La sabiduría oriental es proverbial. Las artes marciales, como el judo, aprovechan la fuerza del contrario en beneficio de uno mismo. Así, por ejemplo, si te lanzan un puñetazo, en lugar de oponer resistencia te quitas, jalas del brazo al atacante y haces que se vaya de bruces, aprovechando en su contra, la fuerza y la inercia que él mismo desató.
Trump es un animal herido y como tal es peligroso. No logró construir el muro ni ha sometido a China ni derrocado a Maduro ni vencido a Europa en sus diferendos por la OTAN. Nada ganó con sus acercamientos grandilocuentes hacia Corea del Norte.
Además sigue acosado por el escándalo del Rusia-Gate, que la semana pasada se reavivó, y con ello propició que adelantara su propia precampaña para la reelección. Aunque los demócratas están divididos y la base electoral de Trump sigue firme, los magros resultados de su administración lo ponen en riesgo de no repetir en el cargo.
Es en ese contexto donde este presidente locuaz -al que Robert De Niro calificó como punk- ha lanzado la amenaza de establecer 5 por ciento de aranceles a las importaciones mexicanas, e irlas elevando hasta un 25 por ciento de aquí a octubre, si no detenemos la inmigración centroamericana. Tal acontecimiento fracturaría a la economía mexicana, pues nos pondría en desventaja en nuestro principal mercado internacional.
Yo aprovecharía esta bravata del impresentable personaje, para sellar de una vez por todas nuestra frontera sur con Guatemala y Belice. Usaría su arremetida como argumento ideal para defender nuestra soberanía territorial.
Ese paso fronterizo prácticamente es inexistente y pasa quien se le dé la gana hacerlo, incluyendo narcotraficantes, pandillas y hasta terroristas, además de las decenas de miles de indocumentados.
Ya tenemos en nuestro territorio a cientos de miles de guatemaltecos, hondureños, beliceños, salvadoreños, nicaragüenses y de más, que carecen de empleo, vivienda, seguridad social y con ello compiten con los mexicanos en extrema pobreza, que andan por las mismas.
Por supuesto que es preferible y deseable el plan de inversión propuesto por AMLO para desarrollar la economía centroamericana y frenar así la emigración, pero tampoco nos vendría mal defender paralelamente la integridad de nuestro territorio y poner orden en el Río Suchíate.
Muchos dirán que este argumento le da justificación y validez al de Trump contra los mexicanos que viven en Estados Unidos, cuando dice que hay que expulsarlos sólo por ser inmigrantes. La diferencia es que mientras millones de mexicanos ya adquirieron derechos, propiedades, historial crediticio, nacionalidad y son productivos en Estados Unidos, los miles de centroamericanos que nos llegan, ni siquiera tienen dónde dormir.
La realidad siempre supera a la política. Y es un hecho que mientras más difícil está resultando cruzar de México a Norteamérica, más nos iremos llenando de centroamericanos, si no regulamos el paso por nuestra frontera sur.
Aprovechemos las balandronadas del inútil de Trump para sellarla y preservar la seguridad nacional. La presión de Trump le ahorraría a la 4T cualquier costo en imagen, si frenara el éxodo del sur que amenaza con inundarnos.
De no hacerlo, al final de este sexenio tendremos cinturones de miseria, ciudades perdidas y ghettos de todo tipo, con millones de centroamericanos acechando las principales ciudades de México. Ayudémoslos a no emigrar de sus tierras, auxiliemos humanitariamente a los que ya están aquí y demos así ejemplo al propio Estados Unidos, pero cerremos la llave de una vez por todas.
Raúl Rodríguez Rodríguez, analista y escritor.
@rodriguezrraul
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