- El concepto de cultura nacional es válido si no se pierde de vista, la unidad y diversidad que le integran
Por Boris Berenzon Gorn¹
B B: Entendiendo a México como un país pluricultural, ¿hasta dónde es posible seguir hablando de una cultura nacional, y si esta existe cuáles son los riesgos que la diferencias de las culturas de otros pueblos?
Víctor Flores Olea (VFO): La diversidad y riqueza de las manifestaciones culturales de nuestro país, son sin duda rasgos que la distinguen y a la vez, estos elementos están ligados por factores comunes que conforman lo que en conjunto denominamos cultura nacional.
Las múltiples expresiones de cultura regionales y locales, aunadas a las obras de creación, de nuestros hombres de genio, que en última instancia sintetizan las emociones y aspiraciones de la diversidad nacional, integran el amplio panorama de nuestra cultura.
Por otra parte, es nuestro pasado histórico reciente y remoto el que da forma a la nación que ahora somos, semejante por supuesto en mucho aspectos a los pueblos americanos con antecedentes prehispánicos, pero con aspiraciones y caminos propios.
La cultura nacional se ha definido con la herencia que recibimos de la más importante civilización indígena precolombina, de posterior nacimiento doloroso del mestizaje y de las culturas libertarias y revolucionarias de los dos últimos siglos. Cada una de estas etapas produjo frutos en los campos del arte y las ideas: actualmente se manifiestan, como síntesis diversas, en cada expresión cultural que nace y vive en nuestro país.
Todo ello justifica la concepción del término cultural nacional, pero tal concepción solo es válida si no pierde de vista los elementos de unidad y diversidad que le integran y que son parte fundamental de su riqueza.
B B: ¿Hasta dónde es posible llevar a cabo un programa cultural general que abarque todas las manifestaciones culturales que se dan en el país?
VFO: Un programa cultural que pretende enfrentar y resolver los principales problemas de esta materia, estaría destinado al fracaso si no se tomara en cuenta la intensa heterogeneidad del México moderno.
La complejidad de la vida de nuestro país hace obsoleto cualquier enfoque centralista o totalitario de la realidad. Es evidente la necesidad de distribuir de manera más equitativa los estímulos que otorga a la creación el gobierno federal. Para avanzar en este camino es preciso atender las circunstancias específicas de cada región y de cada segmento de nuestra cultura.
Las actividades artísticas que identificamos como “cultas” requiere siempre todo el apoyo que pueda brindárseles y esto será afán constante de las instituciones culturales. Sin embargo, estas expresiones cuentan con un buen número de foros, escuelas y otros mecanismos de fomento y difusión. En cambio, existen múltiples expresiones de arte y cultura popular cuyos protagonistas son desde grupos étnicos minoritarios hasta sectores urbanos marginados, que es preciso respaldar, fomentar y difundir con mayor amplitud.
A este respecto, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, por medio de su Dirección General de Cultural Populares, elaboró un programa, dado a conocer recientemente, en el que se destacan acciones tendientes a brindar apoyos a las expresiones de cultura popular, sean estas tradicionales o surgidas de la realidad contemporánea. No debemos olvidar tampoco la importancia de estimular las manifestaciones culturales de la clase trabajadora.
En dos aspectos principales el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes ha de fomentar también la cultura y el arte en el sector obrero: impulsando por una parte estas expresiones surgidas en el seno de organizaciones como sindicatos y cooperativas; por otra parte, difundiendo entre esas organizaciones información acerca del rico panorama cultural y artístico de México y propiciando que cada vez un número mayor de obreros tenga accesos a espectáculos que afortunadamente son cada vez menos elitistas.
B B: A partir de entender al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes como un organismo centralizado ¿qué posibilidades tiene para incidir en uno de los principales obstáculos que hoy enfrenta la cultura y la educación, la necesidad de una amplia descentralización?
VFO: El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes fue creado como un órgano administrativo desconcentrado de la Secretaria de Educación Pública cuyas tareas fundamentales son las de promover y difundir la cultura y las artes a través de la coordinación del quehacer gubernamental en estos ámbitos.
Efectivamente el proyecto de ofrecer bienes y servicios culturales con mayor equidad en todo el territorio nacional lleva implícita la tarea de la descentralización. En esta labor existe una experiencia acumulada, como lo demuestran las Casas de la Cultura del INBA en numerosas localidades del país. Los Centros Regionales del INAH, las Unidades Regionales de la Dirección General de Culturas Populares, el Sistema Nacional de Bibliotecas o la extensa red de museos, por mencionar solo unos cuantos ejemplos.
Sin embargo, es obvio que los logros son aún insuficientes, pues persiste en México la imagen de un país que tiende a concentrar parte importante de sus riquezas humanas y materiales. El centro aprovecha desmedidamente el genio creador del conjunto.
Es pues imprescindible redistribuir con generosidad los frutos que rinde el esfuerzo de todos. Como la alternativa no es que el centro formule proyectos y programas, sino que los estados definan sus metas de desarrollo cultural de acuerdo con métodos y circunstancias propias, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes promovió la realización de cinco reuniones regionales de descentralización cultural. De ellas surgieron los puntos programáticos sobre descentralización, que son resultados concretos de los planteamientos y propuestas de autoridades y miembros de las comunidades artísticas y culturales de cada entidad.
El compromiso del Estado al respecto es ayudar y alentar siempre a partir de iniciativas locales los procesos de creación individual y colectiva. Los primeros pasos se están dando, pero no es una tarea realizable en el corto plazo, pues implica en el fondo revertir algunos patrones de relación entre los estados y la federación que deben superarse.
-
B: ¿Cómo debe ser la integración cultural de América Latina?
VFO: En primer término, debemos recordar que el principal factor integral de América Latina es un pasado histórico semejante y las aspiraciones de libertad y democracia de sus pueblos, muchas de las cuales empezaron a consolidarse recientemente. Por tanto, numeroso rasgos comunes entre la mayoría de las naciones latinoamericanas, principiando por el idioma están dados.
Es precisamente por estas semejanzas que podemos establecer un vínculo cultural más estrecho y dinámico que nos permita conocernos mejor y enriquecer nuestro patrimonio como gran acción iberoamericana.
Pensamos en establecer mecanismos más fluidos para que circule en nuestras naciones el producto de la creatividad y el talento de nuestros mejores hombres. Comentaremos convenios de intercambio artístico y cultural, de tal forma que sea permanente y continúa nuestra relación a través del arte de cada país latinoamericano, de sus creadores y de su cultura escrita.
Todo ello contribuirá a consolidar nuestra identidad cultural, y por tanto, nuestros proyectos nacionales, a la vez que nos permitiría apreciar mejor la riqueza de cada una de las culturas latinoamericanas.
-
B: ¿Qué hacemos con el binomio Cultura y Ciencia?
VFO: Cultura y medio ambiente. Fortalece la conciencia de la ciudadanía mexicana respecto a los problemas ecológicos que nos plantea la vida contemporánea, es sin duda un fenómeno de cultura.
Una sociedad mejor informada del valor de su entorno estará más capacitada para colaborar en el propósito de revertir los daños, por ello entre los objetivos del Consejo Nacional de Cultura y las Artes se encuentra la colaboración amplia con las dependencias directamente relacionadas con esta problemática, a fin de encontrar de manera coordinada los mejores caminos que llevan a una solución.
La cultura científica. Como sabemos el concepto de cultura es incompleto si en él incluimos solo a las artes y a las humanidades. El conocimiento científico, sus métodos y descubrimientos, constituyen la otra parte de la riqueza del saber humano, no sumaremos a los esfuerzos del Conacyt y las universidades del país.
En México existen por supuesto instituciones avocadas a la investigación y la educación científicas. En este caso, la labor de CNCA como promotor de la cultura en un sentido amplio, es la difusión de la cultura científica, a través de medios a su alcance, como la publicación de libros y colecciones especializadas y haciendo eco al Conacyt.
Cultura y turismo. Gran parte del atractivo que tiene México para el turismo nacional y extranjero, además de sus incontables bellezas naturales, es su enorme y diverso acervo cultural. Por todo el territorio encontramos testimonio de nuestras grandes civilizaciones prehispánicas, bellas ciudades edificadas durante el periodo colonial. Además de los museos que albergan parte de esas riquezas, obras artísticas de distintas épocas y regiones.
Por tanto, en la medida en que realicemos una mejor promoción y difusión de estos y otros componentes de nuestra cultura, como las festividades populares, danzas, etcétera, estaremos fomentando la actividad turística aprovechando de ella los beneficios que le son conocidos, pero sin descuidar ni un momento la adecuada protección que requiere cada uno de los elementos señalados.
“Jóvenes, la mayoría de los creadores y los espectadores de arte en México”: Flores Olea.
¹Entrevista realizada al maestro Víctor Flores Olea en 1989 en el periódico el Día siendo Carmen Galindo, directora de Cultura.