Felipe Calderón ya tiene partido.
El INE dio a conocer que el expresidente cumplió, hasta el momento, con el número de asambleas y militantes que marca la ley para obtener el registro.
Si pasa la auditoría del INE, que tendrá que validar que los afiliados sean reales y no como los que apoyos que trampeó Margarita Zavala, para ser candidata presidencial independiente, Calderón estaría en posibilidades de confrontar al presidente Andrés Manuel López Obrador.
El presidente del México le dio la bienvenida al partido del matrimonio Calderón Zavala. El presidente dijo: “Qué bien que existan los partidos y haya participación política democrática en nuestra sociedad, malo sería que existieran grupos de presión, grupos de intereses creados o grupos opositores en la clandestinidad, pero si son partidos son ciudadanos que se agrupan en función de un ideal, en función de un programa para participar pacíficamente en la vida pública del país, es totalmente legal y legítimo”.
Pero, ¿a los Calderón Zavala les bastará con tener el registro para ser una opción política real en 2021?
La figura del expresidente no es la más popular en estos momentos. Su hombre fuerte, Genaro García Luna, está detenido y acusado en Estados Unidos de colaborar con narcotraficantes a los que se supone su jefe les declaró la guerra. Ante esto, Calderón afirma que nada sabía de los tratos ilegales de su excolaborador con los narcos.
Calderón podría ser diputado el 2021 y, desde San Lázaro lanzaría su defensa, acusando persecución política, en caso de que las acciones de García Luna lo salpiquen.
Calderón fue el beneficiario de una campaña negra que intentó enlodar a López Obrador en 2005-2006. Los resultados están a la vista.
La actitud de Felipe Calderón será estridente, querrá lanzar flechas envenenadas todos los días para destruir, a toda costa, el proyecto de la Cuarta Transformación. La gran diferencia con lo que sucedió hace 14 años es que ni él, ni los que fueron sus aliados, tienen el poder.
A Calderón se le recordará como el presidente que presumía tener las “manos limpias”, pero hoy sabemos que están manchadas de la sangre de cientos de miles de mexicanos que fueron los “daños colaterales” de su absurda guerra y su insaciable sed de poder.
La Letrina
Llegó Omar García Harfuch a la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México y comenzaron a verse acciones en contra de la delincuencia organizada, lo que no sucedió durante todo el sexenio pasado en donde parecía que la autoridad estaba en manos de los criminales.