«RIZANDO EL RIZO» El salón de la fama de las mentiras de Trump - Mujer es Más -

«RIZANDO EL RIZO» El salón de la fama de las mentiras de Trump

 

Hace unas semanas, el ilustre presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, volvió a hacer de las suyas al asegurar que el huracán Dorian iba a dañar el estado de Alabama, lo que era a todas luces falso. El servicio meteorológico de su país tuvo que salir a desmentirlo y a cambiar los ánimos en el estado sureño, donde la gente podía estar alterada por las predicciones del mandatario. Sin embargo, el magnate se negó a admitir su error y prefirió improvisar palabrería para dar (según él) sustento a su mentira.

El pasado domingo 29 de octubre, Isabel Turrent hizo notar, en su artículo La mentira y la política —publicado en el diario Reforma—, que “la falsificación de la historia que emprenden regímenes que se creen dueños de una verdad única requiere no sólo alterar sistemáticamente los hechos del pasado, sino también dudar de la existencia de una verdad objetiva”. Turrent hace un llamado a reflexionar sobre el papel de la estafa en el discurso político, tema que, aunque ya ha sido tratado desde la academia, sigue siendo tarea fundamental para las humanidades y las ciencias sociales.

La reacción de Trump no es nueva. Así es como ha salido prácticamente de todos los baches en los que se ha metido. Jamás se arrepiente y rara vez pide perdón: normalmente insiste en sus mentiras y las alarga hasta donde puede. Recordando este nuevo caso de fake news —gracias al cual el huracán Dorian “tuvo que cambiar su ruta”—, pensé que sería buen momento para recopilar algunas de las mentiras más celebres del famoso mandatario.

  1. El mundo nunca antes ha visto un movimiento tan numeroso como el pro-Trump.

Casi recién iniciado su gobierno, el presidente de los EE.UU. aseguró que el movimiento que lo llevó a la Casa Blanca era algo histórico, “como el mundo nunca había visto antes”. Sin embargo, lo cierto es que su victoria fue mucho más estratégica que masiva. Hillary Clinton ganó el voto popular, no Donald Trump, quien obtuvo su victoria a través del colegio electoral. Con esta declaración, el ilustre presidente “le echó demasiada crema a sus tacos”.

  1. El muro ya se está construyendo, pero nunca llega…

Trump sigue amenazando con un enorme muro que separará su nación de la nuestra, promesa que ha repetido desde sus días de campaña y en la que sigue insistiendo incluso en estos días. Lo cierto es que el famoso muro nada más no llega. Ya ha intentado que el Congreso le autorice los recursos necesarios para hacerlo, pero el poder legislativo no da su brazo a torcer. ¿Cómo va a explicar esto en su campaña de 2020? Seguro que con cinismo y más mentiras. Mientras tanto, según él, el muro está siendo construido “mejor y más rápido que nunca”.

  1. El Reino Unido es “el mayor socio comercial” de los Estados Unidos.

Probablemente Trump se sienta hermanado con el Reino Unido en este momento de la historia gracias a Cambridge Analytica, la compañía que hizo el trabajo sucio tanto para él como para los promotores del Brexit. Sin embargo, este país está muy lejos de ser el principal socio comercial de los EE.UU. Aunque le cueste admitirlo, quien ocupa este lugar estelar es China, seguido por Canadá. El siguiente en la lista es nuestro país, y antes del Reino Unido se encuentran Japón, Alemania y Corea del Sur.

  1. La postura de los demócratas en cuanto al aborto es “tan extrema” que “no les importa ejecutar bebés después del nacimiento”.

Así de sensacionalistas son las declaraciones del presidente. Aprovechándose de la desinformación, Donald Trump caricaturiza a sus adversarios políticos y les levanta falsos para cumplir con su propia agenda. Trump se ha manifestado en contra del aborto en los últimos años (a pesar de que antes solía defenderlo abiertamente). El 25 de febrero de este año, el mandatario aseguró que los demócratas apoyaban una supuesta práctica en la que, después del nacimiento, “los doctores y las madres determinan si el bebé será o no ejecutado”. Esta postura no existe en el partido demócrata, pero, como dijo Delavigne, “mientras más increíble es una calumnia, más memoria tienen los tontos para recordarla”.

  1. Después del fortalecimiento de la frontera, El Paso se convirtió en “una de las ciudades más seguras del país”.

Trump se sigue esforzando por ver la paja en el ojo ajeno. Atribuye a la frontera con México todos los males, pero es incapaz de empezar a atender los problemas de seguridad que realmente están dañando a su país, como el control de armas. También en febrero de este año, el presidente aseguró que la ciudad de El Paso, Texas, “que solía tener un nivel de crímenes violentos extremadamente alto, uno de los más altos del país, y que era considerada una de las ciudades más peligrosas de la nación”, se convirtió en “una de las ciudades más seguras del país” tras fortalecerse la barrera física que la separa de México; es decir, tras realizarse en ese segmento de la frontera un experimento de lo que sería su tan famoso muro. Pero el peligro no viene del sur. El 3 de agosto de este año la ciudad fue víctima de un tiroteo masivo que dejó un saldo de 22 personas asesinadas y 24 heridas. El responsable no fue un mexicano, sino un ciudadano estadounidense que actuó guiado por la “supremacía blanca” que Trump tanto defiende. A pesar de ello, Trump seguramente continuará usando a México y a los mexicanos como su botín electoral.

Este recuento se queda muy corto en comparación con las declaraciones llenas de fake news que Trump despliega casi diariamente. De hecho, la lista es tan larga que diarios como The Washington Post han iniciado bases de datos para ordenar todas las mentiras de Trump, almacenadas según la fecha en que se dijeron, el tema al que se refieren y la frecuencia con que se repiten. Un gobierno sí puede sostenerse en la mentira; para muestra, la administración de Trump. El filósofo del lenguaje Ludwig Wittgenstein (1889-1951) escribe en su Tractatus Logico–Philosophicus (1921): “Nada es tan difícil como no engañarse”. El autoengaño es usado tanto en el amor como en la política, ya que garantiza la realidad agraciada desde lo que bien podríamos llamar una (re)presentación optimista del mundo y una defensa natural ante al dolor de existir —aunque siempre la realidad terminará abriendo los ojos a las verdaderas experiencias vitales y hábitos del ser. Es entonces cuando se quiebra el piadoso y voluble engaño. Pronto veremos si esto es aplicable también en el caso de Trump.

Manchamanteles

El libro Ética mínima: Introducción a la filosofía práctica, de Adela Cortina, fue publicado por primera vez en 1986; hoy cuenta ya con catorce ediciones. La académica española se propuso reflexionar en él sobre los valores humanos en el mundo contemporáneo, tales como la justicia, la felicidad, la educación o la empresa. Cortina considera que los derechos humanos, “como marco de la promulgación de los códigos jurídicos vigentes”, deben ser el punto de partida de una ética mínima, y hace énfasis en “la importancia de explicitar los mínimos morales que una sociedad democrática debe transmitir, que son principios, valores, actitudes y hábitos a los que no se puede renunciar, pues hacerlo sería renunciar a la vez a la propia humanidad”. Una lectura realmente oportuna. 

Narciso el Obsceno

El narcisismo también se refugia en el autoengaño. Su mayor muestra es que cubre de oprobio al amor perdido para poder sustituirlo por el que vendrá —nuevo, ideal. Se acaba la evocación los tiempos felices, y queda el desconsolado fracaso por el que transita la vulgar existencia. ¿Habrá otra forma de separarse? Quizá tengamos la oportunidad generacional de re/significar a Igor Caruso.

 

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