Por JUDITH BOLIO
Y así comenzó todo, hace 10 años cuando el clima organizacional en mi empresa se vio afectada.
Los mensajes llegaron de manera diferente, se percibía lucha de poder, y cuando eso existe en una organización lo que menos importa es la gente que se dedica a trabajar.
En una Cooperativa donde los valores establecidos se basan en ayuda mutua, responsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad, y la Asamblea General, Consejo de Administración, Consejo de Vigilancia, comisiones y comités que se establezcan en una asamblea son los órganos que deben de estar a cargo, y así el consejo de administración designe uno o más gerentes con la facultad de representación que se le asigne y vigile que se lleve a cabo conforme a los objetivos de la misma. Ese sería el funcionamiento legal de una Cooperativa y lo describo para poder platicarles cómo ha cambiado todo.
Cuando una cooperativa crece y se desarrolla a través de los años, es por su gente tan valiosa que hace posible que tome sentido el negocio, cada una de esas personas cumple un ciclo de trabajo y vienen nuevas, aporta su trabajo, su energía y su vida, para poder otorgarle a la generación siguiente el beneficio de trabajarla, y así puedan disfrutar tranquilamente su jubilación, ósea se la van prestando de generación en generación.
El problema aquí es cuando una de esas generaciones se siente con la capacidad de apoderarse de lo que no es suyo y lo hace suyo a como dé lugar, el poder ciega, engolosina y quiere a sobremanera acabar con un patrimonio de generaciones. ¿Qué hacer ante eso? De todas las crisis saltan oportunidades, es justo así como surgen nuevos personajes, con seguidores que coinciden en las mismas ideas para beneficio de la organización, personajes buenos que buscan el beneficio común, y así, la gente se une y actúa desde su poder.
Es increíble que esta administración se ha beneficiado por más de 30 años abusando de la confianza y la voluntad de los socios que han confiado en ellos, al día de hoy cuando hay un despertar de los socios, donde señalan que se han venido realizando acciones que a simple vista es tomar lo que no le pertenece, sacarlo y sumarlo a cuentas familiares y personales, sembrar terrorismo, dar golpes bajos, amenazar, destituir, suspender a socios de sus funciones y de su patrimonio, sin importar si puede o no hacerlo, me pregunto ¿en qué momento una cooperativa se convirtió en una dictadura?
Hoy escribo estas líneas, para manifestarles que soy madre soltera trabajadora, que he luchado y trabajado por todo lo que tengo, me he entregado a esta empresa, a la cual amo tanto; 20 años de mi fuerza y trabajo, donde mi abuelo y mi padre, también formaron parte de ella, y con todo esto lo único que espero es justicia, que verdaderamente exista en este mi México, que el poderoso con dinero no pague por ganar, que siempre prevalezca la verdad en todos sentidos, para que ocho mil familias que dependen de esta empresa puedan seguir trabajando y subsistiendo como se ha hecho desde 1931.
Judith Bolio. Mujer innovadora y emprendedora, con un diplomado en el ITAM en Investigación de Mercados y una Maestría en Alta Dirección de Empresas por el IPADE. @jude_bolio