La semana pasada se publicó en varios medios que la periodista Denise Maerker cuestionó al subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, sobre el tema del aumento de muertes por neumonía atípica, misma información que en redes sociales fue motivo de sospechas hacia la información que da el Gobierno Federal ante los casos de Covid-19, que hasta el momento el subsecretario ha informado.
Independientemente de si se cortó o colgó la llamada, lo interesante es la respuesta que el Doctor López-Gatell dio:
“VI también esa noticia.
No tenemos información CREÍBLE al respecto,
pero si fuera el caso,
lo analizaríamos con mucho cuidado”.
Sin distraer en la interacción de los sujetos nombrados, me detengo en los tres verbos que remarco en el párrafo anterior: “Ver, Creer, Analizar”.
Importante señalar que ambos sujetos les une “una noticia en redes sociales”. Ese espacio que muchos estudiosos de la comunicación han llamado “la democratización de los medios”, esto quiere decir, que el vox populi interviene en la comunicación.
Muchos registros con hashtag, han marcado la historia con movimientos sociales, sin embargo, la línea delgada de que “la democratización” intervenga en la información, nos coloca en un costo social de pérdida de tiempo en que un funcionario de alto nivel y una comunicadora de horario estelar en televisión, pongan en tela de juicio no solo “la veracidad” que debe tener una noticia, sino, “la credibilidad” con la que se escribe y fomenta.
Las redes sociales y su democratización, también han contribuido en la desinformación, la falsedad y desvirtuar la comunicación, a tal grado que hay un ejercicio “constructivista” entre el grado de “credulidad” que tiene quien lo observa, y el grado de “credibilidad” de lo observado. En palabras más simples, usted creerá y dará valor de verdad a aquello que comulgue con su bagaje educativo, cultural, social, ideológico … y éste dependerá en gran parte, de “la forma” en que se muestre en el medio virtual para ser “creíble”.
La información que circula en redes sociales va generalmente acompañada de una imagen, ésta al ser vista, si empata con su perfil de lo que usted “cree” (no hablo de fe, hablo de todo el bagaje ya mencionado que lo conforma a usted como individuo) se introduce en su sentir, en un onceavo de segundo que es lo que tarda en viajar la información neuronal desde su vista, hasta la información interpretativa que reside en su cerebro, por lo que el dar like, o compartir, indica al logaritmo qué clase de información quiere recibir.
Analizar, tarda mucho más que varios segundos, razonar, pensar, comparar, investigar lo que se lee, o aquello que se pone en tela de juicio dentro del tsunami de información que hoy día vemos. Es casi una labor de especialistas.
Lo preocupante, es la consigna que IFT (Instituto Federal de Telecomunicaciones) tiene para cerrar la brecha digital, “la neutralidad de la internet”, esto quiere decir, que “las benditas redes sociales” lleguen a toda población del país.
A manera de estar comunicados, en lo personal es un gran reto importante e incluyente, pero la democratización de la libertad de “creer” y la “credulidad” de los usuarios contra el grado de “credibilidad” con las que se diseñan las notas falsas (no estoy diciendo que lo anterior lo sea, simplemente tomo la importancia del ejercicio anterior, hasta que niveles de afectación escala), y la velocidad con lo “creíble” que puede exponerse, tiene usted idea de cómo serán afectadas personas que no tienen la costumbre o tiempo de “analizar”, y aunado a esto, el grado exponencial que se va a colocar a la población en información simplemente “creíble”.
Esto ya se basa solo en la percepción y la interpretación que cada individuo tenemos, generando así un alto costo social, que hasta el momento parece “invisible”, pero ante esta pandemia, el costo de “creer” no solo es social, es de afectación económica en desabasto de alimentos y medicinas, y también una grave afectación que pone en riesgo la calidad de vida e incluso la muerte.
¿Le parece increíble? No, es el punto ciego de la sociedad en un medio democratizado.
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Cristina Ortega. Fotógrafa desde hace 25 años, amante de la imagen en cualquiera de sus expresiones, fundadora de Arte NiNi A.C. Doctorante del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades – U.N.A.M. y U.A. de C.
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