Si pudiéramos ver a alguna deportista mexicana como una súper heroína, de esas que podrían actuar a lado de Iron Man, Capitana Marvel, entre otros, esa sería María del Rosario Espinoza.
María es un ejemplo a seguir, su mentalidad triunfadora, su seguridad, entrega, pasión, dedicación, se refleja en cada competencia, en sus movimientos supersónicos, en su mirada que puede expresar incluso más que sus propias patadas, en sus palabras que cada vez que son emitidas de su boca, retumban en cada uno de los rincones en donde se practica deporte en nuestro país.
Tres medallas mundiales, tres olímpicas, solo por mencionar algunas. ¿Acaso es la mejor deportista nacional de todos los tiempos? No me gusta hacer comparaciones históricas, menos cuando se trata de deportes olímpicos, ya que cada disciplina es muy diferente; pero Espinoza nos sorprendió, sorprende y seguirá sorprendiendo a México y al mundo, y por si fuera poco, ya apunta hacia los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Una mujer que cuando dice “no daré entrevistas mientras compita, lo haré cuando terminen”, lo cumple, y no por ocultarse de la prensa, no, lo hace para no perder concentración y eso le ha funcionado y ahora se lo inculca a las nuevas generaciones. Ella no se subió a un “tabique de fama” y siempre da la cara, en las buenas y en las malas.
Sí, no será la más empática, pero eso no importa cuando alguien con su clase, con su categoría, con su inteligencia, da su punto de vista.
Es un referente de nuestro deporte, podremos catalogarla como la más grade, la mejor, como quieran, pero veamos su historia, su pasado, presente y futuro, y mostrémosle a los jóvenes y niños mexicanos, que esa es la clase de deportistas que necesitamos, que si se puede conseguir la gloria, que si se puede ante cualquier adversidad.
María del Rosario Espinoza es una ejemplo a seguir, y sí, sabemos que el final de su carrera está cerca, así que aprovechemos, apoyémosla en la recta final y seamos parte de la historia.
¡¡¡Gracias María!!!