El 18 de julio de cada año se conmemora como el Día Internacional de Nelson Mandela, en reconocimiento por su gran contribución a la paz, la igualdad y libertad mundial, su servicio a la humanidad abordó diferentes aspectos, desde procesos democráticos en su país, hasta dejar un legado para las personas en reclusión.
Hace 11 años, que la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, determinó proclamar cada día 18 de julio, aniversario del natalicio de Mandela, como el día para recordarlo, haciendo énfasis en su labor para promover y proteger derechos humanos.
Su máximo legado, puede considerarse post mortem y se trata de la revisión a las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos, que, a partir del 2015, en su honor se han denominado “Reglas Nelson Mandela”, debido a los 27 años que pasó en reclusión, derivado de su lucha política, su resistencia y voluntad férrea, ejemplo virtuoso que también se le reconoce.
En la revisión de las Reglas Mínimas, el Grupo de Expertos concentró las recomendaciones a cuestiones relativas al respeto a la dignidad y valor inherente de los reclusos como seres humanos, a servicios médicos y sanitarios, por lo que ve a las medidas y sanciones disciplinarias, esto último incluye las reglas relativas al régimen de aislamiento y reducción de alimentos; la investigación de las muertes de reclusos, en mayor medida si existen indicios o denuncias por torturas, penas o tratos inhumanos; la protección de grupos vulnerables en reclusión, así como sus necesidades especiales, particularmente en países con circunstancias difíciles; atención al derecho de una representación letrada; y, la capacitación del personal para aplicación de las Reglas Mínimas.
Lo anterior quedó establecido en la resolución aprobada por la Asamblea General, A/RES/70/175, teniendo como principal fin que, la revisión es con el objeto de reflejar avances de la ciencia penitenciaria y buenas prácticas, para con ello garantizar y promover la seguridad y trato digno a las personas en circunstancia de reclusión.
Denominar a las Reglas Mínimas como Reglas Nelson Mandela, es un homenaje, sin duda, pero también, es de alguna forma, el recordatorio constante a las naciones del mundo, que, los sistemas penitenciarios deben privilegiar un trato digno a las personas privadas de su libertad, los Estados Parte, están obligados a observar este instrumento internacional, y es una forma de garantizar los derechos humanos de quienes se encuentran recluidos.
Con la determinación de la Asamblea General de la ONU, el Día Internacional de Nelson Mandela, no solo reconoce al estadista, sino que se convierte en un día en el que se promueve condiciones de reclusión dignas, sirve para sensibilizar acerca de la cultura del respeto de derechos humanos de las personas encarceladas, valorar y resaltar la labor del personal penitenciario, también en el escenario del 18 de julio, se convoca a los Estados Miembros para que, de ser el caso, se puedan adaptar sus marcos jurídicos internos para armonizarlos con las Reglas Mínimas, alentándolos siempre a mejorar las condiciones de reclusión y seguir los propósitos en materia de justicia penal que abarca el instrumento.
La intención de las Reglas Nelson Mandela es mejorar los sistemas penitenciarios en pro de los derechos humanos, una tarea pendiente en muchas naciones, el hecho de que lleven el nombre de alguien que luchó cada día en contra de las desigualdades, la pobreza, la injusticia, pone la vara alta, más si se visualiza en el contexto actual: naciones sobreviviendo a una pandemia.
En este escenario, el legado de un hombre como Mandela, no solo aplica a quienes se encuentran en reclusión, sino a todos aquellos que viven en desigualdad, la dura realidad de la emergencia sanitaria, de pronto, casi todos y todas nos convertimos en población vulnerable, en varios aspectos: laboral, económico, salud, educación, cultura, seguridad, entre otros.
El servicio a la comunidad, servir al otro, defenderle, ayudar, promover y respetar sus derechos humanos fueron acciones emprendidas por Nelson Mandela, al día de hoy, se tornan como acciones imprescindibles para vivir en una sociedad, en paz y justicia. Tareas inacabadas, pero parte de una herencia de lucha contra las diferencias entre los seres humanos.
Mandela luchó desde joven contra la discriminación y explotación de los sudafricanos, su mayor defensa fue para eliminar la segregación racial, su paso por la cárcel fue lo que motivó el más grande reconocimiento que pudo haberle concedido la ONU, en su memoria promover mayores garantías para quienes se encuentran en reclusión, sin embargo, su ejemplo es por el respeto en general de los derechos humanos de todas y todos, sin importar su circunstancia.
La pobreza no es natural: es creada por el hombre y puede superarse y erradicarse mediante acciones de los seres humanos. Y erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia. Nelson Mandela.