«EL RING DE LOS DEBATES» Y después del voto femenino, ¿qué? - Mujer es Más -

«EL RING DE LOS DEBATES» Y después del voto femenino, ¿qué?

 

El 3 de julio de 1955, las mujeres en México ejercieron, por primera vez, su derecho al voto. Y aunque es notable el avance en la representación política de las mujeres, aún queda un largo camino por recorrer.

El 17 de octubre de 1953 se incluyó la palabra mujer al artículo 34 constitucional, que se publicó en el Diario Oficial de la Federación. Adquirimos ciudadanía, ganamos el derecho a votar y a ser electas. Hoy, las mujeres queremos ganar el derecho a vivir sin violencia ni discriminación.

Si hoy por hoy, son mujeres el 48 por ciento de quienes integran la Cámara de Diputados, el 49 por ciento del Senado, el 44 por ciento de los Congresos locales, el 28 por ciento de los ayuntamientos, el 62 por ciento de las sindicaturas y el 50 por ciento de las regidurías, es el momento de que esas mujeres empoderadas den paso a una agenda de derechos.

Se trata de reducir la brecha de género, eliminar las barreras que limitan el crecimiento y desarrollo de las niñas, jóvenes y mujeres adultas en lo que se refiere a educación, salud, empleo, ingresos y supervivencia.

La paridad será una palabra vacía mientras haya niñas obligadas a vender chicles en las calles y a abandonar la escuela, para apoyar la economía familiar, y adolescentes secuestradas por las redes de trata de personas.

También lo será mientras prevalezcan los casos de jóvenes violentadas por sus novios o maridos; mujeres adultas discriminadas en empleos por su edad; abuelas abandonadas y despojadas por sus hijos y nietos; síndicas que no pueden tomar posesión de su cargo porque una cuadrilla de hombres se niega a ser gobernados por una mujer.

La paridad será una palabra vacía, sin contenido, mientras haya mujeres que sufran tratos humillantes, celos destructivos, acoso, explotación y abuso sexual; violencia patrimonial o cualquier acto encaminado a controlar sus ingresos o sus instrumentos de trabajo; intimidaciones o chantajes que pongan en riesgo su estabilidad emocional, dignidad, prestigio y su empleo.

La paridad será una palabra vacía, sin contenido ni futuro, mientras haya mujeres discriminadas por su estado civil, maternidad, edad, apariencia física o la solicitud de resultados de exámenes de laboratorios clínicos, que supeditan su contratación, ascenso o permanencia en el empleo.

No se trata de discursos políticos ni de entrevistas en medios de comunicación. Permanecer detrás de un escritorio o una curul, con acciones de relumbrón no sólo es innecesario, sino una traición a la responsabilidad pública.

Es indispensable generar información, estadísticas; andar la calle, acercarse a los grupos vulnerables, visitar refugios, crear redes de apoyo en escuelas, en fábricas, en instituciones públicas; promover y dar seguimiento a iniciativas de ley, políticas públicas y programas sociales.

Evaluar, reconducir y mantener un contacto permanente con la gente, sentir su dolor, sus alegrías. A eso las obliga su representación popular, el voto las hizo mujeres empoderadas. Están en deuda.

 

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