Por Andrea Angulo
La Filarmónica de Berlín abre gratuitamente su plataforma de conciertos digitales, teatroteca abre 1500 obras de teatros gratis para ver en tu pc, hojas y hojas de planificación de los días dentro de casa, en cuarentena. Setenta ideas fáciles para jugar con niñxs en casa, conciertos en pijama para los niños en cuarentena, el domingo por fb, karaoke doméstico en ventanas y terrazas, libro de manualidades en pdf compartido, audio cuentos largos liberados por internet, consejos psicológicos para largos periodos dentro de casa, explicación del coronavirus para niños, museos para visitar desde casa; tour virtual y colecciones on line, festival “me quedo en casa, cuarentena fest”, todos los libros de cómic gratuitos, apps de home schooling, hora de baile en la cuarentena: “cada día una canción”. Memes de humor, videos sobre las conferencias de prensa con información de último minuto, fotos de los hijos haciendo cosas interesantes o creativas, en vez de sacarse los ojos. Amiguitos de la escuela extrañándose y mandándose trucos de magia o dibujos, para hacerse y saberse acompañados.
Inversamente proporcional a la soledad de las calles, el bombardeo de actividades virtuales: para hacer con los más peques, organización entre vecinos para el cuidado de niños, organización entre colegas del trabajo, temas de cultura, redes ciudadanas de auto ayuda, mensajes por todos los medios electrónicos, provenientes de la escuelas, en México y España que construimos comunidades en un contexto de excepcionalidad y emergencia.
Experiencia aparte fue ayer por la noche cuando en punto a las 22 pm los muchos “aislados” que ahora somos, salimos por la ventana a reconocer el esfuerzo del personal sanitario que están haciendo un enorme esfuerzo por contener la pandemia. El sonido de los aplausos de vecinos que en siete meses no habíamos siquiera visto, en toda la cuadra, se oía claro y fuerte acompañado de gritos, de porras y de ladridos de los perros, que ponían la piel de gallina en lo que fue, no solo en la ciudad, sino en el país entero, una prueba de que, todavía y a pesar de todo, existimos en colectivo.
Mucha tinta se ha vertido sobre lo que emerge socialmente cuando en las sociedades hay estados excepcionales que rompen la rutina y la certeza de la vida cotidiana, en México lo vivimos en el primero y segundo terremoto del 19 de septiembre, hoy día y aunque todavía no están del todo en cuarentena, en CDMX ya hay anuncios de personas que se auto proponen para cuidar a las “crías “ de otras, que no pueden quedarse en casa.
Cada quien va manifestado su defensa para hacer frente a situaciones “estresantes”: unos envían artículos sobre la “invención de una pandemia” con el objetivo manifiesto de quitarle importancia, mientras otros contra atacan con instrucciones para lavarse las manos concienzudamente y recuerdan la mortandad en números, en China y en Italia. Con todo, ha sido significativa la mayoría de las respuestas sublimando con humor el sin sabor de la crisis. No habían terminado las autoridades de dar sus razones cuando ya se hacía de la angustia, un pretexto para quitarle drama a la situación, haciendo del humor la manera más útil de afrontarla.
Ha habido de todo, algunas madres se pronunciaron por “no estar de acuerdo en que pensáramos tanto en entretener a los niños, pues ellas cuando chicas, se entretenían solas, mientras los adultos estaban en los suyo.” Los demás supimos pronunciarnos sobre lo incierto que puede resultar para les niños vivir esta experiencia sin el acompañamiento cercano de adultos que expliquen, contengan, organicen, estructuren tanto encierro e incertidumbre.
De más está nombrar a las empresas que ya en situación, aprovechan para publicitarse con “paquetes gratis” en estas etapas de excepcionalidad cuyas campañas me niego a nombrar.
Pero pareciera que empezado un año nuevo, antecito del 8M, porque desde la marcha del día internacional de las mujeres, se siente un aire distinto porque huele a colectividad en movimiento. Miles de nosotras, de todas las edades, saliendo a las calles para pronunciarnos por la revolución feminista, millones, paralizando el día siguiente la realidad cotidiana en el paro de mujeres en México, y ahora, en la cima de la paradoja, miles de millones haciéndonos notar, de balcón a balcón, de ventana a ventana, por todos los medios permitidos, a pesar del obligatorio aislamiento, para bailar y reír y aplaudir el esfuerzo de todes.
Coincido con lo que la psicóloga Francesa Morelli apuntó (aunque “alguien” se lo adjudicó “al psicólogo” F. Morelli) en su artículo y ha estado “vitalizando” las redes sobre lo excepcional que ha traído para todos este momento emergente, desde la disminución de contaminación hasta la necesaria jornada completa de convivencia y entrega a nuestros hijos.
No creo que “las cosas pasen por algo” y al mismo tiempo, tengo mucha fe en que cuando las cosas pasan, es menester construir en colectivo ese “algo” que le da sentido. Mientras esa construcción esté vinculada con un tejido social, armando resistencia, me parece que hay que celebrarlo y ante el virus, seguir vitalizando la respuesta social organizada.