o de “interés social”; en todas estas zonas; una de las áreas con más población y crecimiento demográfico fue el oriente.
El “ustedes y nosotros” nunca se ha perdido, cada mañanera se retoma en un discurso político, que es obvio que debe reflejarse desde la imagen, ahora en Oriente y Poniente de la Ciudad; igualmente insistiendo entre Nosotros los Pobres y Ustedes los Ricos.
Analicemos desde la imagen y el punto ciego que es “la orografía de la ciudad”, y qué, características tiene cada parte de la ciudad, que recordemos que el entorno, en este caso orográfico, se reflejó en una preferencia geopolítica.
Adjunto la imagen que está en los libros de texto de quinto año de primaria: http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/libros/texto/h5/u12t02.html
Ahora, la Ciudad de México ocupa el quinto lugar de 28 urbes en registrar 11,000 muertes vinculadas a contaminación del aire en la primera mitad del 2020, lo que equivale a un costo de 5.5 mil millones de dólares, de acuerdo a un contador realizado por la organización Greenpeace. También somos primer lugar de contaminación en producción de residuos contaminantes en Latinoamérica y décimo lugar en el mundo.
Ahora coloquemos esta imagen proporción contemporánea; donde delimito en rojo el perímetro de la ciudad, señalo en círculos naranjas las Alcaldías y con flechas marco qué es lo qué radica en esa zona, para su mejor comprensión:
Señalo con una línea punteada roja la “división” de preferencias políticas que hacen notar en redes sociales; yo quiero hacer notar la orografía del oriente y el poniente; porque de ahí nacen las necesidades y los porqués de muchas situaciones cotidianas que parece ser “no quieren ver”.
El Centro Histórico, no es precisamente el centro geográfico; la Ciudad creció hacia el sur, y en cuestión territorial aparentemente de proporción similar en Este y Oeste; lo que confirma el crecimiento demográfico y la necesidad de vivienda.
Al Oriente se encontraba la mayor base acuífera, recordemos que se entubaron ríos, y calzadas, para el que nuevos habitantes se asentaran –puede verlo en el mapa–, las hoy alcaldías Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Iztacalco, Tláhuac e Iztapalapa, tienen subsuelo no fijo. Es decir que, si somos una ciudad que por ubicación del cinturón de fuego nos convierte en altamente sísmica, (dependiendo del movimiento telúrico, y el origen del sismo, (ya sea de la Falla de San Andrés, o de Oaxaca) las zonas con bases en asentamientos acuosos, serán más afectados, ya lo hemos vivido en dos terremotos.
En épocas de lluvias esta orografía reblandece el suelo mal pavimentado y contamina frecuentemente la tubería de drenaje, y abastecimiento de agua potable, por lo que son zonas donde las inundaciones son más frecuentes y la falta de agua, irónicamente escasea.
Estas afectaciones hacen que la población de esa parte de la Ciudad constantemente tenga que hacer gastos de reparación a viviendas, e incluso de pérdida total de muebles, y de aparatos electrodomésticos; sin embargo, la gran mayoría de esa población son dueños de sus casas.
Al Poniente, es donde se encuentra el área arbolada, que talarla para hacer vivienda debería ser un delito grave, es el pulmón de la ciudad. Ahí está el Bosque de Chapultepec, que de bosque tiene solo el nombre, lo que le queda es como un gran parque por su alta contaminación; también está la zona boscosa de los Dinamos, que la alcaldía la presta para fiestas cada fin de semana, estresando la flora y fauna, y la quema frecuente de áreas para posteriormente construir casas de nivel económico; está el Ajusco, que en su falta de vigilia se ha convertido en centro de secuestros y asaltos.
La orografía del lado Poniente permite construir edificios altos, y con áreas verdes por su naturaleza, tener jardín no debería ser de “ricos”; debería ser de “ecologistas”; pero la mentalidad mexicana no comprende esta parte aún. Estos edificios altos son de vivienda y de oficinas, por lo que hay una gran parte de esa población que no son dueños de sus casas, sino que rentan departamentos. Puede usted buscar en la internet “busco roomie” y verá la cantidad de opciones que aparecen en ese lado de la ciudad para compartir la renta de un departamento del cual no son dueños, pero les permite la cercanía a sus trabajos de oficina.
Un pésimo diseño de ciudad y solamente hablo por la calidad del suelo en que cada área tiene, y qué se permite. No señalo ningún adjetivo a las personas que lo habitan, solo al subsuelo que pisan.
En lo personal he conocido a muchas, pero muchas personas que han tenido becas de excelencia por parte del gobierno, para apoyar estudios en las universidades más prestigiosas, ya sea en México o el mundo, siendo beneficiados personas de las colonias más marginales (con casas propias); el problema es que ya graduados se vuelven altamente déspotas y clasistas; y también he conocido gente que habita departamentos lujosos (que rentan, no son dueños), pero deben, la reta, el auto, la tarjeta de crédito y actúan también como déspotas y clasistas.
Lo que se vio en estas elecciones por parte de la población, es el desprestigio “del otro” y regresamos a ustedes y nosotros, porque cada día se señala la división, cuando existió una pandemia que fue una oportunidad para unirnos como población, pero eran “ellos” y “no nosotros”; y al final se contagiaron todos.
Lo que también nos une, es esa arrogancia, no son tan pobres los que tienen casa propia, ni son tan ricos los que no la tienen, no es referencia la zona, la división yo la observo orográfica, el gran problema, es que ojalá no les faltara el agua, al oriente, y exigieran al gobierno más zonas verdes, más servicios de hospitales, museos, teatros, zonas de trabajo para que no cruzaran toda la Ciudad en tres horas de tráfico innecesario, eso que hace una sociocultura. Ojalá que al Poniente existan precios accesibles de compra de departamentos, y dejara el gobierno de la Ciudad de jugar al cobro de agua prorrateada en los condominios, que eso solo permite el desperdicio del vecino negligente, porque no es dueño de esa propiedad.
Lo interesante de esto, es que en el discurso diario de nosotros los pobres y ustedes los ricos, los gobernantes tienen varias propiedades, muchos prestanombres. ¿Cuántas casas tiene la familia Ackerman Sandoval? Cinco casas y un terreno. Manuel Bartlett tiene 23 casas y doce empresas. ¿De qué lado de la Ciudad? El problema real no está entre ciudadanos del Oriente y Poniente, sino en la cantidad de políticos que el mismo pueblo elige.
Tan jodido el que renta y debe compartir el espacio para poder pagar; como jodido el que tiene casa, pero cada año se le inunda y no tiene agua. A ambos no les alcanza el dinero, ese es el problema real.
Ustedes los de San Lázaro, nosotros los del Valle de México. Es quizás esa la diferencia real.
Busque datos del INAE, la importancia de la transparencia de la información.
Les dejo un link, para que vean el cambio de look, cuando se habla de austeridad republicana.
https://literalmexico.com/nacional/exhiben-exclusiva-vida-de-olga-sanchez-cordero-en-las-lomas/
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Cristina Ortega Domínguez. Fotógrafa desde hace 28 años, amante de la imagen en cualquiera de sus expresiones, fundadora de Arte NiNi A.C. Doctorante en Investigación Interdisciplinaria en Ciencias y Humanidades.
Autora de los libros: “Psicografía. El dibujo de la mente”: Percepción-interpretación de fotografías en la interacción de las redes sociales como exteriorización psico-emocional (2019) y “La Psicografía”: La identidad a través de la imagen fotográfica (2016).
Twitter @CrissOrtega
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