Lizeth fue violentada por medio de la filtración no autorizada de fotos íntimas por parte de su exesposo, Gilberto, por lo que ella decidió denunciarlo a través de sus redes sociales mediante un video en el que enlista que la filtración de fotos es uno de tantos actos de violencia perpetrados en su contra por su expareja.
La denuncia dio como resultado la etiqueta #SonMisFotos, con el que las mujeres mostraron unidad ante la publicación de cualquier material sensible en contra de mujeres.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en su documento Módulo sobre Ciberacoso (MOCIBA) 2019, que publicó en mayo pasado, brinda un panorama en cifras de cómo se da este delito en nuestro país. De acuerdo con los resultados, divulgados por Forbes México (05-05-2020), en los rangos de edad el 36.4% de las mujeres de 20 a 29 años que utilizaron internet en 2019 sufrieron ciberacoso en los últimos 12 meses. Del total de mujeres acosadas, el 40.3% de las mujeres de 12 años y más víctimas de ciberacoso durante los últimos 12 meses recibió insinuaciones o propuestas sexuales.
Y si bien en México hay avance legislativo en la problemática de difusión de material privado, éste no ha sido suficiente.
La denominada ‘Ley Olimpia’ surgió a raíz de la difusión de un video de contenido sexual no autorizado de una mujer en el estado de Puebla. A raíz de esto, se dio lugar a una iniciativa para reformar el Código Penal de dicha entidad y tipificar tales conductas como violación a la intimidad; acción que se ha replicado en 23 estados.
No es una ley como tal, sino que, de acuerdo con su ficha técnica en el portal de orden jurídico del Gobierno de México, la “Ley Olimpia” se refiere a un conjunto de reformas legislativas encaminadas a reconocer la violencia digital y sancionar los delitos que violen la intimidad sexual de las personas a través de medios digitales.
Desde su aprobación en la CDMX, la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D) señaló las fallas presentes en el dictamen de la “Ley Olimpia”, mencionó que es necesario tomar medidas contra la violencia digital, “pero advirtió, antes de su aprobación, que el dictamen contiene graves deficiencias que pueden revictimizar a las mujeres que la denuncian” (Animal Político 12-03-2019).
Y si bien en el mes de febrero se registró la primera vinculación a proceso contra un hombre que tomó fotos a una alumna de la Universidad Nacional Autónoma de México, al mes de junio no había sentencia aún. Hay denuncias, pero nulas sentencias. Para los especialistas, la redacción, las penas que tienden a ser todas de tipo penal, y el que se mencionen delitos para los cuales ya había tipificación complica el castigo para los ciberacosadores.
Mientras tanto, Facebook e Instagram lanzaron un programa piloto de acompañamiento y prevención para mayores de edad (pues en el caso de menores requiere de acompañamiento legal) donde se apoya a las víctimas de extorsión o amenaza de divulgación de fotos íntimas para que éstas no sean divulgadas a través de sus plataformas. El programa llamado “Sin mi consentimiento” hace uso de tecnologías que buscan evitar que esas redes se conviertan en herramienta de acoso.
Mientras tanto, entre fallas y programas piloto, queda el camino más largo por recorrer: el de entender que no estamos para juzgar a la víctima sino para acompañarla y cerrar filas hasta que los acosadores caigan.