«COLUMNA INVITADA» Violetas del Anáhuac - Mujer es Más -

«COLUMNA INVITADA» Violetas del Anáhuac

 

Los días 25 de cada mes se hace patente la campaña naranja con la finalidad de concientizar y crear acciones tendentes a eliminar y erradicar la violencia contra mujeres y niñas alrededor del mundo.

Muchas hacen de esta conmemoración mensual un escenario idóneo para la protesta, sobre todo porque es evidente la violencia y el aumento gradual de las agresiones contra mujeres y niñas en el país y en el mundo.

Otras mujeres, muy jóvenes por cierto, han tenido la osadía de hacer otras cosas, a parte de protestar y marchar, porque esa forma de manifestarse no puede dejar de existir, ya que es un medio eficaz de visibilidad de una problemática que pudiera parecer alejada hasta que algo cambia en el entorno personal, estremece la zona de confort y enfrenta a algunas con el feminismo, del que poco o nada se conoce pero se critica, a veces solo por que sí.

Entonces, salen esas mujeres, las más jóvenes a poner la muestra, a decir cómo se hacen las cosas aunque los recursos escasean, el tiempo apremie y la voluntad quiera flaquear por lo engorroso que es solicitar un apoyo, pequeño, tan solo con la intención, muy firme por cierto, de reeducarse, de conocer de derechos, los propios y los ajenos, los de ellas y los de todos, de hablar de género y no espantarse, de procurar deconstruir los techos y muros de cristal que verdaderamente existen y no dejan avanzar, con la firme causa de empoderarse para darle más a todo su entorno.

Esas mujeres menores a los 30, sin un trabajo bien remunerado, en muchos casos estudiantes, con la tesis a medias, con los proyectos y los sueños a flor de piel, en el estado de Jalisco, en la zona metropolitana de Guadalajara, sin saber si estás en Tlajomulco, Tlaquepaque, Tonalá, Zapopan o Zapotlanejo se dieron a la tarea de preparar a otras y crearon una escuela de liderazgo feminista para mujeres jóvenes jalicienses, llamada Violetas del Anáhuac, así de emblemático el nombre.

Y son tan arrojadas que el 25 de enero, en el marco del Día Naranja su forma de protesta fue graduando a la primera generación de 136 mujeres jóvenes como lideresas y feministas.

En el evento estuvieron autoridades municipales y estatales de Jalisco, con mucha sorpresa escucharon los discursos de chicas de veinte y pocos años, que ponían el punto en las íes, que señalan el porqué organizaron esa escuela, cómo las que están casadas han tenido a los mejores cómplices de su escuela, al grado que al momento de las compras del hogar alguno preguntó si querían agregar a la lista del mandado galletas y café para las clases.

Otros, apoyaron con economías, con espacio en el negocio familiar para las reuniones, con las gasolinas para transportar a la esposa que no conduce y cuidando a los hijos para que ella vaya a dar su taller de empoderamiento, sin saber que al mismo tiempo, ambos les están dando las mejores lecciones y ejemplos a sus menores hijos.

Otra de ellas, con su madre al lado, preside a “las violetas” como ellas se llaman, contando anécdotas de cómo el novio le apoya y acompaña siempre en cada aventura en la que se convirtieron las clases feministas.

Esas son las anécdotas dignas de celebrarse y contarse, no alguno de los discursos de representantes populares que se dicen casadas con el tema de género pero usan ideas de otras y hasta el final se suman a los trabajos de la escuela feminista “jalisquilla”.

Mención especial merece la alcaldesa de Tlaquepaque, reelecta por cierto, con mayor número de votos que la primera vez que fue elegida por su municipio, que con voz fuerte sentenció lo sola que se sintió en las campañas electorales, pero sin embargo reconoció que si los hombres de la política y del partido político la dejaron a su suerte, tuvo de su lado a sus aliadas, a esas mujeres que nunca la abandonaron ni en los días más oscuros.

En un Día Naranja, se brindan todos los honores el esfuerzo de las Violetas del Anáhuac, que no se dan cuenta que ponen la meta muy alta, para las mujeres mayores, las que tienen años siendo feministas, las que están más que obligadas a replicar el esfuerzo de escuelas formadoras de hombres y mujeres empáticas con eliminar y erradicar la violencia.

Felicidades y gracias Nancy, Elanie y todas las demás. Admiración total.

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