“Cuando las mujeres están levantando su voz es porque hay un problema“, dijo Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de ONU Mujeres, preguntada sobre la ola de violencia contra las mujeres en México y el creciente feminismo y reclamo a las autoridades del país.
“Las mujeres no levantan su voz sin que haya una razón verdadera. Hay un problema de violencia, hay un problema de feminicidios y los esfuerzos que se están llevando a cabo no están cambiando la situación. Así que necesitamos movimientos aun mayores”, expresó la política sudafricana en una entrevista.
Mlambo-Ngcuka se encuentra en México por el Foro Generación Igualdad -que concluye este miércoles su primera parte- en donde se evaluaron los avances conseguidos hasta el momento en relación a la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing de 1995, un plan progresista para promover los derechos de la mujer.
Con este foro se espera crear una hoja de ruta que recoja los compromisos a los que se haya llegado para entregarla a París, donde se celebrará la segunda fase del proyecto en junio de 2021 para que se avalen los compromisos y se establezca un plan de acción.
La celebración de este evento internacional coincide con un momento de gran agitación en México, donde son asesinadas más de diez mujeres cada día y se registró 970 feminicidios (asesinatos por razón de género) en 2020.
Una elevada cifra ante la que el Gobierno liderado por Andrés Manuel López Obrador parece no ser capaz de actuar con contundencia.
“Yo creo que siempre que crece el movimiento feminista el país se beneficia. Esto va a incomodar a muchos. Pero eso también es bueno, porque los países que avanzan son los países que tienen movimientos de mujeres visibles”, consideró Mlambo-Ngcuka, que ocupa su cargo desde 2013.
En este sentido, consideró que “México se ha quedado rezagado” y necesita implementar cambios con urgencia. Pues a pesar de que se haya hecho “algo”, dijo, es necesario hacer “todavía más”.
“Es definitivamente importante tomar en cuenta los reclamos y las quejas de las mujeres de manera seria porque hay pruebas. Es muy importante tomar en cuenta esta problemática y colaborar”, indicó.
Romper con la institucionalidad
Y para lograr la escucha y colaboración entre las mujeres de México y de todo el mundo el camino es darles espacio en las esferas pública y política, logrando además que la autoridad se comprometa a ceder parte de su control.
“Porque ese poder no les pertenece, ese poder es de la gente”, apuntó.
Precisamente en esta dirección se encaminó el Foro Generación Igualdad, en el que tanto ONU Mujeres como los Gobiernos de México y Francia coincidieron en la necesidad de hacer grandes cambios estructurales ante los problemas actuales.
Por eso, se propusieron incluir a las juventudes y a representantes de la sociedad civil en el debate, además de otros actores provenientes, por ejemplo, del sector privado.
“No podemos permitirnos el lujo de hacerlo todo nosotras solas porque es un tema que abarca a la sociedad y que requiere a los hombres con poder. E implica que las generaciones jóvenes tomen un sendero constructivo para resolver el problema”, sentenció.
Otro tema que acaparó la atención durante el foro fue el de los estragos del COVID-19 en la vida de mujeres de todo el mundo.
Mlambo-Ngcuka detalló que una gran cantidad de mujeres perdió su empleo, algo que se debe a que generalmente ocupan puestos de trabajo “que no están protegidos” y desde los que, a diferencia de los hombres, no tienen acceso a exigir cambios y mejoras.