Alrededor del mundo, los integrantes del personal médico han sido reconocidos por parte de la población por enfrentar al Covid-19 y arriesgar sus vidas, de las cuales la pandemia se ha cobrado ya varias. Sin embargo, en México se les ataca y agrede en la vía pública, aunado al maltrato gubernamental que sufren al ser lanzados a la línea de batalla sin los insumos necesarios.
En Jalisco, la Comisión Interinstitucional de Enfermeras del Estado de Jalisco (CIEJ) denunció que las enfermeras han sido objeto de agresiones físicas y verbales en la calle, así como en el transporte público. Incluso, una de ellas fue rociada con agua con cloro “para evitar contagios”.
Pero el caso no es aislado. Estas agresiones se repiten en Sinaloa y en Coahuila. En Monclova un grupo de jóvenes se organizaron para llevarles alimento a los médicos del IMSS puesto que cadenas de comida se niegan a tomar sus pedidos por miedo al contagio.
Aunado a ello, las protestas por la falta de insumos para protección del personal médico van en aumento. La semana pasada, tras días de denuncias en diferentes centros del sector salud, explotó la realidad cuando en Monclova, Coahuila, de los 64 contagiados al 2 de abril en el estado, 31 eran integrantes del personal médico. Se trata de doctores, enfermeras y un trabajador administrativo del Hospital General de Zona (HGZ) número 7 de Monclova, el cual se ha convertido en el epicentro de los contagios.
En esa misma semana, el titular de la Coordinación de Atención Integral a la Salud del IMSS, Manuel Cervantes Ocampo, confirmó el fallecimiento de una infectóloga jubilada del Hospital La Raza, a causa del coronavirus.
Estas agresiones y fallecimientos se dan justo cuando, mediante un mensaje en redes sociales, el IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) y el SNTSS (Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social) lanzaron una convocatoria para reclutar médicos especialistas (incluido jubilados) con el fin de cubrir las demandas por contagios de coronavirus en México, que irán en aumento en los próximos días.
México enfrenta la pandemia en medio de una profunda ignorancia y desinformación entre la sociedad, así como carencias en el sector salud. Carencias que no sólo estriban en los insumos básicos de protección, sino incluso de personal calificado.
Aunado a esto, las enfermeras enfrentan el ser discriminadas en la calle, y el ser consideradas de un rol secundario propio de su género. Este prejuicio no solo es impuesto por la sociedad sino por el mismo Presidente quien aseguró que para cuidar a los adultos mayores , a los papás, estaban las hijas. Como si la profesión de aquellas que se juegan la vida a la par de los médicos se redujera a cuidadoras.
Enfrentamos una crisis a ciegas y con las manos atadas. Sin información fidedigna y sin un discurso unificado por parte de las autoridades, se pasa de la indiferencia al riesgo latente, y de ahí a la paranoia exacerbada por las noticias en redes.
Se dice que cada nación tiene el gobierno que se merece. Es hora de demostrar que merecemos un mejor gobierno.
Los insultos en redes no sirven. Hay que exigir recursos para hacer frente a la pandemia, y también pensar en cómo queremos ser al término de ésta.