El interminable reclamo que Rosario Ibarra de Piedra lanzó hace 45 años, con la foto de su hijo Jesús como crucifijo, sonó en el Senado de la República este miércoles 23 de octubre:
“¡Vivos se lo llevaron, vivos los queremos!”
Fueron sus hijas Rosario y Claudia Piedra Ibarra y sus compañeras de lucha del Comité Eureka!, quienes ahí corearon la consigna que, surgida en los días oscuros de la guerra fría, debió ser retomada en años recientes ante la ola de violencia criminal que desató la noticia cotidiana de las desapariciones forzadas.
Ese grito que grita el dolor de las madres buscando a sus hijos enmarcó el tradicional encuentro anual del Poder Ejecutivo con los senadores, en la entrega de la Medalla Belisario Domínguez.
A esta primera cita, el presidente López Obrador llegó acompañado de los responsables de la ahora controvertida estrategia de seguridad: el general secretario de la Defensa, Cresencio Sandoval; el secretario de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo, y los subsecretarios de Gobernación, Ricardo Peralta y Alejandro Encinas.
Optimista, en representación del Senado, la morenista Ifigenia Martínez confió en que las causas compartidas con Rosario Ibarra de Piedra, al fin, tendrán alivio.
“Al igual que ella, aún veo posible el sueño de un México justo. Con nuestras actuales autoridades, lo lograremos”, dijo festiva la legisladora del partido gobernante.
Pero el mensaje enviado por Rosario Ibarra de Piedra traía consigo el desaliento que, según contó en el discurso que leyó su hija Claudia, le había confiado su nieto con motivo de este reconocimiento.
“Me dijo, Abuela, qué bien que muchas personas estén felices por ese galardón (…) Quiero que sepas que he vivido muy enojado y hoy estoy lleno de rabia e indignación, porque sé que llevan más de 40 años luchando y esperando.
“¿Y qué ha pasado? Más de un año de ese Gobierno, que creyeron firmemente que sería el añorado y con el cual no habría ningún obstáculo que salvar o acuerdo que negociar, como en antaño, y no ha sido así.
“La justa ira de mi nieto es el resultado de saber que las familias de Eureka!, hoy seguimos igual que hace tantos años, recibiendo escarnio y burla de los funcionarios”, cuestionó en voz de su hija la activista.
El testimonio de Rosario Ibarra de Piedra, quien por motivos de salud no pudo viajar de Monterrey a la CDMX, rememoró las horas del terrorismo de Estado y la denuncia de que la tortura y la desaparición forzada corrieron a cargo del Ejército.
En primera fila, el general secretario Cresencio Sandoval escuchó el recordatorio de esa historia militar aún nos investigada.
“Las cámaras de tortura de los campos militares, las bases navales y aéreas, y en todos los centros clandestinos de detención, se tiñeron de sangre y retumbaban con los alaridos de dolor de las víctimas”, enumeró la galardonada en voz de su hija Claudia.
Con el argumento de que la impunidad de entonces sigue alimentando la impunidad de hoy, la excandidata presidencial, zapatista, exdiputada, exsenadora, activista siempre, dejó en claro que su reclamo está vigente, que aún no tiene nada qué celebrar:
“Señor Presidente Andrés Manuel López Obrador, querido y respetado amigo: No permitas que la violencia y la perversidad de los gobiernos anteriores siga acechando y actuando desde las tinieblas de la impunidad y la ignominia, no quiero que mi lucha quede inconclusa. Es por eso que dejo en tus manos la custodia, tan preciado reconocimiento, y te pido que me la devuelvas junto con la verdad sobre el paradero de nuestros queridos y añorados hijos y familiares, y con la certeza de que la justicia anhelada por fin los ha cubierto con su velo protector”.
Fiel a sí misma, congruente con las banderas de su vida, la luchadora por la que López Obrador ha votado en las elecciones presidenciales, puso el dedo en la llaga, dejando constancia que, para las madres de los desaparecidos, todo sigue igual.
Y aunque el protocolo de la ceremonia no incluye el mensaje presidencial, a petición de la prensa, López Obrador le envío el suyo a doña Rosario:
“Voy hacer todo lo que humanamente sea posible para dar con los desaparecidos”.