«COLUMNA INVITADA» Aristóte/les muestra su misoginia - Mujer es Más -

«COLUMNA INVITADA» Aristóte/les muestra su misoginia

 

Por Walter Beller

Siempre hay un tipo de lógica oculta.-Christian Lacroix.

Ser un genio no quita el saco de prejuicios que se carga. En el contexto cultural de la Grecia clásica, Aristóteles argumentó –supuestamente desde la ciencia– sobre los motivos de su rechazo a considerar la dignidad de las mujeres como equiparable a la situación del varón. Ideó para ello una peculiar conjetura biológica que “justificaría” la “natural” inferioridad de las mujeres.

Aristóteles (Estagira 384 a.C –Calcis 322 a.C) está todavía presente de muchas maneras en nuestras aulas. Grande entre los grandes, tuvo la genialidad de hacer aportaciones a muchas de las ramas del conocimiento y del aprendizaje. No obstante que prácticamente todas sus hipótesis han sido desbancadas por la ciencia moderna (desde el siglo de Galileo y Newton), su lógica permaneció hegemónica durante más de veinte dos siglos. La cultura occidental ha considerado que la precisión binaria (que sólo existen dos valores, verdadero o falso, 1 o 0; o los opuestos negro/blanco) es parte del método científico. Este binarismo de la lógica de Aristóteles está en la base de nuestras computadoras y en nuestros dispositivos electrónicos a la mano. Lamentablemente, es también una artimaña en contra de la actual visión de género.

Contradicción y diferencia sexual

Si afirmamos que algo es azul no podemos afirmar al mismo tiempo y en el mismo sentido que no es azul. Así, si constatamos que cualquier objeto tiene una propiedad no puede tener a la vez su propiedad opuesta contradictoria. Con fundamento en el principio de (no)contradicción, Aristóteles elaboró una clasificación biológica y un sistema jerárquico de géneros y especies –el primero en su tipo– tan claro, útil y comprensivo que sigue constituyendo una piedra primigenia de la taxonomía actual (que ya no es exactamente aristotélica). Además, reunió una asombrosa cantidad de datos acerca de la copulación y del desarrollo embrionario de los animales. Fue el primero en distinguir los caracteres sexuales primarios de los secundarios (entre otras muchísimas observaciones sobre la vida animal). En su libro Reproducción de los animales encaraba la pregunta fundamental: cuáles son las causas de la generación de los seres vivos, considerando que es el cambio más radical que existe en la naturaleza.

Aristóteles emplea su concepción de las causas, entre las cuales está la causa eficiente (el iniciador o el impulsor del cambio) y la causa material (el sustrato del cambio, lo que cambia). Su ejemplo más socorrido es el trabajo del escultor (impulsor) y el mármol (materia) sobre el cual opera. Analogía llevada al terreno de los sexos en la reproducción. En sus palabras: “El macho y la hembra son los principios de la generación, el macho como poseedor del principio impulsor y generador, y la hembra como materia”.

Señala: “La hembra, en cuanto hembra, es el elemento pasivo, y el macho, en cuanto macho, el elemento activo, del que procede el principio del cambio”. Supone que el lugar preponderante del macho se debe a ser productor de esperma, que –dice– es caliente, mientras que la menstruación es fría; solo el macho genera suficiente calor como para producir esperma. De ahí salta a la conclusión: las hembras son animales imperfectos, “las mujeres son como los niños o como eunucos, incapaces de alcanzar la temperatura requerida para producir el esperma”. La base, los opuestos binarios: activo/pasivo, caliente/frío, y así hembra/macho.

Siguiendo la lógica aristotélica, lo macho (espermatozoide) y lo hembra (ovulo) no es más que la exponenciación del mecanismo sexual biológico, compuesto por oposiciones irreductibles. De esta manera, lo hembra es el complemento sexual de lo macho, y lo macho es el complemento sexual de lo hembra. Nada más, pues las especies pertenecen a un mismo género. Es lógica binaria.

Lo humano, más allá de la lógica tradicional

¿Es el impulso sexual un dispositivo de la naturaleza?, ¿está calcado de lo natural que empuja al macho hacia la hembra, y recíprocamente? La diferencia entre varones y mujeres no es igual ni equivalente a la diferencia entre machos y hembras. Es un error y una mentira suponer que la relación entre varones y mujeres tiene como modelo y referencia la relación macho-hembra.

El signo de lo humano es el encuentro (y, obviamente, los desencuentros). No es la biología sino el deseo el motor del acercamiento entre los seres humanos. Ya no se trata de especies de un mismo género, sino de géneros bien constituidos. El deseo no entra en la lógica de lo binario. No se trata de un sí o un no absolutos, sino de un sí que es a la vez no, o incluso de un ni sí ni no, un quizás, una promesa, es decir, un conjunto de posibilidades que marca los laberintos de los encuentros entre personas. Octavio Paz lo identificó con el erotismo y con el amor, que son biológicamente inexplicables; a menos que uno quede atrapado en las redes de la lógica binaria de Aristóteles.

 


Walter Beller Taboada. Es doctor en filosofía por la UNAM y maestro en Teoría Psicoanalítica. Estudió Derecho en la Escuela Libre de Derecho y realizó estudios en la Universidad de Texas en El Paso. Es Profesor-investigador Titular C en la UAM Xochimilco, en el Departamento de Educación y Comunicación. Autor del texto El concepto objeto de transformación en el modelo educativo de la UAM Xochimilco (UAM-X, 1987), del libro Inconsciente, lógica y subjetividad. Los caminos del psicoanálisis. (Editorial académica española, 2012), Cuaderno de Argumentación (libro didáctico, 2016), entre otros. Coordinador de asesores del presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (1991-1994). Coordinador General de Difusión de la UAM (2013-2016). Mantuvo la columna ‘Ensayo y Horror’ en el periódico Excélsior.

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