¿Cuántas veces hemos escuchado la pregunta, porqué te gusta el futbol? Para muchos podría ser solo un deporte en donde 11 personas se enfrentan a otras 11 dentro de un rectángulo verde de césped. Pero otros te dirán algo como “por la emoción que genera”, “por el amor a la camiseta”, “por los grandes goles o jugadas”, etc.
En los últimos tiempos, el futbol ha sido el deporte que continúa ganando aficionados, ya es algo casi genético, se nace con el amor al balón, sobre todo en países en donde el balompié es la actividad deportiva más seguida, como en el nuestro.
Luis Omar Tapia, gran periodista y narrador de futbol, voz icónica de los partidos de la UEFA Champions League, hizo una frase que engloba cómo deben ser los juegos, deben ser mágicos, y así suelen ser en esta competencia europea.
Lo que vivimos esta semana, fue brutal, un golpe a los pesimistas, un aliciente para los optimistas.
Primero lo que hizo el Liverpool, que sin su figura principal, Mohamed Salah, llegaba al partido de vuelta de las semifinales de la Champions, con una desventaja de 3 goles, necesitaban 3 para el tiempo extra y 4 para ganar, pero eso no era el peor escenario, lo era el rival al que enfrentarían, el Barcelona, sí, el de Lionel Messi. Por mi cabeza y boca pasó la frase “El Barça ya está en la final, no hay forma”, y hoy sigo intentando despertar de algo que simplemente no puedo entender, digerir, razonar…
Lo que sucedió en Anfield fue impresionante, una remontada histórica, digna de película, de esas que vemos en la pantalla grande en donde al final, gana el que se esforzó más, el que intentó, el que nunca tira la toalla, ese que todo mundo al momento de llenarse la boca de palomitas quiere ver triunfar, eso sucedió, y eso enamora y enciende la llama del amor, del romance entre el aficionado y el futbol.
Por si eso fuera poco, Tottenham se metía a la cancha del Ajax, un solo gol de desventaja, no se veía difícil, pero al inicio de los últimos 90 minutos, la diferencia se incrementó a tres goles a favor de los holandeses, Sin embargo, al igual que Liverpool, los Spurs no bajaron los brazos, y hasta el último segundo, dejaron el alma en el terreno de juego, la recompensa, un empate global a 3, que los lleva a la gran final en Madrid el próximo 1 de Junio.
Liverpool y Tottenham, dos historias que serán dignas del recuerdo, dos equipos a los que debemos dar gracias por recordarnos por qué amamos a este deporte, porque el futbol es lo que es, simplemente, el mejor deporte del mundo y más, cuando se viven estas gloriosas y hermosas “Noches Mágicas”.