Un abuso policiaco en Ixtlahuacán de los Membrillos develó la crítica situación de seguridad que vive Jalisco con la infiltración del crimen organizado en los cuerpos policiacos, los intereses políticos que ni el coronavirus pueden menguar y el crispamiento social existente. A la mayoría de los manifestantes, jaliscienses y mexicanos, ni siquiera les importa en realidad la vida o muerte de Giovanni López. Él fue solo un pretexto para la exacerbación de su rabia, indignación y frustración contenida contra todo lo que significa una imagen de autoridad.
El enojo de los manifestantes fue contagiado a todos los jaliscienses, unos estaban indignados presuntamente por el abuso policiaco y otros terminaron furiosos al ver cómo envalentonados bajo un cubrebocas, los jóvenes vandalizaban el edificio histórico que dio alojamiento al Padre de la Patria, Miguel Hidalgo e irrumpían donde se firmó el decreto de abolición de la esclavitud.
Desde la manifestación de los globalifóbicos en la III Cumbre América Latina, el Caribe y la Unión Europea (ALCUE) que tuvo como sede Guadalajara en mayo del año 2004, no se había visto una protesta violenta. Ahora se extrañó la fuerza y determinación del entonces gobernador Francisco Ramírez Acuña, quien no movió ni un ápice su postura en contra de jaliscienses, connacionales y extranjeros que destruyeron el mobiliario de la ciudad y los comercios del centro tapatío.
Ramírez Acuña catalogó de vándalos a los manifestantes que fueron identificados como miembros del Consejo General de Huelga (CGH) de la UNAM. A pesar de que fue acusado y denunciado por tortura y violación de derechos humanos, él se negó a aceptar recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Amnistía Internacional y Human Rights Watch. Irónicamente fue en junio de hace 16 años cuando reconoció en la Plaza de los Tres Poderes, a los policías que enfrentaron a los globalifóbicos por su “valentía, disciplina y estoicismo”.
A Enrique Alfaro Ramírez le tocó vivir una época totalmente diferente, quizás por eso se le vio un rostro que muchos no conocían, decidió ser benevolente, retirar los cargos y dejar en libertad a los agresores del patrimonio jalisciense en aras de que regresara la tranquilidad social. ¿Mostró debilidad Alfaro? Definitivamente, no. Al contrario, saldrá fortalecido de todo este escandaloso capítulo.
Durante su carrera política Alfaro ha mostrado su inteligencia, su capacidad de estrategia política, su oratoria, su poder de negociación, su carácter fuerte y claro, también su poca tolerancia a la frustración.
La oleada en su contra a nivel nacional y el arribo a Jalisco del caballito de batalla morenista, son tan solo muestras de que Alfaro es una carta fuerte para llegar a la esfera nacional. Aquí en Jalisco Movimiento Ciudadano no tiene oposición política, eso le preocupa al partido político forjado por Andrés Manuel López Obrador.
Quizás la mayoría de la población está inmersa en la pandemia mundial por coronavirus, el dengue, la inseguridad y cualquier otro problema social y sanitario que no debemos olvidar, pero los “animales políticos” ya tienen en su mente y en la mira, las campañas electorales; obvio, el fin es no permitir que les arrebaten de nuevo el carro completo en las principales ciudades de Jalisco porque vez tras vez se ha demostrado que quien gana, Jalisco gana el país… por lo menos hasta el pasado 2018.
Las derrotas previas que sufrió Enrique Alfaro le han dotado además de resiliencia. ¿Cuál sería su debilidad? Quizás sea el nunca estar satisfecho, siempre va por más. Desde siempre se le ha conocido como político de batalla, no importa si era regidor, diputado, alcalde o gobernador. Es ese deseo inagotable de ir por más, quizás sea su mayor virtud o su debilidad.
No hay que perder de vista la investigación sobre infiltraciones del crimen organizado en el Ministerio Público y cuerpos policiacos es añeja, ya que es solo el resultado de décadas de negociaciones con autoridades anteriores. No se sorprenda, los tentáculos del Cartel Jalisco Nueva Generación están en su misma cuadra, muy cerca de su hogar. Así de triste, cruel y real. ¡Usted no sabe quién es su vecino!
Con este escandaloso caso de Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco durante varias jornadas tuvo la luminaria nacional y así continuará sin duda alguna durante todo el periodo pre-electoral y electoral. Jalisco es muy importante políticamente hablando. Las principales batallas se generarán aquí, y los protagonistas seguirán siendo Enrique Alfaro y Andrés Manuel López Obrador; no hay otras figuras y aunque las hubiera, el jalisciense no se desgastaría en ellas. Eso le ha enseñado su vida política con triunfos, derrotas y repleta de traiciones: hay que elegir las batallas.
Esa es la verdadera razón por la que retiró los cargos contra los manifestantes. La mira de Alfaro va más allá, está en la esfera federal. Su capacidad de negociación política fue evidente con el bloque de gobernadores que se gestó en Tequila. Así que seguramente, este penoso capítulo fue tan solo un aguijón, el verdadero combate está al umbral.