Si José Manuel Mireles continúa en su cargo de subdelegado del ISSSTE en Michoacán, siempre llevará la marca de que el Congreso le pidió su renuncia. Y él, carente de pudor, se aferró al nombramiento del que ya fue moralmente deslegitimado.
Porque esta semana tanto los diputados como los senadores se pronunciaron por la remoción del majadero y misógino funcionario.
Así que legisladores de todos los partidos que integran el Poder Legislativo se han puesto de acuerdo en ese punto: el exlíder de las autodefensas no debe ser parte de un gobierno que se ha propuesto la transformación de México.
En el caso de San Lázaro, las integrantes de la Comisión de Equidad de Género avalaron un punto de acuerdo en el que pidieron la destitución de Mireles, en una carta dirigida al director del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, Luis Antonio Ramírez.
Los senadores, sin embargo, por las gestiones de la bancada de Morena, no pudieron contradecir el llamado presidencial a Mireles para que se autocorrigiera. Así que tuvieron que conformarse con un llamado al propio subdelegado del ISSSTE para que deje el puesto.
Esto porque el activista armado volvió a las injurias contra las mujeres. Y después de llamar “pirujas” a las parejas de los derechohabientes, quejándose de que todas querían servicios médicos, esta semana empleó el término “nalguitas”.
El pronunciamiento de la Cámara Alta exhortó a Mireles a presentar la renuncia a su cargo “en razón de las expresiones machistas, misóginas y violentas pronunciadas contras las mujeres derechohabientes del instituto y todas las mujeres del país”.
El documento que en la historia parlamentaria mexicana deberá servir, a partir de ahora, de mecanismo de prevención establece que el Senado “se pronuncia en contra de toda utilización del lenguaje discriminatorio, sexista o violento proferido en contra de la mujer, tanto por el ciudadano José Manuel Mireles Valverde como por cualquier otro servidos público”.
Este pronunciamiento surgió en la Comisión de Igualdad del Senado, donde la panista Kenia López Rabadán, reclamó a las legisladoras de Morena no sumarse a un exhorto dirigido al Presidente de la República para que destituyera al funcionario.
“Esta Comisión no puede cerrar los ojos a la realidad, y la realidad es que lo que está pasando en el país es absolutamente lamentable. Nos están matando por el hecho de ser mujeres, pobres, indígenas y la falta de andamiajes institucionales (…) Y si a una persona que hoy le pagamos y que en su encargo como servidor público se atreve a decir lo que dijo y no hay un reclamo, a mí me parece vergonzante”, alegó la también presidenta de la Comisión de Derechos Humanos.
La presidenta de la Comisión, la morenista Martha Lucía Mícher Camarena, argumentó: “Se debe hacer una solicitud personal a Manuel Mireles y no dejar la responsabilidad a otras personas. Tiene un puesto directivo. No acepto su disculpa”.
Posteriormente, ya en la sesión del pleno del Senado, de este jueves 12 de septiembre, con los atenuantes propuestos por Morena, se avaló por unanimidad el llamado a Mireles.
Dicho documento también incluyó al director general del ISSSTE, a quien le solicitaron que realice las acciones pertinentes y legales para garantizar el aprecio a la dignidad y los derechos humanos de todos los derechohabientes y ciudadanos que acudan al Instituto.
Al proponer a sus compañeros la elaboración de ese pronunciamiento, la panista Josefina Vázquez Mota expuso:
“Este no es un asunto de partido, este no es un asunto de voluntarismo. Es rechazar el ataque soez, reiterado, la violencia por la que tanto hemos trabajado en contra de ella en este Senado de la República. Les solicito a todas y a todos los Senadores que firmemos hoy mismo una carta dirigida al director del ISSSTE para la destitución inmediata de este funcionario (LIGAR) Estar del lado del agresor es estar del lado de la complicidad y del lado de la violencia. No podemos permitir como Senado estas agresiones reiteradas cada vez más soeces y vergonzantes”.
La senadora del PT Alejandra del Carmen León Gastélum se sumó al reclamo, al igual que la priista
Vanessa Rubio Márquez, el independiente Emilio Alvarez Icaza, Leonor Noyola del PVEM y los ciudadanos Verónica Delgadillo y Juan Zepeda.
Y un senador morenista, Germán Martínez Cázares, clavó la estocada:
“Repudio, como michoacano, las expresiones de Mireles y digo, como michoacano, que apoyo al Presidente López Obrador, que Mireles, y lo digo con palabras del Presidente López Obrador: Mireles al carajo. Debe renunciar Mireles del cargo que tiene de funcionario público, porque eso no representa a los ciudadanos y no los está atendiendo en un clima de tranquilidad que merece Michoacán”.
¿Podrá más la impunidad del me vale madres?
Pronto lo sabremos.