«COLUMNA INVITADA» Honor a quien lo merece - Mujer es Más -

«COLUMNA INVITADA» Honor a quien lo merece

Por. Sandra Vivanco

En el ejercicio democrático de la elección de este 6 de junio, el mayor reconocimiento siempre será para la ciudadanía que vota, pero en especial a aquellas personas, hombres y mujeres que decididamente aceptaron el reto de estar en las mesas directivas de casilla, por quienes dijeron sí, con todo el miedo que aún nos invade por la pandemia, es más, cuando recibieron la invitación de la autoridad electoral en algunos lugares seguíamos en semáforo rojo.

Que los hombres y mujeres de todo nuestro país que se dedican a todas las actividades y profesiones imaginables, se conviertan en la máxima autoridad electoral en el país, y que se encarguen de recibir la votación, contar uno a uno los sufragios que libremente fueron depositados en las urnas, que discutan, se emocionen, tengan miedo por los incidentes violentos, que con determinación expliquen a quienes no aparecen en la lista nominal, que orienten a quien equivoca la sección electoral para que acudan al lugar correcto, que armen las mamparas y urnas, que al concluir elaboren las actas y estampen sus firmas en el paquete electoral, los hace las personas más especiales en este día.

Las elecciones no podrían celebrarse si todos los cientos de miles de personas no se apersonaran en las casillas para convertirse por un día en la máxima autoridad electoral en la casilla electoral, ciudadanos y ciudadanas que se capacitaron, dejaron su domingo habitual para ir a cumplir con la patria.

Celebramos a quienes inclusive, dejaron de lado el temor y tomando todas las medidas sanitarias acudieron al llamado, consientes de que, aun con la pandemia la elección se debía celebrar, y tomando el compromiso cívico se encargaron de recibir a cada persona para entregarles sus boletas, revisar los nombres aún sin tocar la credencial, revisar listas nominales, entintar el dedo y marcar la credencial, sostenida por su titular, las medidas funcionaron por que todas las personas contribuimos, acudimos con bolígrafo propio, sin quitarnos los cubrebocas o mascarilla, usando gel antibacterial, toallitas húmedas y cualquier elemento que nos hiciera sentir cómodos y seguros.

Las personas electoras respetaban las marcas en el piso para guardar la debida distancia, a pesar de que pasaban una a una, lo cierto es que fue ágil el ir a sufragar, en la mayoría de los casos con orden y disciplina, logramos una gran jornada electoral, votantes y funcionarios de casillas, demostramos civilidad, confianza, inclusive alegría.

Hoy el reconocimiento no debe ser para las instituciones, que hacen lo que deben hacer, es decir, no podemos premiar que cumplan con su trabajo, sino que, en una jornada electiva el reconocimiento siempre será para las personas que dedican su día a que se logre un ejercicio democrático positivo, la calificación alta, la estrellita en la frente sin duda alguna es para cada hombre y mujer que, dispusieron de muchas horas de su día, y de otros días para estar a la altura del gran evento de este domingo.

En algunas casillas, algunas personas que tenían el encargo legal de que todo funcionara bien, llegaron temprano, con buena actitud, algunos con ropa cómoda, pensando como sería la larga jornada, otros tantos, muy bien arreglados a la altura de la responsabilidad del Estado que tenían que desarrollar.

No menos reconocido debe ser también el trabajo de los capacitadores y supervisores electorales que, son los responsables de que, se construyera la estructura de cada mesa directiva de casilla, además de que les correspondió la capacitación a quienes dijeron sí al encargo, aunado al esfuerzo previo de caminar y tocar a la puerta de miles de personas que resultaron insaculadas.

Hoy, el propio 6 de junio, antes de medianoche, los hombres y mujeres que por horas fueron las autoridades máximas en la casilla electoral, concluyen su encargo, como en el cuento de hadas, regresan a sus hogares después del deber cumplido con su comunidad, con su Entidad y su País. Todos los demás, quienes no tuvimos esa oportunidad, les estamos muy agradecidos, por su paciencia, por querer que las cosas sucedan, porque a pesar del cansancio se esforzaron por que los datos sean legibles en las actas de escrutinio y cómputo, por asentar con número y letra lo más bonita posible en las sábanas para que sean conocidos por todos.

Regresan a su casa, cansados, liberados de un paquete electoral que es una gran responsabilidad, pero siéntanse tranquilos, los demás estamos muy orgullosos de ustedes, ojalá que cada elector les haya dicho gracias después de votar y que hayan disfrutado este domingo especial, que, además, también lo hicieron especial para todos nosotros.

Gracias a cada persona que dijo que sí, aunque no sepa nada de la materia electoral, pero si sabe de compromiso y de civismo, del derecho a votar y que no antepone cuestiones partidistas. El reconocimiento será siempre a las personas que decidieron ser responsables de la fiesta democrática de nuestro país. También gracias a quienes ayudaron a las personas con discapacidad, a las personas adultas mayores, a quienes sanitizaron constantemente la ubicación de la casilla, mamparas y materiales y a quien proporcionaba gel, toallitas húmedas y tomaba la temperatura. Gracias a todos.

La Nación se los reconoce.

 

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