Pasó una semana en la que tres mujeres ubicadas en áreas gubernamentales básicas para el desarrollo humano optaron por renunciar a sus funciones.
El presidente Andrés Manuel López Obrador aceptó la renuncia de Mónica Maccise como titular del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), y confirmó la salida de Mara Gómez Pérez de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) y de la subsecretaria de Integración y Desarrollo de la Secretaría de Salud, Asa Cristina Laurell. Cabe destacar que, en el caso particular de Mara Gómez Palacio, ella no había presentado su renuncia de manera formal para el momento en el que el presidente ya había dado el aviso (La Jornada 20-06-20).
Ante la desbandada, el doctor José Ramón Cossío, ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, escribió en Twitter:
“Es triste ver que hoy renunciaron tres mujeres involucradas en temas esenciales: salud, discriminación y víctimas. Las tres por las mismas causas: falta de presupuesto, de apoyo y de compromiso. Más allá de las personas, debemos preguntarnos por el fondo del asunto”.
En efecto, más allá del ruido de las redes, donde las renuncias de las funcionarias se ven envueltas en los rumores generados por diferencias polémicas que involucran, respectivamente y en orden, a la doctora Beatriz Gutiérrez Müller, a los inconformes entre las llamadas víctimas de la guerra sucia de los setentas y a un “austericidio” asfixiante y presuntas pugnas con el secretario de Salud, Jorge Alcocer, el fondo alarmante es el desapego y falta de interés por problemas que aquejan de fondo a la población y en mayor proporción a la mujer.
Que el mandatario cuestiona la utilidad de Conapred resulta ofensivo en un país donde la discriminación es estructural. En el caso de las mujeres en México, de forma sistemática y normalizada son discriminadas en las actividades cotidianas y en el ejercicio de sus derechos. En el ámbito laboral, con los techos y paredes de cristal, con jornadas de trabajo más extensas al estar históricamente obligadas a cubrir ellas las labores domésticas y de cuidados en el hogar, añadidas a sus jornadas de labores seculares; o en las actividades científicas, donde el discurso de género ha privilegiado a los hombres.
Lo mismo sucede con la CEAV y el alarmante recorte de presupuesto que los limitó, de acuerdo con lo dicho por la titular, en el pago de los servicios básicos operativos de la oficina. Para quienes no están familiarizados con las funciones de la Comisión, su objetivo es garantizar, promover y proteger los derechos de las víctimas del delito y de violaciones a derechos humanos, en especial los derechos a la asistencia, a la protección y a la atención en términos del artículo 2 de la Ley General de Víctimas (LGV), de acuerdo con el portal de transparencia del Gobierno de México.
Resulta un reflejo de las condiciones de abandono de las víctimas que el órgano encargado de velar por sus derechos esté en tal abandono que su titular tenga que renunciar argumentando que no existen condiciones políticas ni económicas para desarrollar su trabajo al frente de esta institución.
En el sector salud no es diferente el panorama. La ahora exfuncionaria, en su gestión, estaba encargada de hacer el diagnóstico de las condiciones en que se encontraban los servicios médicos en los estados de la República y determinar las necesidades por cubrir.
Sus diferencias con el doctor Alcocer se remontan a la intención de desaparecer la subsecretaría encabezada por ella misma para dicha función y también por recortes presupuestales.
De acuerdo con el Diagnóstico sobre las condiciones de vida, el ejercicio de los derechos humanos y las políticas públicas disponibles para mujeres que constituyen la población callejera 2019, la vida de las mujeres en la calle se acorta por situaciones prevenibles, como la deficiencia en la atención en salud o la negación de servicios. ¿En ese panorama se busca recortar el presupuesto?
Y mientras el Tren Maya recibe banderazos de arranque y apoyo presupuestal federal pleno, nosotras tendremos que continuar con este descarrilado viaje en perjuicio de nuestros derechos fundamentales y garantías sociales.