A las dos de la tarde inició la marcha del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, pero en México, no había nada qué celebrar porque esta histórica participación de miles de mujeres de distintas edades, fue para pronunciarse contra la violencia, desde el feminicidio hasta la que por costumbre se normaliza.
Miles de mexicanas decidieron movilizarse contra los feminicidios, pero también contra las otras caras de la violencia: el acoso y abuso sexual, la discriminación en los centros laborales, la violencia intrafamiliar. Porque el machismo y la misoginia están presentes en nuestra sociedad desde tiempos ancestrales.
Antes de iniciar la marcha, Yesenia Zamudio narró la tragedia que vivió con su hija…. María de Jesús Jaime, una estudiante de 19 años, asesinada hace 4 años en la Ciudad de México: “Estaba en cuarto semestres, era bilingüe, tenía muchos proyectos, iba a salir de viaje, iba a ver a Coldplay y lo que hicieron con mi hija fue casi imperdonable y le arrebataron la vida estudiantes de la misma universidad donde ella estudiaba”.
Ella y miles como Yesenia están hartas de la corrupción y de la impunidad. Y no se cansan de buscar justicia: “Me cambió la vida, me destrozaron como persona, en lo psicológico, me uno con más madres y darnos fuerzas”.
Los distintos contingentes partieron desde el Monumento a la Revolución por la Avenida Juárez. Fue junto al Hemiciclo, cuando un grupo de mujeres encapuchadas, derribó la protección que cubría la estatua de Madero.
Una valla bloqueó la calle de Madero, hacia el Zócalo y las manifestantes caminaron por 5 de mayo. Algunos edificios fueron pintados y se rompieron cristales de algunos establecimientos. Se esparció humo de colores, pero también se escucharon los petardos.
Frente a la Catedral Metropolitana hubo quienes mostraron el torso desnudo …. Y fue frente a las puertas de Palacio Nacional donde se lanzó un petardo que casi alcanzó a quemar a una de las manifestantes…
Habían trascurrido cuatro horas y las mujeres seguían marchando al Zócalo. Ahí los diversos grupos se concentraron. Se destacó la presencia del cuerpo policiaco de la Ciudad de México integrado por mujeres, que en por lo menos dos ocasiones lograron contener el enojo.
Las mexicanas demandaron mayor seguridad, pero también mostraron músculo. Ya no más silencio ante toda expresión de violencia.