Algunos dirían que la guerra de las redes sociales contra la privacidad y la protección de los datos personales ya ha sido resuelta. Para expertas como Marta Peirano, autora de El Pequeño Libro Rojo del Activista en la Red, las batallas se encuentran perdidas y el bando ganador es ése al que no pertenecemos quienes no somos altos ejecutivos de los gigantes tecnológicos. Los intentos de regulación y escrutinio que se han dado desde los Estados Unidos y la Unión Europea hacia plataformas como Facebook y Twitter parecen haber llegado tarde, quizás tan tarde que el estado de vigilancia ya esté irrevocablemente instaurado alrededor del mundo. Sin embargo, no todos se contentan con esta visión fatídica. Tal es el caso de Larry Sanger, cofundador de Wikipedia, quien este primero de julio llamó a una huelga mundial en contra de las redes.
A estas alturas del partido, es más que sabido que los gigantes detrás de las redes sociales no han iniciado sus negocios porque se sientan los paladines de la democracia, sino porque descubrieron en la extracción de datos una mina de oro. Encontraron, además, un modelo de negocio redondo donde quien trabaja gratuitamente es también quien consume a precios elevados, sin contar que a través de estas plataformas han generado múltiples y sutiles mecanismos de manipulación. Como lo dice Peirano, la influencia de los gigantes de Silicon Valley no se limita a lo más pequeño, como el uso que le damos a nuestros smartphones, sino que trasciende también hasta el dominio de la infraestructura de las telecomunicaciones.
A pesar de eso, personajes como Sanger no se han dado por vencidos. El filósofo estadounidense ha llamado este lunes a la comunidad internacional a firmar la Declaración de Independencia Digital. Este documento busca la construcción de un sistema de redes sociales descentralizado, que no radique en el poder de los grandes corporativos y que, por lo tanto, no funcione para sus fines mercantilistas. Sanger apela por la ya tan sonada regulación de estas compañías y opina que es vital el establecimiento de unos estándares básicos que éstas deban cumplir alrededor del mundo. La exigencia es sin duda necesaria, pero no por ello se ve más cerca de ser satisfecha. Hay que recordar que los esfuerzos de escrutinio ya se han dado en el Congreso de los Estados Unidos, mientras que la regulación ha dado sus primeros pasos en Europa, pero no por ello se han puesto fin a las malas prácticas de los gigantes de las redes y el día de su descentralización se antoja bastante lejano.
Como parte de esta Declaración de Independencia Digital, Sanger ha llamado a hacer dos días de huelga contra las grandes redes sociales. La manifestación se efectuaría del 4 al 5 de julio. Imposible no ver que el llamado a la revolución, como siempre, se queda bastante corto. Lo que el filósofo quiere es que les pidamos por las buenas a los grandes corporativos, es que por favor nos devuelvan nuestro derecho a la privacidad y el control de nuestros datos personales. La propuesta es, por decir lo menos, ingenua. Se antoja también bastante blanda; en vez de buscar un planteamiento profundo en contra de las malas prácticas de estas empresas, se plantea que se le dé una pequeña advertencia de dos días, después de la cual seguiremos tan amigos como siempre, como si no estuvieran haciendo su agosto a costa de nuestros derechos fundamentales.
Sanger convocó también a programadores a generar bots que anuncien esta huelga de manera automatizada, al tiempo que pidió a los usuarios que, en caso de utilizar las redes durante estos días, sea únicamente para apoyar la huelga. Es decir, que no está convocando a una huelga. Está convocando a generar contenidos que alimenten las redes para presuntamente combatirlas. ¿Soy el único al que le parece que este planteamiento cojea del pie de la lógica? Nuevamente, la propuesta del cofundador de Wikipedia es, cuando menos ingenua, pero no queda más que desearles suerte derrotando a las redes usándolas como estandarte. De cualquier manera, se agradece; esperemos que no llegue demasiado tarde ni con muy poca fuerza.
Manchamanteles
Se celebra alrededor del globo el centenario de nacimiento del fotógrafo César Manrique (1919-1992) nacido en Arrecife, Lanzarote. Manrique dejó una huella indeleble en el arte, además de plantear el análisis de las propiedades de la materia como elemento esencial de su obra. El imaginario plástico de Manrique se siente en su célebre frase: “Yo trato de ser la mano libre que forma a la geología”. Sin escatimar elogios, vale la pena señalar, como dice Jorge Carrión, que Cesar Manrique es “el primer artista del mundo que firmó grandes obras públicas con conciencia ecológica”; pero dejemos al propio Manrique en sus palabras: “Ante la presencia espectacular del destrozo y deterioro sistemático de nuestro planeta, por ese afán desmedido de poder y riqueza, nos encontramos en condiciones de intuir, por ese misterio escondido del instinto, la catástrofe de todo lo que pudiera ocurrir, si no luchamos aportando el esfuerzo de cada uno”.
Narciso el Obsceno
La expectación de la perfección del amor (narcisista) se fundamenta en el “ideal del yo”. Y ya en el mundo de la libido, el ser se muestra, una vez más, inhábil para desistir la complacencia ya gozada alguna vez… Jacques Lacan lo anota sin cortapisas: “En el amor se ama al propio yo, al propio yo realizado a nivel imaginario”. El llevado y traído te amo da en un acto se nombra en el enigma. ¿Te amo? ¿Nos amamos? ¿nos salvamos? Espejismos…