Prácticamente todos los partidos políticos nacionales están realizando ajustes internos desde sus órganos de decisión con miras al 2021: asambleas municipales y hasta nacionales, consejos nacionales, congresos en puerta, renovación de órganos directivos entre las más importantes.
Dentro de las estrategias partidistas están la de renovar sus padrones de personas afiliadas, lo cual es un derecho de la ciudadanía y un acto libre, voluntario e individual.
Llama la atención que partidos como el PRI y el PAN que han gobernado el país tienen padrones de personas afiliadas muy por debajo de los votos que logran en las urnas, lo cual está bien, pues no es condición estricta votar por una opción solo si militas en determinado partido político.
Lo más asombroso es el caso del PRD, quien teniendo el padrón con más integrantes, rebasa los 5 millones de personas, según los datos oficiales del INE, al corte previo a la elección del 1 de julio de 2018; después de los cómputos distritales su votación nacional en la elección a la Presidencia de la República apenas rebasó el 1.6 millones de sufragios.
Lo cual es un indicativo que no todas las personas que están integradas en un padrón votan por el partido político en que militan y que los que no militan, pueden marcar una opción sin pertenecer a sus filas.
El reto que se autoimponen los partidos políticos rumbo al 2021 para fortalecer a su militancia y eventualmente obtener triunfos en las urnas, es legítimo y además es parte de las obligaciones que les corresponde realizar, sin embargo es una tarea de difícil realización, pues la ciudadanía tiene cierta desconfianza en los institutos y en las encuestas son rechazados por la mayoría de las personas.
Eso ha permitido la existencia de las candidaturas independientes o sin partido, sus incipientes triunfos en algunos cargos de elección popular y la posibilidad de seguir en la escena pública.
Pero como la idea principal es la elección intermedia del 2021, el reto para algunos es mayúsculo. Unos van por la sobrevivencia: mantener el registro, no diluirse en el intento, sobre todo seguir vigentes en lo local.
Para otros, recuperarse en los terrenos que creían que serían eternos, es el reto interno.
Sin embargo, la constante en todos los partidos políticos, empezando por el que gobierna el país, son los jales y estires por la dirigencia, como en MORENA, donde precisamente el tema de poder consiste en el padrón electoral, pues con él es como se desarrollarán las asambleas en las entidades, para nombrar dirigencias locales y después poder hacer la lista de los delegados al congreso nacional donde en noviembre se decidirá la dirigencia nacional.
El PRD por su parte ha convocado a un Congreso Nacional donde seguramente modificará sus estatutos para legalizar la forma en la que su dirigencia colegiada se conduce actualmente, entre otras constantes qué le falta establecer en sus documentos básicos para transitar en su nueva etapa de partido minoritario.
El PRI, prácticamente abandonado por quienes se pensaba podrían ser sus dirigentes, debe establecer una clara estrategia que comunique algo más fuerte que los casos de corrupción en los que se han visto envueltos algunos de sus exgobernantes.
El PAN, tiene de frente el reto de salir adelante después del castigo que la ciudadanía les dio en las urnas en las elecciones federales pasadas, con una carga de abandono después de las pugnas por la dirigencia nacional y por la candidatura a la presidencia en el 2017, debe reivindicarse con la sociedad menos politizada que es la que votaba en mayor medida por esa opción de derecha.
En el caso de las demás fuerzas partidistas, seguirán seguramente, rumbo al 2021 con la misma estrategia, como pateando un bote, acompañando a partidos políticos más fuertes electoralmente hablando, con la salvedad de que algunos cambiaron de estrategia, MC dejó de acompañar el proyecto del titular del Ejecutivo Federal. Y el Verde Ecologista, dejó al tricolor y en las elecciones locales de 2019 se unió a MORENA, seguramente será la estrategia.
Los padrones electorales sugieren vida partidista activa, pero siempre serán las urnas las que reflejen el éxito de las estrategias y decisiones tomadas.