Por. CRISTINA ORTEGA
Parece ser que esta palabra es amalgama para muchos temas contemporáneos, yo la abordaré desde la imagen. Se ha dicho que las redes sociales son medios “democratizados”, es decir, que el poder y el ejercicio del pueblo-usuario van marcando las “leyes” que lo gobiernan. Definitivamente, es una palabra romantizada para ser usada en este medio; le explicaré por qué.
Hace seis años, en algún coloquio sobre medios, me atreví a proponer la vigilia de redes sociales, la sintomatología que me invitaba a decir semejante propuesta, era la cantidad de perfiles “anónimos”, los acosadores, y la cantidad de versiones que sabemos que existen; para entonces fui tildada de violar “la libertad de expresión”.
Hoy; ya sabemos el término de “regulación de redes sociales”, aunque éste no es precisamente regular perfiles seguros, contenidos veraces, o de calidad, sino, cobros y accesos de los usuarios.
Desde que iniciaron las redes sociales en este siglo, y la romantización de que es un medio democratizado (usando como ejemplo La Primavera Árabe que buscaba la democracia y los derechos sociales), hasta el día de hoy, sería bueno evaluar desde la imagen qué es lo que nos ha dejado ese espacio de interacción horizontal: Perfiles falsos, granjas de bots, diversas identidades de un solo usuario, imágenes intervenidas que salen de contexto, una infesta de notas falsas, posverdad, ciberbullying, acoso, redes de intercambio de imágenes pedófilas…
Créame que mi postura no es juzgar el contenido, aunque lo mencionado dañe la salud social; sino, observar lo permisivo del medio, sí, esa “ley del pueblo”, lo que el pueblo-usuario permite en su democracia virtualizada, y la utiliza para censurar obras clásicas por desnudos, ¿será que no conoce las obras pictóricas clásicas?
Si el espacio virtual de las redes sociales funge como una plaza del pueblo, donde el culto y el inculto pasean por el ágora. ¿Quién cuida la seguridad de ese “pueblo virtual” ?, los insultos, el robo de identidad, todo eso que sabemos que sucede en ese espacio “democratizado”. Ese es un espacio sin legalidad construida, aún.
Aquí refiero entre cultos e incultos, letrados o iletrados, (ahora que se romantiza también a la pobreza y se sataniza el poder adquisitivo) no hablo de ricos o pobres, porque al navegar en un espacio virtual, significa que tiene acceso a un medio, y a una conexión, y una vez ingresando al espacio virtual, usted y yo somos simplemente “un usuario”. Incluso los perfiles construidos también lo son.
En estos tiempos que todo está siendo revalorizado, dejando de tener significado o cobrando nuevos sentidos; la democracia no es ajena a este análisis en el que todos formamos parte. No olvidar que inició siendo exclusiva de pueblos educados, ciudadanos con poder adquisitivo que participaban en las tomas de decisiones del pueblo.
Mujeres, niños, esclavos y extranjeros, no formaban parte de la democracia. Hoy día como mujer existe esta revista, los niños tienen maestros sindicalizados y ahora, hasta con un partido político (Redes Sociales Progresistas), los esclavos, (diría Salinas Pliego), son asalariados de lunes a viernes, de 8 am a 6 pm, con 5 días libres de vacaciones al año. (¿Es usted de la clase esclava? Pero, si es ¡esa es la mayoría!); y los extranjeros hoy ocupan cargos políticos. (Solo recuerde los apellidos, y no olvide que los centro y sur americanos comparten los mismos que los mexicanos.)
Y a todo esto, ¿El espectro de conocimientos de los usuarios cuál es?
Umberto Eco, semiólogo, historiador, filósofo y escritor; refirió respecto a las redes sociales como:
“Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas …”.
“El fenómeno de Twitter […] Pero por otra parte da derecho de palabra a legiones de imbéciles”.
“… Piense tan solo en el éxito que tiene en Internet cualquier página web que hable de complots o que se inventen historias absurdas: tienen un increíble seguimiento, de navegadores y de personas importantes que se las toman en serio”.
https://verne.elpais.com/verne/2016/02/20/articulo/1455960987_547168.html
Todos hemos “creído” alguna vez, en alguna nota falsa, en una imagen manipulada fuera de contexto; ¡no me diga que no! Que no hayamos caído en posverdad, quizás, sea otra cosa; pero el “engagment” de dar “like” como usuarios, va formando la constitución que rige el modelo logarítmico, por lo que, si este es el proceder, está formado con bases emocionales, y ausencia de razón, plagado de ignorancia; conformando así una democracia ignorante.
Lo increíble de todo esto, es que existan otros medios de comunicación que refieran a las “tendencias” en redes. Por favor, esto tiene un nombre y es “Rating”, que significa: “Mayor cantidad de gente consumiendo el medio de comunicación en cuestión”.
Confundir La Democracia con Rating, es una trampa; de y para la democracia ignorante.
La fenomenología de la ignorancia regida por las redes sociales es visible hoy día, como ejemplo la toma de El Capitolio en Estados Unidos, y la violencia disparada por “Tweets”; la incredulidad del Covid, inspirada por mensajes de abrazarse, o decir que vamos muy bien, la consecuencia es el exceso de mortandad en nuestro país.
En pro de la libertad de expresión, y la responsabilidad de expresión.
Cristina Ortega Domínguez. Fotógrafa desde hace 27 años, amante de la imagen en cualquiera de sus expresiones, fundadora de Arte NiNi A.C. Doctorante en Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades.
Autora de los libros: “Psicografía. El dibujo de la mente”: Percepción-interpretación de fotografías en la interacción de las redes sociales como exteriorización psico-emocional (2019) y “La Psicografía”: La identidad a través de la imagen fotográfica (2016).
Twitter @CrissOrtega
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