Reflexiones de nuestro Quijote 2020: Andrés Manuel y la madrastra de Blancanieves - Mujer es Más -

Reflexiones de nuestro Quijote 2020: Andrés Manuel y la madrastra de Blancanieves

 

Circula en internet un meme que compara las conferencias matutinas del Presidente López Obrador con la gimnasia que realizaba cotidianamente la madrastra de Blancanieves para alimentar su ego, preguntando al espejo si seguía siendo la más bella mujer. Hay muchos juegos sicológicos con esa imagen; muchas interpretaciones posibles.

Es un hecho que la conferencia matutina es un ejercicio de transparencia sin precedentes y que no sé si habrá algún intrépido gobernante que en un futuro lo quiera repetir, debido a los riesgos que implica. Andrés Manuel expone a sus chicos y chicas del coro al escrutinio inexorable de la lente implacable que permite observar, interrogar, plantear infinidad de dudas en busca de sentido o sinsentido en los dichos, en los hechos, en las miradas, en lo silencios.    

La mañana del viernes 18 de septiembre, el Presidente apareció de buen humor a pesar de que el tema era el informe sobre los avances de su estrategia de seguridad durante el mes de agosto. Un día antes se había difundido un reporte del gobierno de Trump que daba cuenta de la insatisfacción con el desempeño mexicano. Cuestionado al respecto el Presidente endureció el semblante y dijo que nada lo iba a hacer caer en la trampa de enfrentarse con el presidente Trump, quien también lo había tratado a él y a México. Señaló que había que entender que ellos estaban en un proceso electoral y nosotros también. Para salir del tema complicado, de inmediato buscó su zona de confort, algo que le provoca una sensación de seguridad y placer: ejercitar la mente para crear frases sarcásticas contra sus críticos. Allí quedaron sus viejos-nuevos-viejos reclamos a los “intelectuales orgánicos”. Los destinatarios de moda son ahora Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín, como antes fueron Carlos Loret de Mola o Joaquín López Dóriga. En días recientes esa zona de confort ha cumplido su cometido, aunque el problema es que hace mucho que no inventa nuevos chistes. Pero la zona de confort no siempre le resulta del todo confortable. Aquel viernes 11 de septiembre, un señalamiento del periódico Reforma sobre presuntos actos de corrupción en Macuspana le borró la sonrisa del rostro y apareció una mueca que nos hizo imaginar sus amígdalas vibrando en parodia del grito libertario. En vez de recordar a los héroes con la arenga ¡Muera el mal gobierno!, Andrés Manuel nos recetó un: ¡Muera el pasquín inmundo de Reforma!

Pero el viernes 18 de septiembre al que hoy me refiero, el Presidente se mostró relajado, confiado en su estrategia. Todo marchaba de acuerdo con lo previsto, hasta que un golpe de infortunio hizo que Jesús equivocara la imagen para la pantalla (aunque hay quienes dicen que no fue exactamente lo que se dice una equivocación). El Presidente había dicho que Reforma era absolutamente predecible y quiso mostrar la manera en que el diario había destacado en su primera plana el desplegado de los intelectuales y periodistas que se quejaban por la falta de libertad de expresión. Jesús le pasó el micrófono. El Presidente, con paso firme y seguro se dirigió a la pantalla donde aparecía la primera plana del diario…pero lo que no apareció fue la nota sobre las quejas de los intelectuales. La cámara estaba sobre él, captando el detalle de cada movimiento. De pronto, el Presidente comenzó a perder la compostura. Volteaba implorando a Jesús, desesperado: ¡No está! Su angustia ante el fracaso del sketch se vio subrayada por el telón de fondo de lo que había sido la estrategia de Reforma para golpearlo. Ahí estaba el encabezado de la primera plana: Suma México 45 masacres y el recuadro con la imagen presidencial que tituló Del dicho… “Ya no hay torturas, desaparecidos, ni masacres” (AMLO Segundo Informe) …a los hechos: 

Enero 17, masacre en Guerrero;

junio 22, masacre en Oaxaca;

junio 30, masacre en Guanajuato;

septiembre 1, masacre en Cuernavaca.

La imagen de la primera plana que quedó más cerca del rostro del angustiado Presidente fue la que destacaba: Ayer asesinan a 27 en Guanajuato.

En días recientes descubrí un concepto que los surrealistas utilizaban para decir que las “casualidades” tienen causas profundas. Ellos hablaban del “azar de fondo”, algo arraigado en el inconsciente colectivo que el psicólogo Carl Jung, denominó como el “fenómeno de sincronicidad”.

En eso pensaba yo cuando poco a poco fui cayendo en el sueño de la merecida siesta del mediodía. Esto fue lo que sucedió.

Conversación con nuestro Quijote 2020

—Me tenías muy abandonado, querida Regina, me dijo nuestro Quijote con una sonrisa. Pero es bueno que vuelvas. ¿Ahora qué es lo que no te gusta de tu Presidente?, me dijo con una sonrisa.

—Me conoces demasiado bien, mi querido Quijote. Si la imagen que vi en la conferencia matutina corresponde a lo que los surrealistas llaman “azar objetivo”, es probable que mucha gente haya estado deseando que al Presidente se le cayera el teatro. Me detuve abruptamente, sorprendida yo misma de la sucesión automática de ideas que asaltó mi mente.

—Los surrealistas… Algunos de ellos grandes tipos… Dalí se conectaba frecuentemente conmigo en aquellos arranques impetuosos… Hemos tenido una gran relación…

André Bretón, considerado el padre del surrealismo siempre dijo que nada tenía que enseñarnos a los mexicanos, porque nosotros vivíamos el surrealismo de manera cotidiana.

—Mucha razón tiene Bretón en esa observación, me dijo nuestro Quijote. Y tal vez mucha razón tiene tu mente al conectar al surrealismo con lo que estás viviendo.

—El surrealismo nació en el período de entre guerras, en el ambiente opresivo de una Europa sumergida por conflictos no resueltos, ese ambiente gris que antecedió el ascenso de regímenes totalitarios, respondí.

—¿Te preocupa la libertad?, preguntó nuestro Quijote.

Me preocupa el discurso de odio con el que se está envenenando el ambiente, respondí apesadumbrada.

—Yo he sido testigo de muchas guerras, recordó nuestro Quijote. A veces hacen más daño las heridas que causan las palabras.

¿Qué hacemos?, pregunté con tono melancólico.

—Déjame hacerme un poco de propaganda, respondió con una sonrisa. Es tiempo de que recurras a figuras que recuerden a la gente de tu tiempo las palabras que conectan con el sentido de la vida, con el amor, con el perdón, con lo que algunos identifican como el espíritu quijotesco. Defender la libertad no es defender a Enrique, a Héctor, a Carlos o a Joaquín. El defender la libertad de todos, o ninguno.

—¿En quién piensas?, pregunté.

—En un amigo tuyo… uno de tus maestros.

¿Andrés Henestrosa?, le dije otra vez, en reflejo automático que no dejó de sorprenderme.

Andrés siempre puede sacarte de dudas, o incrementarlas, respondió divertido. Busca el librito que editó la comunidad judía en México que se llama Eternidad de la canción. 

—Sí, lo recuerdo. Don Andrés me lo regaló y me dijo que lo editaron cuando le dieron el premio René Cassin, por su defensa de los derechos humanos de la minoría judía en la Unión Soviética.

—Fue un buen regalo, exclamó nuestro Quijote. En ese librito, el escritor Sergio Nudelstejer dice de Andrés que es un escritor que se ha dedicado con amor inigualable a profundizar en las propias raíces de su pueblo; ha servido a grandes corrientes de la sociología, de la literatura, la lingüística y el pensamiento universales… Pero, sobre todo, Sergio dijo que a Andrés se le quiere por su soberbio espíritu de Quijote; porque gusta de las empresas de bien… porque es un idealista, un espíritu libre, un soñador, un amante de los primeros principios, un enamorado del mundo por venir, un entusiasta gustador de aventuras en las que esgrime como única arma su pluma y su genio brillantes…

—Lo dijo bien Sergio Nudelstejer, respondí con una sonrisa. ¿Y qué crees que Andrés me diría?, pregunté no sin cierto asombro ante el giro que había tomado nuestra conversación.

—Él tiene un texto que sería muy bueno que alguien le hiciera llegar a tu Presidente en estos momentos en que tiene sentimientos encontrados respecto a la libertad de expresión. 

Escribió Andrés:

“Cuando se muere un hombre todos mueren. Si se encarcela a uno, todos padecen prisión. Si se me niega hablar mi idioma, a ti y a él niegan hablar la lengua propia. Persiguen a mi Dios cuando persiguen a tu Dios. Queman mi libro cuando se quema el tuyo. Muero con el que muere por decir la verdad. Con el libro queman el autor. Todos están en peligro cuando se persigue a la palabra libre. El que condena al fuego un libro, acaba por quemar al que lo escribió. Por indio, por judío, por negro estoy con todos aquellos que pelan por ser libres, por ser ellos mismos. Indios, negros, judíos son los mismos ante mis ojos y mi conciencia. Por eso estoy aquí, con ustedes”.

Cuando desperté, la imagen del sueño aún estaba ahí. La imagen que me conectó con las posibles “sincronías”, con ese concepto surrealista del “azar objetivo”. ¿Será posible que se cumpla el sueño del Quijote y alguien le haga llegar a Andrés Manuel no sólo las palabras de Andrés, sino el espíritu que las inspiró?  Ojalá no sea un sueño imposible.  

Viernes 18 de septiembre, 2020. Mes patrio en tiempos de pandemia. 


Regina Santiago Núñez es directora de la consultoría en comunicación política CIAM,S.C. y presidenta del observatorio ciudadano de medios OMCIM, S.C.  Escribió el libro “Transición 2000: Frágil, ¡manéjese con cuidado! (UIA 2000) y “Gonzalo De Murga y Suinaga: Un Quijote en México” (Porrúa 2005). 

Twitter: @regi_santiago

Facebook: Regina Santiago Núñez  

 

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