¿Alguna vez le han proferido aquella frase de las abuelas: “candil de la calle, oscuridad de tu casa”?
Yo conozco a muchos que afuera son unos y en su casa son otros.
¿Usted cómo se comporta cuando viaja a otro país, como Estados Unidos, por ejemplo?
Porque hay gente que cuando viaja al extranjero, modifica su comportamiento, porque si rompe las reglas, paga las consecuencias. No se estaciona en lugares prohibidos, no tira basura en la calle, no se cruza a mitad de calle, respeta hasta la luz amarilla del semáforo, en fin, un lugar donde muestran una faceta diferente.
A varios nos llamó la atención que el presidente Andrés Manuel López Obrador realizó giras en el país y desestimó el uso del cubreboca. Se negó hacerlo desde el inicio de la emergencia sanitaria, a pesar de las recomendaciones de expertos de la OMS.
El presidente está en su derecho de no usarlo. Sobre su propia salud, cada quien es libre de tomar las decisiones que le parezcan convenientes.
Jamás puso el ejemplo de: “si te proteges tú, proteges a los demás”.
Es más, ni la prueba se había hecho, a pesar de que varios de sus colaboradores han resultaron positivos de COVID-19 y han estado cercanos a él.
Pero un día, las cosas cambiaron.
La invitación de Donald Trump a la Casa Blanca fue suficiente para que se hiciera la prueba y para que por primera vez durante la pandemia usara cubreboca en un vuelo comercial.
Justificó que lo hizo por responsabilidad. Pero esa responsabilidad que mostró para ir ante el presidente de los Estados Unidos, hubiera sido un extraordinario ejemplo para muchos mexicanos, durante sus giras o en sus eventos de más de 50 personas.
En México los contagios no paran. En las últimas semanas el promedio ha sido de 5 mil casos positivos diarios. De ahí la insistencia de usar el cubrebocas.
La curva sigue sin formar ángulo. Así, entramos a la llamada “nueva normalidad”, que de nueva solo ha traído estadísticas a la alza. Apenas ayer se rompió el récord de las cifras de contagio 6 mil 995 y casi 33 mil fallecidos.
Cada semana se rebasan las cifras de contagios diarios, el brote persiste. Recientemente abrieron sus puertas los restaurantes, los centros comerciales y otros negocios no esenciales. El uso de mascarilla debería ser obligatorio para no propagar el contagioso virus. ¿Pondrá el ejemplo nuestro presidente? Incluso sería por su bien.
La carrera electoral ya comenzó y evidentemente el presidente continuará con sus giras por el país. ¿Mostrará ante su gente, la misma responsabilidad que mostró para ir a ver a Donald Trump?
Los discursos bien cuidados de ayer de los dos mandatarios, son un ejemplo de que se puede ser mesurado, conciliador y respetuoso.
No entiendo como en el primer discurso insistió tres veces en que el presidente estadounidense ha sido respetuoso con México y con los mexicanos, cuando hasta de violadores, asesinos y racistas ha señalado a nuestros paisanos.
Pero ese, es otro tema.
Ojalá que esa visita nos traiga de regreso a un presidente que ponga el ejemplo frente a una crisis sanitaria y a un presidente conciliador que no utilice la tribuna matutina como paredón para sus adversarios.