«COLUMNA INVITADA» Riesgos y oportunidades de utilizar la justicia con fines políticos - Mujer es Más -

«COLUMNA INVITADA» Riesgos y oportunidades de utilizar la justicia con fines políticos

 

El fiscal de EU considera que Trump debe dejar de tuitear para presionar a los fiscales; obtiene apoyo republicano, pero Trump sigue tuiteando para demostrar su poder. La 4T deberá seguir con atención el tema, ya que Barr ha sido pieza clave en el caso García Luna.

 

Una gran interrogante sacude las mentes de analistas políticos y económicos en diversas partes del mundo, ante lo que parece una sacudida en la relación entre el presidente Trump y el procurador William Barr. El propio Trump había alimentado la impresión de que Barr era un obediente operador para cumplir los deseos presidenciales. Sin embargo, la noche del 13 de febrero Barr lanzó un enfático ¡Ya basta! durante una entrevista con la cadena ABC News. Después, una serie de acciones, reacciones y filtraciones han llenado el escenario político-mediático de EU. Una pregunta circula en diversos chats de WhatsApp: ¿Es real el distanciamiento? ¿Se trata de una pelea arreglada que busca cierta credibilidad para alguna maniobra político-electoral que Trump prepara contra sus adversarios? La respuesta está en el viento. El episodio es un eslabón más en la cadena de acontecimientos a nivel internacional que muestran la manera en que se litiga en medios y se utiliza la justicia para neutralizar enemigos políticos.  

El viernes 14 de febrero diversos medios, pero en especial The New York Times (importante crítico de Trump) dieron gran despliegue a las declaraciones del procurador William Barr en las que exigió que el presidente cesara los ataques contra el Departamento de Justicia por el fallo sobre Roger Stone, uno de los  aliados más cercanos del presidente, acusado de obstruir la justicia para proteger al Trump en la búsqueda de su reelección. El Times destacó especialmente el señalamiento de Barr de que los ataques presidenciales evidenciados en Twitter hacen imposible que cumpla con su trabajo y advirtió que no se va a dejar bulear o influenciar por nadie.

Barr se esforzó por dar credibilidad a sus palabras, pero desde un inicio el analista Chis Stanford señaló en el NYT que hay críticos de Barr que consideraron sus comentarios sólo una forma de desviar la atención del papel que ha desempeñado como operador al servicio de Trump; podríamos estar ante un gran montaje que se comprobaría en caso de una reacción “light” por parte del presidente. 

Tras una primera reacción de su jefa de prensa que dijo que el presidente no estaba molesto por los dichos de Barr, Trump desafió a su procurador que le había pedido dejar de tuitear y utilizó ese medio para enviar el mensaje de que hasta ahora no ha intervenido en marcar el rumbo en casos criminales, pero si decidiera hacerlo estaría en todo su derecho.

La nota del Times pidió recordar que durante mucho tiempo Trump ha presionado a funcionarios encargados de la procuración de justicia para que abran investigaciones contra rivales políticos y cierren expedientes relacionados con sus aliados. Destacó que Trump ha decidido romper con la tradición de enfatizar la independencia del Departamento de Justicia respecto a la Casa Blanca.

Tras la abierta controversia con el presidente, The New York Times reveló que el fiscal general, Barr, asignó a un fiscal externo la revisión del caso de Michael T Flynn, exconsejero de seguridad nacional de Trump. La revisión es altamente inusual y podría provocar más acusaciones de interferencia política de algos funcionarios del Departamento de Justicia en el trabajo de fiscales de carrera.

Es importante recordar que el juicio político que los demócratas impulsaron contra Trump lo acusaba de haber tratado de manipular la justicia utilizando los recursos de la Presidencia para promover investigaciones contra sus adversarios políticos, en ese caso, el precandidato demócrata Joe Biden.

A pesar de que la opinión de los analistas es que el desafío de Barr a Trump fue un montaje, sí parecería dejar en claro que Barr y un grupo de republicanos (entre los que se encuentran el líder de la mayoría Mitch McConnel y el presidente del comité de Justicia, Lindsey Graham) consideran necesario por lo menos cubrir las apariencias, pero para el presidente Trump lo importante es demostrar que él tiene el control y después del juicio político sigue utilizando la justicia en beneficio de sus aliados y en perjuicio de sus adversarios.

¿Por qué debe importar esto a México? Entre otras cosas porque William Barr ha sido el interlocutor con el procurador Gertz para tratar el caso de Genaro García Luna. Sus inesperadas visitas a México han generado múltiples especulaciones. El 5 de diciembre el procurador Barr se entrevistó con el presidente López Obrador en el marco de los amagos de Trump de declarar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. Una semana después el expresidente de Bolivia, Evo Morales, salía de México para dirigirse a Argentina tras una escala en Cuba. Barr regresó a México el 16 de enero de 2020 para hablar sobre migración, control de tráfico de armas y el caso García Luna. En aquel entonces algunos comentaristas mexicanos especularon que a Trump le interesa García Luna para que suelte información sobre sus contactos políticos, pero no de México, sino de Estados Unidos. 

Habrá que estar atentos sobre lo que García Luna pudiera ofrecerle a Trump, ya que éste piensa que ha construido un gran blindaje contra las acusaciones de que manipula la justicia con fines electorales. En una de esas hasta se enfilan investigaciones sobre la ruta de la efedrina Iguala-Chicago y algún tipo de protección de los demócratas para ese negocio al que se le arrojó luz con el asesinato de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

 

*Ha sido colaboradora en diversos medios como CNN en español, La Crónica de Hoy, La Razón, IMER, Foro TV.

Facebook: Regina Santiago Núñez. 

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