En el año de 1957 La Unión Soviética lanzó su primer satélite artificial llamado “Sputnik” (que significa “compañero de viaje”).
Al año siguiente U.S.A. lanzó su primer satélite artificial con el nombre de “Explorer”.
Para entonces estos satélites tenían las capacidades de tomar fotografías (básicas) del espacio, medir temperaturas extra atmosféricas y capacidades básicas en comparación a lo que hoy es lanzado en un satélite artificial.
De esa fecha al día de hoy se han lanzado 4,921 satélites de varios países, pero la durabilidad funcional de cada satélite es aproximadamente entre 10 a 15 años, por lo que actualmente sólo 800 están activos.
México tuvo su primer lanzamiento en 1985 con el “Morelos 1”, lo cual quiere decir ya está en desuso por tiempo y además es no ubicable (salió de órbita) es considerado como “basura espacial” al igual que tantos que han dejado de funcionar. Pocos han caído en el oceáno, y otros han salido de la ubicación orbital espacial.
Lo importante de este artículo no es la “basura espacial” como impronta del humano, sino la basura que usted y yo “no vemos” y es altamente contaminante.
¿Qué quiere decir esto? Todos hemos hablado de la famosa “nube”, ese espacio digital donde usted y yo podemos “subir” y “bajar” todo tipo de archivos. Pero, ¿A dónde subimos y bajamos?, ¿En dónde está La Nube? Ese espacio intangible que almacena grandes cantidades de todo tipo de conversación, videos, audio y texto que tenemos en interacciones con otra persona, o incluso la ruta de acceso que tenemos en privado con muestro ordenador?.
Le explico, La Nube refiere a softwares y servicios de almacenaje y transferencia de datos que se ejecutan en Internet, en vez de hacerlo localmente y directamente con tu ordenador. Ejemplificando:
En la imagen anterior hay varios ordenadores que a través de la internet están conectados (puede ser por cables de fibra óptica) con un servidor, esto es muy común en una oficina. Ese servidor almacena toda clase de información a la cual usted a tenido acceso y trabajado desde su computadora. Un ejemplo es cuando los “hackers” violan la seguridad del servidor y tienen información de la empresa y sus usuarios.
Sin embargo también hay esta la posibilidad para operar con estos datos en la red sin necesidad de acumular discos duros en casa u oficina. Incluso cables de fibra óptica, como estar en diferentes países. A estos servicios se puede acceder a través de la mayoría de navegadores y entre los más populares están: Google Drive, Apple iCloud, Netflix, Dropbox y Microsoft OneDrive. Estas “aplicaciones” están en “La Nube”. Vamos por pasos.
En la imagen anterior se ejemplifica la “nube” con un “ícono” donde interactúan diferentes dispositivos a los que se puede acceder las 24 horas, los 365 días del año a su información. Esto implica que la “nube” esté prendida el mismo tiempo, para que usted tenga acceso desde cualquier parte del mundo gracias a un satélite en órbita. ¿Pero qué es la nube? Se la presento:
La nube es un centro de servidores en consolas y gabinetes donde almacenan miles de microchips que producen calor al estar intercnectados para que usted tenga la información el día y hora que desee. Sin importar a qué aplicación pertenezca (el número de gigas de Hosting).
Esto fue desarrollado para que su almacenamiento no sea dañado en un disco externo, como el “disco duro”, ya que cada temporalidad existen mejoras y actualizaciones donde se requiere mayor almacenaje de espacio en gigas o terabytes. Es importante tener un respaldo de lo que usted almacena en un disco duro externo, pero, le ha pasado que quiere mandar alguna información que simplemente la memoria de su correo electrónico es insuficiente y lo obliga a usar La Nube (un ejemplo de Gmail sería Google Drive), esto es más común de lo que usted se imagina. Ahí queda, en La Nube, puede compartirla con quien usted deseé, no está precisamente en su computadora o en el servicio de correo, esta en el ciberservicio de la nube que su correo permite accesar con archivos mucho más grandes que un simple texto para interactuar.
Ahora vayamos a una sola aplicación la cual México es de las más asiduas: Facebook, la siguiente imagen se ubica en Dinamarca.
“Zuckerberg: los centros de datos son la infraestructura física que soporta a la enorme comunidad de Facebook. Básicamente son máquinas gigantes que controlan el poder, la temperatura, la conectividad y el mantenimiento para decenas de miles de pequeñas máquinas dentro de ellos. Facebook dice que a medida que más gente comparte videos y transmisiones en vivo, este centro de datos ayudará a asegurarse de que la red social siga funcionando sin problemas para todos los usuarios”.
“Se trata del centro de datos de Facebook que funciona desde 2013 y está ubicado en Luleå- Suecia, ciudad que está a 110 kilómetros del Circuito Polar Ártico. Por su bajísima temperatura (menos de 50 grados centígrados todos los días) se ha convertido en la sede de este almacén de información de la red social. “Estamos empezando profundamente en los bosques del norte de Suecia con el centro de datos Luleå”, asegura Zuckerberg. “Es una parte clave de nuestra infraestructura global, y utiliza una variedad de recursos naturales locales para aumentar la eficiencia y ahorrar energía”.
Demos importancia a las bajas temperaturas en dónde se localizan los centros de almacenamiento de su red social. Pero, ¿y la basura digital? La basura digital son todas aquellas “opiniones, insultos, memes, fake news, cadenas de todo tipo; gifs de buenos días, buenas tardes, buenas noches, feliz cumpleaños… Toda esa información que no informa absolutamente nada, y sobre abunda en los servidores de la red que acabamos de mostrar, ahí aparecen 24/7 para “su servicio” provocando calor. Eso es basura digital, no se borra, queda grabada en una ruta de circuito cibernética. Ahora yo le hago una pregunta:
¿Qué es más contaminante el 5G o sus posteos? En lo personal, no considero importante que la gente como usted o como yo, tengamos acceso al 5G para postear notas falsas, o cadenas. Aunque el streamig es el gran negocio, pese a que usted sea ecologísta, créame, la paradoja es que contamina más su activismo en redes, junto con las imágenes que envía, videos, y gifs ocupan mayor memoria, igual a mayor espacio, igual a mayor calor.
Cristina Ortega. Fotógrafa desde hace 25 años, amante de la imagen en cualquiera de sus expresiones, fundadora de Arte NiNi A.C. Doctorante del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades – U.N.A.M. y U.A. de C.
Twetter. @CrissOrtega
FB @CrisstinaOrtegaD