Por. Paty Betaza
Concentrados en una probable tercera ola de contagios de COVID19, de la que habla hasta el propio presidente de la República, aun no nos enfocamos en las dos pandemias en puerta que traerán un alto costo para el bienestar de los mexicanos: la de obesidad y la de enfermedades mentales como ansiedad y depresión. El fin de semana, la alerta sísmica –de un sismo que no existió- sirvió para ver a gente cercana en la calle, que no habíamos visto en un año. En la mayoría, visible el sobrepeso. El miedo a contraer COVID19 y la necesidad de mantenerse en casa se ha traducido en un aumento promedio de 8.5 kilogramos por persona, de acuerdo con un reportaje publicado en El País de Anna Lagos, con datos del estudio “Acciones e intervenciones para la pérdida de peso de la empresa IPSOS. Un grupo de científicos exploró los hábitos alimenticios y de ejercicio en 30 países durante la pandemia, que ya cumplió un año. Se encontró que los mexicanos son los que más han subido de peso con 8.5 kilogramos en promedio, Arabia Saudita con ocho, Argentina con 7.9 y Perú con 7.7 kilogramos de más. En todo el mundo el promedio es de 6,1 kilogramos extra durante el confinamiento, al que ha obligado el COVID19. México ya de por sí tiene un problema de sobrepeso y obesidad. Según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018, la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad pasó de 71.3 por ciento en 2012 a 75.2 por ciento en 2018, lo que se traduce en que el 39.1 por ciento de la población presenta sobrepeso y un 36.1 por ciento obesidad. Los hombres son los más afectados. El 14 de agosto del 2020, personal del Instituto Nacional de Salud Pública, inició el levantamiento en campo de la información de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, ENSANUT COVID19. Habrá que esperar que revelará sobre el comportamiento de las familias en la pandemia, los efectos en el ingreso, seguridad alimentaria, la calidad de la dieta, el acceso a los servicios de salud, etc. El problema del sobrepeso y obesidad se deriva en enfermedades muy serias, como las relacionadas con el corazón, hipertensión y diabetes. A esto hay que sumarle también la otra epidemia que ya está brotando y es el de la salud mental, principalmente ansiedad y depresión. Nutriólogos revelan que estas dos enfermedades también pueden provocar una mayor ingesta calórica de alimentos poco sanos, como los altamente procesados y la ingesta de refrescos y bebidas alcohólicas. En mayor o menor medida, el COVID19 ha impactado a todos. Situaciones como la muerte de un familiar, la pérdida de empleo, el costo económico de la enfermedad, el encierro, la pérdida de contacto entre amigos y familiares. Son demasiadas las incertidumbres que se han tenido que cargar durante un año. Según la OMS, el costo de la salud mental, será un problema importante a largo plazo. ¿Estamos listos para enfrentar las dos pandemias que vienen?