«PUEBLO DEL SOL» Mi abuelo el 'pejechairo' - Mujer es Más -

«PUEBLO DEL SOL» Mi abuelo el ‘pejechairo’

 

 

Un 16 de julio, pero de 1918, nació mi abuelo Juventino V. Castro y Castro. De profesión abogado. Personaje público. Y uno de mis amores entrañables. Esta madrugada soñé con él y entre sueños volví a vivir su muerte.

Desperté con las imágenes en mi mente y recordé los versos que García Lorca le dedicó a Sánchez Mejía por su muerte: “Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace, un andaluz tan claro, tan rico de aventura. Yo canto su elegancia con palabras que gimen y recuerdo una brisa triste por los olivos.” Repito las palabras de Lorca y las modifico a mi antojo: “Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace, un mexicano tan claro, tan rico de aventura…

Y me decidí a escribir este artículo-homenaje compartiendo con ustedes algunos fragmentos de sus Breves apuntes autobiográficos, que escribió y terminó en el decisivo año de 2006 al momento del recuento de votos de las elecciones de ese momento. Nos repartió a sus familiares el libro con la necesidad interior que juzgáramos  sus decisiones de esos meses desde su punto de vista, sin la tóxica opinión de los muchos que le criticaron por formar parte del grupo de asesores del entonces candidato Andrés Manuel López Obrador. Porque quiero decirles que fueron muchos y cercanos sus amigos y colegas que por ser un viejito pejechairo lo insultaron, le reclamaron y le retiraron el habla. ¡Así los fifís! Incluso (según nos contó) fue fichado por el CISEN como enemigo público y recibió amenazas de Gobernación y del poder judicial de ese entonces.

La selección de fragmentos  la hice de forma libre y arbitraria. Pues  marcan la trayectoria de lo que para mi fue un hombre con pensamiento social en el México de hoy y de siempre. Sin duda un ejemplo a seguir. Le cedo la palabra a don Juven.

“El México en que yo empecé a vivir contenía una fuerte carga de reivindicaciones sociales. La principal fuente de riqueza eran los productos del campo, y de éste se habían apoderado con gran solidez los ricos hacendados. El movimiento contra ellos siempre fue el de una lucha por los derechos campesinos, especialmente para obtener una mejor distribución de la riqueza; y cuando el campo empobreció y los campesinos se fugaron a las ciudades y dieron origen a la industrialización de México desplazándose del campo, ello dio motivo a que en nuestro país los derechos sociales (colectivos) de los obreros, de los campesinos y de los cooperativistas fueran el signo prevalente de todas las discusiones y los mejores esfuerzos políticos.

“Quienes se criaron en ese mundo especial (y yo fui uno de ellos) empezamos a manejar un lenguaje que no siempre era entendido o autorizado por nuestros padres. Creo que ese fue el primer rompimiento generacional que hubo en México”.

“En lo personal ya había sido encajonado y adoctrinado por una escuela confesional, y un ambiente en el que a personajes como Juárez y su grupo de Reforma se les debería de odiar, y que sostenía simultáneamente dos versiones históricas en los libros que nos podíamos allegar: la conservadora (católica) y la liberal (masónica, como nos hacían creer). Se había impuesto en todo el país un clima de terror que casi constituía una guerra santa. Los estudiantes de las escuelas católicas éramos pan comido para obtener adeptos”.

“Por ello en la historia de México tiene tanta importancia el arribo a la Presidencia de la República (1934-1940) del General Lázaro Cárdenas del Río… Por sobre todas las cosas yo ubico la grandeza de Cárdenas en habernos enseñado cómo gobernar con sentido social, sin dejar de respetar y proteger a los derechos individuales. Fue un gran hombre. Siendo joven (cuando expropió yo estaba cursando el tercer año de la carrera) fui uno de los manifestantes en apoyo de él en el Zócalo, donde a nombre de los universitarios Luis Chico Goerne, Rector de la Universidad, ofreció la solidaridad de las juventudes al valiente mandatario. Quedé impresionado de él. Muchos años después tuve el honor de estrechar su mano en un convivio y quedé electrizado de su gran personalidad”.

“En 1995 en el vado de Aguas blancas, la policía del Estado, por instrucciones del gobernador del Estado y de otros funcionarios de él que ejecutaban sus órdenes, se decidió que un grupo de campesinos de la región montañosa que se trasladaban utilizando autobuses fueran detenidos “a como diera lugar…” Las instrucciones del gobernador fueron estrictamente cumplidas, utilizándose brutalmente armas de fuego. Muchos muertos y heridos se produjeron en esta verdadera matanza irresponsable y atentatoria… en el autobús detenido y asaltado por la policía estatal viajaban campesinos, amas de casa que iban a comprar al mercado sus alimentos y simples viajantes… Luego de que el Presidente Zedillo pidiera a la Suprema Corte la investigación de los hechos, el Máximo Tribunal dictaminó que existió violación grave de garantías individuales… La Comisión investigadora de la Corte concluyó la responsabilidad en que incurrieron el gobernador del Estado, Rubén Figueroa y diversas autoridades de su gobierno”.

“En 1998 estudiamos y resolvimos el anatocismo (el cobro de intereses sobre intereses vencidos y no pagados) que prácticamente puso en quiebra a todos los mexicanos y dio lugar al nacimiento del FOBAPROA (llamado el robo de los siglos; de todos los siglos de todos los México juntos) mediante el cual un Gobierno bandido aceptó los créditos vencidos y no cubiertos por los acreedores hipotecarios de los bancos; sin autorización alguna los pagó Zedillo con fondos públicos de los ciudadanos mexicanos que jamás dieron consentimiento para ello ni lo dio la Cámara de Diputados; y es quizás una de las tantas razones de nuestro actual estado de miseria e incapacidad.

“Este caso de anatocismo  fue tan sonado y examinado por la Suprema Corte. Mi Ponencia condenaba al anatocismo; consideraba abusiva la actuación de los Bancos, de la CNBV, del Banco de México y hasta de la Secretaría de Hacienda. Por lo contrario, traté de hacer justicia a los acreedores hipotecarios, principalmente aplicando la justicia social… En media hora, o menos, se decretó por mayoría de votos en el Pleno  la total validez del anatocismo, la no aplicabilidad de las disposiciones contrarias de los códigos civil y mercantil, la validez de los procedimientos de los bancos, la capacidad legislativa del Banco de México, y la obligación de los deudores de pagar no solo la cantidad realmente prestada y sus intereses ordinarios, sino sus intereses moratorios y los especiales generados por la indebida práctica del anatocismo”.

“Desde el 2004 fundé la Asociación Civil “Cambio de la cultura en México”. Eso explica cómo consideré que el único político que haría posible semejante hazaña, fuera Andrés Manuel López Obrador, y yo con mis elementales intranquilidades me propuse sumarme al esfuerzo… Se me invitó-y yo acepté de inmediato-, actuar como asesor junto con otros cuantos más, del candidato a la Presidencia. Poca y pobre intervención tuve bajo esa calidad, pero es obvio que para mi resultó un honor la ubicación que se me dio. Creo haber concluido mi asesoría proponiendo (la cual fue aceptada por López Obrador) se solicitara a la Suprema Corte el conteo “voto por voto” de los emitidos”.

Miro la foto del recuerdo de mi abuelo entre los asesores de López Obrador: González Pedrero, Luis Villoro, Elena Poniatowska, Rogelio Ramírez de la O, José María Pérez Gay y Javier Quijano. Pienso ahora en la iniciativa de algunos intelectuales lanzada apenas estos días titulada “Contra la deriva autoritaria y por la defensa de la democracia”. Entre los firmantes hay plumas exquisitas y de calidad. Habrá como siempre, un segmento de la sociedad que hace suya la andanada y yo lo respeto. Pero hoy yo no pude mas que recordar a mi abuelo Juventino V. Castro y Castro y su pensamiento político. Tan claro y vigente como cuando fue al Zócalo en 1936 a respaldar a Cárdenas, como cuando condenó la masacre de Aguas Blancas siendo ministro, como cuando perdió con su tesis de justicia social frente a la fuerza de los Bancos. Y desde luego cuando nos invitó a muchos que lo queríamos a participar de su grupo “Cambio de la cultura en México” que buscaba un mejor país. ¿Será posible construirlo ahora? Yo creo que sí. ¡Feliz cumpleaños Juven!

 

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