«CUENTO» La muerte de una viejita insurgenta - Mujer es Más -

«CUENTO» La muerte de una viejita insurgenta

 

Por. RAÚL JIMÉNEZ LESCAS

Hace muchos años… murió una abuelita adorable de 61 años: Doña María Josefa Crescencia Ortiz Girón, mejor conocida como “La Corregidora”, Doña Josefa Ortiz de Domínguez, el 2 de marzo de 1829. En su tiempo, en el Año del Señor de 1810, los españoles la consideraron como una vieja chismosa. ¿Por qué? Porque les dio el pitazo a Ignacio Allende, Juan Aldama y a Miguel Hidalgo, de que los habían descubierto como Conspiradores de Querétaro y que se iban a levantar en armas contra el poder español en el actual territorio de México. En ese entonces se le llamaba la “Nueva España”.

Ese pitazo fue tan importante, que adelantó el Grito de la Independencia de Miguel Hidalgo en aquella madrugada fría del 16 de septiembre de 1810 en Dolores, pueblecito de Guanajuato 1. La señora corregidora se las vio negras para dar la información oportuna y, por eso, es una gran dama de la Independencia de México 2.

¿Pero cómo fue esa abuelita adorable?

La niña Josefa nació en la Ciudad de México el 19 de abril de 1773. Sus padres fueron Don Juan José Ortiz y Doña Manuela Girón, pero desde muy pequeñita quedó huérfana y al amparo de su hermana mayor. Cumplidas sus 18 primaveras se graduó en el Colegio de Viscaínas. Como era el destino de todas las mujeres de la Colonia, se casó muy joven con Don Miguel Domínguez y Doña Josefa fue la madre de 12 hijos, cuatro hombres y ocho mujeres (José, Mariano, Miguel, Ignacia, Micaela, Juana, Dolores, Manuela, Magdalena, Camila, Mariana y José “el chico”) 3.

Su condición de madre de muchos hijos no le impidió seguir leyendo, cultivándose y ser promotora de  las tertulias en la ciudad de Querétaro, donde su esposo, Don Miguel Domínguez, fue nombrado Corregidor. Después de 1808, cuando los franceses invadieron España y los reyes abdicaron a favor del hermano de Napoleón Bonaparte, las tertulias se volvieron reuniones secretas para conspirar contra el dominio español de casi tres siglos. Ahí se reunían, luego de beber un delicioso chocolate, Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Abasolo, Joaquín Arias, Francisco Lanzagorta, José Mariano Jiménez, entre otros y, por supuesto, La Corregidora 4. Por eso los conocemos como “Los Conspiradores de Querétaro”.

Pero alguien los delató el 13 de septiembre de 1810. Entonces, su esposo el corregidor Don Miguel Domínguez, inició las averiguaciones y ordenó el cateo de la casa donde se habían denunciado existían armas y material de guerra para la Insurrección por la Independencia. Se vio obligado a encerrar a su esposa, pero Doña Josefa se las ingenió para alertar a los conspiradores, enviando la noticia mediante el alcalde de la cárcel, Don Ignacio Pérez, quien presuroso, cabalgó al pueblito de Dolores para informarle a Don Miguel Hidalgo que la Conspiración había sido descubierta y que todos serían tomados presos 5.

Muchos años después, Don Pedro García, testigo de la primera insurgencia y soldado de Hidalgo, escribió en sus Memorias sobre Doña Josefa:

“La señora Corregidora, tan astuta, activa y patriota, adorno precioso del suelo mexicano, no perdió momento, y no sólo hizo salir a Allende de Querétaro, sino que lo informaba con mucha actividad de cuanto determinaba el gobierno de aquella ciudad” 6.

Es así como esa dama de la alta sociedad queretana, madre de muchos hijos y corregidora se volvió una insurgenta. No fue la única madre, ni la única mujer que se puso el vestido de la insurgencia. Fueron muchas como Doña Leonora Vicario o Doña Gertrudis Bocanegra. En una carta de Francisco Manuel Hidalgo al Virrey Apodaca, 7 años después del inicio de la guerra de Independencia, afirmó de su puño y letra sobre las mujeres del pueblito de Sultepec:

“No hay una mujer que no sea una verdadera insurgenta…” 7.

No faltaron españoles que la denunciaron como el capitán Arias. Detenida la primera dama de Querétaro, fue encerrada en el convento de Santa Clara y, luego trasladada por los soldados realistas a la Ciudad de México, donde estuvo presa en el convento de Santa Teresa y, más tarde en el convento de Santa Catarina de Sena, donde permaneció presa durante años.

Su marido, Don Miguel Domínguez le escribió al virrey Félix María Calleja, en 1814:

“… y el día de hoy, veo calificada a mi Mujer de escandalosa, perturbadora del buen orden, seductora y de qué sé yo que otros tamaños delitos. Sería Yo indigno de la Religión santa que profeso, del nombre español que tengo, y de la educación que recibí de mis honrados Padres, si en tan angustiadas circunstancias desamparase a mi desdichada consorte…” 8.

En su angustia la madre insurgenta, le escribió una carta al virrey, donde le suplicó:

“Excelentísimo Señor:

Mi triste situación me obliga a tomar (por) segunda vez la pluma, creída de hallar en el sensible y generoso corazón de Vuestra Excelencia, el que moverá al ver la desgracia de una mujer contristada, que privada de sus tiernos hijos y de un marido recomendable, del que no ha tenido más razón que una carta que le escribió a la niña que traje en mi compañía, en que le dice haber pedido a Vuestra Excelencia, licencia para venir, de la que no ha tenido contestación, por lo que se halla como un loco, y no tener razón de la situación mía, pintando la tragedia mas lastimosa de mi infeliz casa y tristísima familia por mi separación.

Excelentísimo Señor, hace cerca de dos meses que estoy en esta reclusión, sin consuelo, con la niña que traje en mi compañía, en casa ajena; si Vuestra Excelencia no tiene a bien oírme como le he podido, tenga la bondad de mandarme un sujeto de su satisfacción, que me diga el motivo de mi prisión, pues me considero inocente.

Dios guarde a Vuestra Excelencia los muchos años que le desea su servidora que atenta Besa su Mano”.

María Josefa Ortiz (rúbrica) 9.

Mientras la Guerra de Independencia seguía cabalgando por los caminos del México Insurgente, Doña Josefa y su pequeña hija seguían presas en la ciudad de México. Unos peleaban en los campos de batalla, otras resistían en prisión.

Ya consumada la Independencia e instalado el Imperio de Iturbide I en 1821, rechazó, Doña Josefa, el nombramiento de dama de honor de la emperatriz. Tampoco aceptó ninguna recompensa por sus servicios a la insurgencia. A los 61 años de edad, la abuelita doña Josefa cerró para siempre los ojos en la Ciudad de México, el 2 de marzo de 1829, esos ojos que vieron el anhelo de Libertad e Independencia de México. Lo que no pudieron vieron Hidalgo, Allende, Aldama a quienes sirvió tantas veces una suculenta taza de chocolate en sus tertulias de Querétaro. Sus restos mortales descansan en el Panteón de Queretanos Ilustres 10, donde puedes leer una inscripción:

“El pueblo y el gobierno queretano, dedican con amor y veneración este histórico lugar, para honrar perennemente la memoria y el ejemplo de sus hijos ilustres” 11.

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 1 “¡Viva la religión católica! ¡Viva Fernando VII! ¡Viva la Patria! Y ¡Viva y reine por siempre en este Continente Americano nuestra sagrada patrona, la Santísima Virgen de Guadalupe! ¡Muera el mal gobierno! Esto es lo que oiréis decir de nuestra boca y lo que vosotros deberéis repetir. .Miguel Hidalgo. LEMOINE, Ernesto, La revolución de Independencia, t. 6, p. 42, en: “Independencia Nacional (I) Antecedentes-Hidalgo,” México, UNAM, Instituto de Investigaciones Bibliográficas, Biblioteca Nacional/Hemeroteca Nacional, 2ª ed.,  2005, p. 249-25.
2 Pedro García, testigo de la primera insurgencia, constata la participación de la familia Domínguez tanto en la Conspiración de Querétaro como el aviso a Allende, Aldama e Hidalgo del descubrimiento de la Conspiración el 13 de septiembre de 1810. GARCÍA, Pedro, Memoria, en: HERREJÓN Peredo, Carlos (Estudios introductorios, edición y notas), “Testigos de la Primera Insurgencia: Abasolo, Sotelo, García”, México, INERHM, 2009, p. 160-161. Por su parte Miguel Hidalgo y Costilla refirió a los “confidentes” de Querétaro en su primera declaración como reo durante el proceso militar que se le siguió el 7 de mayo de 1811 en Chihuahua: POMPA y Pompa, Proceso inquisitorial y militar seguidos a D. Miguel Hidalgo y Costilla, México, INAH, 1960, p. 218-223; HERREJÓN Peredo, Carlos, Hidalgo. Razones de la insurgencia y biografía documental, México, SEP Cien de México, 1986, p. 298-299.
3 Fe de Bautismo, libro núm., 14 de Bautizos de la Parroquia de San Miguel Arcángel, fechada el 22 de abril de 1773, por el Bachiller Don Manuel Michelena, ciudad de México, en GARCÍA de Alba, Agraz, Los corregidores Don Miguel Domínguez y Doña María Josefa Ortiz y el inicio de la Independencia, 2 vols., México, 1992. Existen por tanto, dos versiones sobre el día y lugar del nacimiento de Doña Josefa, para algunos su ciudad natal fue Valladolid de Michoacán y la fecha 8 de septiembre de 1768, para otros, la ciudad de México. Versión de nacimiento en Valladolid, véase: VILLASEÑOR y Villaseñor, Alejandro, Biografía de Héroes y Caudillos de la Independencia, México, 1910; CASAS de las, Tere, Josefa Ortiz de Domínguez, Biografías para Niños, México, Selector, 2003. Versión del nacimiento en la capital del virreinato, véase: RUIZ Ham, Emma Paula, Josefa Ortiz: su origen y fecha de nacimiento, La Mujeres y la Independencia, portal del Bicentenario; Diccionario Porrúa de Historia, Biografía y Geografía de México, t. III, México, Porrúa, 1986, y según el Boletín del Archivo General de la Nación, I serie, t. XXIV, 321, se afirma que los hijos de Doña Josefa nacieron en ciudad de México.
 4 Nueva Historia Mínimo de México. Ilustrada, México, Colmex, 2008, p. 253.
5  ALAMÁN, Lucas, Historia de México, t. I, libro II, cap. I, p. 368.
6  Ibíd., p. 161.
7 Carta del 25 de noviembre de 1817, en: GARCÍA, Genaro, Documentos Históricos Mexicanos, t. V, México, SEP, 1985, p. 427. 
8 GARCÍA, Genaro, Documentos Históricos Mexicanos, t. V, México, SEP, 1985, p. 357-360. Se respeta la escritura original.
9 AGN, Operaciones de guerra, vol. 5, exp. 2 UDS Y-47, fs. 292-293. Se respeta la escritura original.
10  Sito en Ejército Republicano No. 4, Centro Histórico, Querétaro. Fue inaugurado en 1988.
11  Fuente: Placa del Panteón de los Queretanos Ilustres, Villa Corregidora, Querétaro. Archivo de la Coordinación de Estudios y Proyectos Especiales.

 

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