El 96 por ciento de las familias mexicanas consume algún cereal de caja para desayunar, lo que se traduce en la ingesta de productos ultraprocesados de poca o nula aportación de nutrientes.
De acuerdo con el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) el consumo de cereales comerciales tienen una “mayor aportación calórica y poca o nula contribución de nutrientes, siendo la adición de azúcares libres una de las mayores preocupaciones por las consecuencias a la salud que trae consigo su consumo excesivo”.
Kantar Worldpanel reveló que el 96 por ciento| de las familias mexicanas compra cereales para desayunar, lo que representan 7 kilogramos de este producto, adquiriéndolo 11 veces en el año y llevando en cada ocasión 600 gramos. En el total del gasto en productos de consumo masivo al año, los cereales representan el 1.8%, es decir, 411 pesos se destinan a este alimento.
De acuerdo con estudios, en el país, Kellogg’s mantuvo en el 2020, en plena pandemia, el liderazgo en cereales para el desayuno. Dicha compañía posee un extenso portafolio de marcas que incluye algunas de las mejor posicionadas, como Kellogg’s Special K, Zucaritas y Choco Krispis, entre otras.
Sobre el dominio de la industria de cereales en México, la revista Merca2.0 refiere que Kellogg’s está a la cabeza con una participación de 44.8 por ciento. Le sigue Nestlé con 14 por ciento, así como Quaquer y Maizoro, de Pepsico, con 9 por ciento.
Sin embargo y aún por la gran preferencia de los mexicanos por este tipo de productos, la Revista del Consumidor apunta que el aporte calórico depende de los ingredientes y la marca, pues en algunas ocasiones se enriquecen con vitaminas, minerales y se les adiciona azúcar y otros ingredientes como chocolate, almendras, entre otros.
Los resultados de su estudio sostienen que en los cereales envasados, los contenidos de nutrientes por porción de 30 gramos varía dependiendo de la marca: todos los cereales analizados tienen las mismas calorías: la cantidad oscila entre 104 y 125 kilocalorías; la grasa varía entre 0.2 y 3.5 gramos; la proteína va de entre 0.9 y 3.7 gramos, mientras que los azúcares varían entre 1.2 y hasta 15.7 gramos.
Cabe destacar que la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda que el consumo de azúcares represente menos del 10% de la ingesta calórica total diaria. No obstante, subraya, que en el nuevo proyecto de directrices se formula la misma recomendación, pero además se indica que si la ingesta calórica total diaria se reduce a menos del 5 por ciento se obtendrán beneficios adicionales.
“Un 5% de la ingesta calórica total equivale a unos 25 gramos (aproximadamente 6 cucharadas de café) de azúcar al día para un adulto con un índice de masa corporal normal”.
ALIMENTACIÓN EN PANDEMIA
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) refiere que las medidas de confinamiento han alterado la vida cotidiana y con ello los hábitos alimenticios.
El temor al contagio trajo consigo una menor disponibilidad para desplazarse a mercados locales, al tiempo que provocó el aumento en el consumo de productos ultraprocesados –bajo una lógica de mayor perdurabilidad en las alacenas–, los cuales, en su mayoría, se exceden en azúcares, sodio, grasas totales, grasas saturadas y grasas trans.
Sin embargo, no se pierde de vista que a la pandemia por COVID-19 le antecede una grave problemática de obesidad y sobrepeso, la preocupación por los efectos adversos del consumo excesivo de azúcares y la escasez de nutrientes esenciales en las dietas de las personas, prevalece.
Fuente: LabDO