''No te preocupes, Rosario..." - Mujer es Más -

”No te preocupes, Rosario…”

 

La arrogancia es uno de los defectos de carácter que más caro se pagan en la vida. Y me parece que Enrique Peña Nieto ha estado actuando en ese tenor, desde que es expresidente. Bueno, desde siempre ha sido arrogante pero actuar así cuando ya no detenta el poder, es temerario, por decir lo menos.

Desde que entregó la banda presidencial sus apariciones públicas han sido -todas- desplantes frívolos, lo mismo su divorcio escandaloso, que su noviazgo en turno aún más escandaloso, la portada en el Hola, su bailongo desenfadado en una fiesta, y demás.

Particularmente resultó desafiante su asistencia a la boda de la hija del abogado Juan Collado, hoy preso en un reclusorio. Al convite nupcial asistieron numerosos miembros de la llamada “clase fifí”, destacadamente diversos miembros de la Suprema Corte, poder autónomo que mantiene una guerra sorda con AMLO.

Habrá malpensados que infieran una relación causa-efecto entre esa fiesta de alcurnia, y la posterior detención del litigante, como si se tratase de una respuesta por parte del obradorismo, contra una élite insensible que no entiende los vientos de cambio que cimbraron al país, con la elección presidencial de 2018.

Escuché del excanciller Jorge Castañeda una parábola al respecto, que me pareció magnífica. Palabras más, palabras menos, decía que si el toro no te está viendo ni persiguiendo, ¡pos no le chifles ni llames su atención, porque se te viene encima!

Ignoro si el caso Rosario Robles forme parte de esta supuesta campaña de persecución contra el peñanietismo y el salinismo, donde se inscribiría también el caso contra Emilio Lozoya, la cacería contra Carlos Ahumada, los golpeteos contra el grupo de Osorio Chong y los reabiertos expedientes Odebrecht y Ayotzinapa.

Lo que sí sé, es que resulta una broma macabra del destino, que el primer exsecretario de Estado en la historia de México, que es detenido por acusaciones de corrupción, es esta mujer, la misma a la que en su momento el entonces presidente Peña Nieto, la animó en un evento, diciéndole: “No te preocupes, Rosario”, respaldándola así ante diversos señalamientos periodísticos en su contra.

La que no debía preocuparse entonces, hoy se muestra desencajada, está detenida y sujeta a proceso, con el riesgo de enfrentar una sentencia grave, por los delitos que se le imputan. Y el que la animaba a no agobiarse, seguramente vive su telenovela personal muy desenfadado, ignorando desde su arrogancia, el estupor de la sociedad ante su pésimo gobierno y los numerosos trapos sucios que comienzan a ventilarse. No te preocupes, Enrique.

Raúl Rodríguez Rodríguez.
Analista y escritor

@rodriguezrraul

ig: raulrodrodmk

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