«EL ARCÓN DE HIPATIA» Contra el prejuicio, argumentos y no maromas - Mujer es Más -

«EL ARCÓN DE HIPATIA» Contra el prejuicio, argumentos y no maromas

 

En conferencia de prensa, la diputada federal panista Laura Angélica Rojas Hernández, también presidenta de la Comisión de Radio y Televisión de la Cámara baja, señaló que se solicitará que se llame a rendir cuentas a José Antonio Álvarez Lima, director de Canal Once, por los contenidos difundidos en los programas La Maroma Estelar que conduce Hernán Gómez Bruera y el cómico Carlos Ballarta, y de John & Sabina a cargo de John M. Ackerman y Sabina Berman, pues se considera que estos contenidos discriminan y polarizan a la sociedad.

La polémica se ha visto incrementada en días recientes porque La Maroma Estelar entrevistó a jóvenes “blancos” del ITAM, lo que causó polémica en redes sociales, debido a que se consideró como un caso de discriminación de parte de los conductores que hicieron escarnio de sus entrevistados con preguntas tales como “¿Cuántos mayordomos tienen en su casa?”.

Renata Turrent, analista que estuvo invitada en el polémico programa, defendió que el racismo inverso no existe. Posteriormente acusó a los conocidos tuiteros Javier Risco y Amado Avendaño de machismo por cuestionar su exposición, en el estilo característico que tienen ambos en las redes.

Más allá de la discusión polarizada, vale la pena un apunte.

El concepto de racismo y clasismo inverso es cuestionable, partiendo de la definición de racismo como odio, rechazo o exclusión de una persona por su raza, color de piel, origen étnico o su lengua, lo que le impide el goce de sus derechos humanos. Es originado por un sentimiento irracional de superioridad de una persona sobre otra (Conapred). Debido a que una minoría no posee este elemento distintivo del racismo que es la superioridad, no podría un grupo dominante ser víctima de tal.

Pero, muchos otros consideran que sí se puede experimentar la hostilidad generada por el prejuicio.
Cuando alguien tiene un juicio preconcebido (prejuicio) sobre algo o alguien, lo lleva a una irracional actitud de hostilidad dirigida contra un individuo, un grupo, una raza o sus supuestas características. El racismo no puede existir sin sentimiento de supremacía, pero sí el prejuicio.

En este punto no se necesitaría más debate de si hay o no hay discriminación inversa, sino contestarnos si el propósito de un espacio público debe ser utilizado para la difusión de prejuicios y hostilidad.

El medio es el mensaje. El conocido postulado de Marshall McLuhan, tantas veces rechazado por teorías de la comunicación innovadora, parece volver a tener sentido. El medio y sus posibilidades de emisión y recepción moldean el mensaje. El que la sátira o burla provengan de un medio público, con presupuesto federal, imprime al mensaje el significado de que el desprecio por un determinado sector de la población proviene del gobierno mismo, a diferencia de si el sketch se trasmitiese en un canal privado.

Polarizar no es debatir. El espacio debe estar abierto para argumentar. Merecemos superar las diferencias ancestrales. El clasismo y el racismo no se combaten removiendo sentimientos de hostilidad sino con diálogo. No necesitamos bufones, sino interlocutores.

Al fondo del Arcón

En la lucha por la igualdad y los espacios, las mujeres hemos dado la batalla. Batalla ardua pues muchos lugares siguen dominados por visiones masculinas. Pero nos hemos posicionado. Pero, como cualquier persona, estamos expuestas a fallar, reconsiderar y rectificar si es necesario. No toda discrepancia es machismo ni toda crítica es misoginia, como denunció Renata respecto de Risco y Avendaño. No podemos diluir la lucha como argumento personal. Vamos contra la supremacía de género… de cualquier género.

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