Cómodamente sentada en la terraza de un coqueto restaurante en la Plaza Hidalgo, en pleno centro de la ciudad de Tequisquiapan, me pregunto: ¿Por qué no vengo más seguido?
Tequisquiapan no es solo un Pueblo Mágico, está prácticamente cerca de todo, en medio de todo.
Es un destino de verdad incomparable, con un clima cálido y fresco en la noche, una gran variedad de hoteles y balnearios, días soleados prácticamente todo el año.Además, tiene una de las ferias más bonitas y originales del país, la Feria del Queso y del Vino, con 41 años de antigüedad, es ya una arraigada tradición, de todos los rincones del país vienen a disfrutar las degustaciones y catas de los vinos regionales, reconocidos mundialmente por su calidad y frescura.
Tequisquiapan tiene además de un cielo hermoso y un sonido de fondo compuesto por todas las variedades de aves imaginables, desde garzas hasta golondrinas. Al atardecer, es ensordecedor el ruido que hacen tantos pájaros en las copas de los árboles.
Fundada en el año 1551 significa lugar sobre el Río del Tequesquite, forma parte de la cabecera de San Juan del Río y es conocido desde siempre por sus balnearios con aguas termales y por sus maravillosas artesanías de origen Chichimeca y Otomi.
Tequisquiapan es también famosa mundialmente por la Ruta del Vino, kilómetros de Viñedos forman este camino que más que un recorrido es una experiencia sensorial. Haciendas y plantas vitivinícolas abren sus puertas al visitante para que éste pueda conocer el antiguo proceso de la fabricación de vino.
Ya sea en Semana Santa, vacaciones de verano, época de feria o de vendimia, Tequisquiapan es siempre un lugar lleno de sorpresas en donde el caminante encontrará desde catas y talleres de degustación de vino hasta experiencias únicas como el vuelo en globo sobre los viñedos y el valle, donde podrá apreciar también la presa de Zimapán y la legendaria y maravillosa Peña de Bernal, tercer monolito más grande del mundo.
Mucho les podría contar sobre este paseo excepcional, pero prefiero dejarlos con las ganas de venir a vivir esta experiencia en carne propia.
Como queretana orgullosa que soy, apuesto 100 a 0 que va a rebasar las expectativas del más exigente viajero, tan así lo sabemos, que si no le gusta este lugar y si no lo llena de energía y le deja una sonrisa permanente, le devolvemos su amargura.