“La violencia que reciben las mujeres no retrocede, parece estar en un punto cero”, destacó la periodista Sara Lovera durante la conferencia magistral “Las violencias contra las mujeres, avances y retrocesos”.
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, la también activista refirió que por milenios se ha discriminado y oprimido a las mujeres o los “sin poder”.
Al explicar el origen de la violencia hacia las mujeres, señaló que ésta tiene su base en la desigualdad básica con los hombres y a través de la historia de la humanidad, se ha venido gestando mediante de la construcción cultural, las prácticas sociales y el conocimiento, lo que lleva a las mujeres a creer, pensar, saber y suponer que valen menos que lo masculino.
En este marco y tras cuestionar por muchos años el prácticamente nulo papel de la mujer en la sociedad, fue hasta su participación en la Revolución Francesa, que llegó la primera ola del movimiento feminista con la publicación de la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (1789), escrita por Olympe de Gouges.
En lo concerniente a México, en el siglo XIX las mexicanas comenzaron a generar incomodidad por cuestionar y buscar espacios en la educación, el trabajo y el uso de la palabra.
En este marco histórico, ya en la segunda ola del feminismo, “descubrimos entonces las consecuencias de la desigualdad y las nombramos. No se puede entender a la violencia contra las mujeres, si no está sumada a la desigualdad”, porque de lo contrario solo se coloría en la injusticia o en la judicialización, refirió Lovera. Sumado a esto, “comprendimos y descubrimos cómo el poder es el eje sustantivo propiciador de la violencia”.
Fue entonces que se puso en crisis al sistema patriarcal, al interpelar las bases de la opresión y sus instituciones; atentaron contra el matrimonio, la maternidad, la Iglesia, y la distribución de la riqueza material y simbólica.
Es así que durante los últimos 40 años el movimiento feminista ha tenido logros importantes y significativos como la visibilidad de la violencia machista, la creación de instituciones en pro de los derechos de las mujeres, la legislación de temas en materia de género. “Creamos la sensación de que se puede prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres”, destacó la periodista en videoconferencia.
Sin embargo, actualmente la violencia se sigue ejerciendo, basta con mencionar los 2 mil 800 asesinatos de mujeres al año o los 3 millones 400 mil hogares afectados por la violencia durante la pandemia.
“La violencia no para, sólo que ahora lo que sí sucede y que sí me parece el principio del cambio cultural, es que ahora la sabemos nombrar”. dijo.
En este sentido, la también directora del portal informativo SemMéxico, Sara Lovera, refirió que actualmente la violencia contra las mujeres se ha judicializado, ante la creciente impunidad de las autoridades. De ahí las actuales y diversas formas de protesta feministas.
“La falta de acción de los tribunales y los jueces que genera impunidad. Pasamos el fenómeno de la violencia que no hemos resuelto, no hemos cambiado las relaciones sociales, pasamos a la impunidad porque en el fondo de nuestro corazón la hemos puesto en el lado del delito, cuando, como vimos, es un atentado a los derechos humanos, es cotidiana y tiene muchos espacios”.
Así también, Lovera, reprochó el discurso sistemático del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, sobre la familia y los valores, pues durante la pandemia en reiteradas ocasiones se ha referido a la familia como un ente de amor, invisibilizando la violencia que se ha generado con el confinamiento.
Pero, ¿qué es lo que sigue? ¿cuáles son lo pendientes?
Como dos ejes primordiales, Lovera mencionó que se tiene que trabajar profundamente en el Sistema Educativo Nacional y en los medios de comunicación de masas, “porque educan y construyen perfiles humanos, porque difunden y justifican la condición social de las mujeres a la antigüita y producen esta confusión, si soy feminista no soy buena mujer, si soy feminista me puedo volver violenta como las chicas, si no quiero tener hijos soy un monstruo, no”.
De esta manera, y a pesar de los grandes pasos que se han logrado durante todo el movimiento feminista, se continúa con un sinnúmero de pendientes en la agenda como la violencia política, el aborto forzado, la mutilación genital femenina, el matrimonio infantil, los feminicidios, etcétera.