«CUARTO PISO» Ojalá no sea demasiado tarde - Mujer es Más -

«CUARTO PISO» Ojalá no sea demasiado tarde

 

Mucho se ha cuestionado si las medidas que ha implementado el gobierno federal ante la pandemia del Covid-19, son las correctas.

Algunos países, donde ahora la mortalidad y los contagios son altos, lamentan no haber actuado a tiempo. A través de las redes sociales, sus habitantes han aconsejado a ciudadanos de otros países, considerar la forma en que se enfrenta la emergencia.

Deseo que en México no suceda lo mismo y que no se actúe cuando ya sea demasiado tarde.

Es responsabilidad del gobierno determinar el cierre de fronteras; suspender eventos masivos, clases; considerar la llegada de ciertos vuelos; establecer protocolos de vigilancia en aeropuertos y puertos; fomentar trabajo en casa. Vamos, indicar todas las medidas necesarias para evitar cifras dramáticas de contagio y muertos por la pandemia.

Desestimar la gravedad y arrastrar la polarización, que vive nuestro país, al tema del coronavirus es muy riesgoso.

También nosotros tenemos la responsabilidad de hacer lo que nos corresponde, como #MeQuedoEnCasa. Tomar las cosas con seriedad y atender las recomendaciones de aislamiento, distanciamiento social y principalmente de higiene.

Más nos vale que ambas partes hagamos lo que nos toca, por el bien de todos y de la dañada economía mexicana, aunque la “sociedad se agote” con las medidas.

Es claro que nuestro país no tiene la infraestructura médica para atender un contagio masivo. El número de respiradores sería insuficiente, por ejemplo. 

Ni siquiera Estados Unidos, Alemania, Francia y otros países, tienen los respiradores necesarios para atender a los pacientes que lo requieran. Además, ya nos advirtieron que la presencia fuerte del Covid-19, en México, será, por lo menos, de 12 semanas. La fuerza moral no será suficiente para enfrentarlo.

Italia es el país donde la situación del coronavirus es más grave, luego de China.

En aquel país están lamentando no haber actuado de manera correcta. Hasta la noche del martes, el número de muertos era de 2 mil 503. La cifra de contagiados es de más de 31 mil 500.

Hacen falta médicos y enfermeros, los hospitales están rebasados. En la región de Lombardía cada media hora es sepultada una persona, víctima de coronavirus.

Marcela Velázquez, es una mexicana que enfrenta la crisis en aquel país. Aislada y con el pesar de la muerte de varios amigos y conocidos, nos hizo llegar este texto, que les compartimos.   

“Estas palabras las escribí cuando el primer ministro, Giuseppe Conte, decretó el cierre de la Lombardía y otras 14 regiones del Italia.

A partir de ese momento me di cuenta que estábamos en una situación dramática y que habíamos dado poca importancia a la epidemia que estamos viviendo. Mi experiencia en Italia, por ahora en cuarentena, es seguir analizando cuan vulnerables somos y entender cómo, un virus, ha contagiado a casi 30 mil personas. Frente a la pandemia, las diferencias se olvidan y nos vuelven sensibles. Ahora en Italia el Himno Nacional se canta desde todos los balcones, terrazas y ventanas de todos los departamentos, desde Milán hasta Nápoles.

En estos días de cuarentena forzada para todos los italianos, las iniciativas se multiplican para hacer que las personas se sientan unidas en el país y, además, encuentren una forma original y de integración, para pasar el demasiado, demasiado, tiempo libre disponible.

En muchas ciudades la gente se da cita para cantar canciones populares italianas, aplaudir a los médicos y enfermeras que están luchando en este momento salvando vidas en los hospitales. Se dan citas desde los balcones para saludar a los vecinos y darse ánimos para decirse que todo irá por un buen camino, que Italia logrará salir de esta situación.

En fin, creo que es inútil seguir con la misma retórica de, por qué no hicimos lo suficiente para evitar el contagio o de seguir buscando una respuesta a nuestro irresponsable comportamiento. Ojalá sirva esta experiencia, para que pueda ayudar a recapacitar a las personas y que pueda servir de ejemplo para mi país natal, México.

Vivo en Italia desde hace 20 años, en Milán, y quiero mandar un mensaje a mis compatriotas, para que sepan cómo el Covid19 nos cambió la vida en un instante.

Actualmente estoy fuera de la zona roja, en Trentino, cerca de las montañas Dolomitas, al noroeste de Milán. Nos hemos refugiado aquí para no regresar a nuestra casa, donde la situación es dramática. Desde el 7 de marzo estamos aquí, en la casa del abuelo de mis hijos, quien desafortunadamente se encuentra en la ciudad de Bérgamo; donde por ahora es la ciudad que se encuentra con los hospitales colapsados.

Ayer (lunes) llegaron a 142 muertos. Con el abuelo estamos en contacto casi todos los días y él siempre nos recomienda que nos cuidemos y que permanezcamos aquí en las montañas porque en Bérgamo y Milán la situación es desoladora y triste.

Y, si, nos quedaremos aquí hasta que la situación se mejore y sea menos peligrosa. ¿Hasta cuándo? Por ahora, nadie lo sabe, los expertos especulan que aún esta semana será drástica a nivel de contagios y que quizá estos empezarán a ser menos a partir de la semana entrante, claro está, si seguimos respetando todas las normas de seguridad hasta ahora dadas, como #Yomequedoencasa.

Tenemos que estar en aislamiento total, no podemos salir, únicamente por necesidad, solo para comprar víveres o a la farmacia. Por el momento puedo decir que mi familia y yo estamos bien. Y frente a la situación de emergencia he constatado la superficialidad que vivimos y lo banales que somos con la vida y el tiempo.

Actualmente mi familia y yo vivimos con pocas cosas, no estando en nuestra propia morada, contamos solo con cuatro mudas de ropa y no tenemos todas nuestras comodidades. Esta cuarentena nos ha hecho valorar más la situación y estamos viviendo sin ningún problema con la escasez de ropa, estamos tratando de adaptarnos a una situación desconocida con todos sus límites de convivencia dentro el aislamiento obligado.

Hay momentos insostenibles, llenos de estrés, se discute por tonterías y otros en los que nos podemos decir cuánto nos queremos y entender que es un momento histórico.

La jornada está tomando una rutina, mis hijos toman sus clases en línea desde las 8 am hasta las 2 pm, mi esposo trabajando más que nunca que en condiciones normales con el “smart working”, yo logro encajar algunas de mis actividades y pidiendo espacio para poder trabajar, leer y cocinar además de organizar la logística de las dos habitaciones disponibles para cuatro personas, todo un reto.

Es por esto que hago un llamado a todo el mundo y especialmente a mis queridos compatriotas mexicanos, que tomen en serio este coronavirus, que esto no es un juego y que sean capaces de entender lo poderoso de esta pandemia que nos está matando y nos está dando una lección de vida. La tierra madre nos habla y nos pone a prueba, rompemos su equilibrio y seguimos nuestro camino sin darle la importancia necesaria.

Este momento será histórico, países que quieren cerrar sus fronteras a los inmigrantes que huyen de las guerras o del hambre, esta paradoja se voltea. Hoy, la presencia de un virus nos muestra nuestra debilidad, que saca a flote nuestras emociones esenciales.

Espero que este momento nos enseñe de nuevo o nos recuerde que todos somos iguales, blancos, negros, ricos o pobres; el Covid-19 no hace distinciones. Esperemos que este momento nos dé la oportunidad de ser empáticos con el prójimo y saber qué, respetar las reglas tiene un motivo fundamental, contener.

Dejemos de preguntarnos quienes son los culpables porque es inútil seguir buscando, preguntémonos mejor que nos dejará en la vida esta experiencia.

Tenemos que luchar todos juntos para que, por primera vez en la historia digamos en el mundo que nos hemos unido como seres humanos y no como razas, naciones o colores”.

Concluyo con las palabras del Primer Ministro Italiano Giuseppe Conte:

“Mantengámonos alejados hoy para abrazarnos más fuerte mañana”.

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