Todos los días son de orgullo para la comunidad LGBTI+, porque no es una simple celebración.
Cuando se hace la referencia a la palabra orgullo, no es en el sentido estricto de su definición que el Diccionario de la Lengua Española refiere como un sentimiento de satisfacción por los logros, capacidades o méritos propios; arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que suele conllevar sentimiento de superioridad; amor propio, autoestima. No es en ese contexto.
Conmemorar el 28 de junio de cada año, el Día del Orgullo es con la finalidad de visibilizar a la comunidad de la diversidad sexual y así promover en su favor tolerancia, igualdad de derechos ante la ley, no discriminación y respeto absoluto a su dignidad. Por tanto, no es una fiesta, para alardear ni hacer demostraciones negativas, al contrario, es conmemorar el orgullo de aceptarse y reconocerse, pero sobre todo con la finalidad de poner un límite a los tratos diferenciados, además de que históricamente han sido sometidos a discriminación por su orientación sexual, identidad, expresión de género y diversidad corporal, para evitar violencia física, psicológica y social, persecuciones, delitos de odio y demás abusos con la clara intención de menoscabar sus derechos humanos.
En reconocimiento de los derechos humanos de la comunidad LGBTI+, la Corte Interamericana de Derechos Humanos al emitir la Opinión Consultiva 24/17 sobre la identidad de género, e igualdad y no discriminación a parejas del mismo sexo; crea una Jurisprudencia que permite transformar la vida de las personas que integran esta comunidad, al considerar les está reconocido un derecho, en general, donde se incluyen todos los derechos, y no puede ser restringido ni negado a nadie y bajo ninguna circunstancia con base en su orientación sexual o su identidad de género.
El razonamiento de la CIDH parte del análisis de los derechos humanos a la igualdad y no discriminación, el derecho a la identidad y al reconocimiento de la personalidad jurídica, en este caso, involucrando el nombre y la adecuación de datos de identidad de género auto-percibida.
Al tratarse del derecho a la no discriminación de las personas que integran la comunidad LGBTI+, esa garantía se encuentra consagrada en el artículo primero de la Constitución Federal, por ello, el Estado mexicano está obligado a protegerla y respetarla, con acciones que permitan el pleno desarrollo de las personas en la sociedad, desenvolviéndose en todos los ámbitos de la vida con las mismas prerrogativas que cualquier otra persona.
Lo lamentable es que, bajo cualquier justificación, las personas regatean el reconocimiento de los derechos a los demás, en este caso a la comunidad de diversidad sexual, justo en este 2020, año que por la pandemia no hubo la marcha del orgullo en las calles de las ciudades, en redes sociales, como ha sido la comunicación en últimas fechas, se sugiere “un día del orgullo heterosexual”.
Los diversos colectivos que buscan la igualdad para la comunidad LGBTI+, propusieron 10 razones básicas del por qué eso no es necesario: 1. En ningún país es ilegal ser heterosexual, por lo que tampoco existe la pena de muerte por esa razón. 2. En ningún país es ilegal el matrimonio entre heterosexuales. 3. No hay insultos o agresiones por ser heterosexual. 4. En ningún hogar se ha despreciado a un hijo o hija por ser heterosexual. 5. No hay quejas en lugares públicos por compartir vestidores entre personas heterosexuales. 6. La heterosexualidad no es estadística de crímenes de odio. 7. Nadie ha preferido “un hijo/a enferma” antes que heterosexual. 8. No hay grupos de “caza heterosexuales”. 9. No hay campañas para retirar anuncios donde aparecen personas heterosexuales. 10. No existen libros ni terapias de reconversión para dejar de ser heterosexual.
Ser empáticos, reconocer la diferencia del otro u otra y respetarla, pero sobretodo, partiendo de reconocer sus derechos fundamentales, se podrá convertir a las demás personas como en defensoras de los derechos de la persona vulnerable por su circunstancia y diversidad sexual, y será así que la idea de dignificar al otro y a la otra respetando sus decisiones, permitirá la anhelada igualdad y tolerancia.
Tolerar lo que resulta distinto, es respetar la circunstancia de la otra persona, sobre la que nadie tiene derecho a decidir.
#AmorEsAmor