El Instituto Nacional Electoral (INE) ha cometido una grave afrenta para la vida democrática de la república machista mexicana. Aprobó criterios que garantizan la paridad de género en la competencia político electoral en la contienda para elegir gobernador o gobernadora en 15 estados.
Y para garantizar la paridad de género, el INE propone que el 50 por ciento de las candidaturas a los gobiernos estatales en juego en el 2021 se otorguen a mujeres.
Los partidos políticos, al menos MORENA y el PAN, no están de acuerdo. La Cámara de Senadores ya fue al desprestigiadísimo Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para echar atrás el acuerdo del INE.
Dicen los senadores que el INE legisla y que el asunto que los consejeros electorales aprobaron es un tema de fondo que solo el legislativo toca. El INE afirma que no legisla, pero que sí adopta medidas afirmativas para “concretar en los hechos, el mandato constitucional de una contienda electoral en condiciones de equidad, certeza, transparencia y legalidad”.
¿Se puede avanzar a que en el 2021 sean postuladas al menos siete mujeres a los gobiernos estatales en juego? Sí, se puede. Solo se necesita que las burocracias de los partidos, dominados por hombres, dejen de ver la postulación de mujeres como un peligro para sus intereses.
Ahora bien, en los partidos ¿quieren que sus compañeras de partido sean gobernadoras? Creo que el machismo partidista no acepta el crecimiento de las mujeres en la política. Griselda Álvarez, Beatriz Paredes, Dulce María Sauri, Ivonne Ortega, Claudia Pavlovich, Amalia García, Rosario Robles, Claudia Sheinbaum y Martha Érika Alonso son las únicas mujeres en la vida política de este país que han asumido el cargo ejecutivo en los gobiernos estatales.
He visto, a lo largo de todo el país, a muchas mujeres aspirando a ser candidatas a presidentas municipales y legisladoras. Las que han llegado a serlo a pesar de los obstáculos machistas y de otras mujeres, han tenido un desempeño entre decoroso y de excelente nivel.
Sin embargo, también me ha tocado ver candidatas, principalmente a las presidencias municipales, que son objeto de negociaciones de sus “líderes” políticos para obtener canonjías a partir de las derrotas electorales de ellas.
Los partidos políticos ya mostraron su inconformidad por medio del Senado. La democracia en México no será plena sin mujeres en todos los cargos de lección popular y en los organismos del Estado. Y tampoco habrá transformación si no es feminista.
La Letrina. El programa se llama John y Sabina, no Sabina y John. Ella es dramaturga y escritora. Él es académico, intelectual y esposo de la zarina anticorrupción. A él lo confunden con un neoliberal declarado, a ella solo se le reconoce por su trabajo. Él, que quede claro, no es machista, es que ella se queja mucho.