El domingo pasado cientos de personas (algunos sumaron miles) marcharon en varias ciudades del país para exigir la renuncia del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Dos personajes de la política quisieron capitalizar el descontento, sin embargo, sus porcentajes de responsabilidad en la crisis de inseguridad, corrupción y derechos humanos que padecemos hoy no les permitió captarla. Me refiero a Vicente Fox y a Felipe Calderón.
Quienes se manifestaron el domingo, y los que lo hacen a diario en las redes sociales, ejercen su derecho a disentir de un gobierno que lleva cinco meses en funciones.
Los detractores del presidente tal vez no sepan que quemaron un cartucho antes de tiempo. A menos de medio año de gobierno, es muy pronto para exigir la renuncia del político más popular de este siglo y que tiene tras de sí a millones de mexicanos que lo apoyan.
Quienes diseñaron la marcha, fallida en muchos sentidos -ya habrá quien hable bien de ella en términos de estrategia política- no tomaron en cuenta ni los tiempos y, mucho menos, una propuesta del jefe del Estado mexicano: la revocación del mandato.
Esa propuesta, la de decidir en una votación a mitad del periodo para el que fue electo si el mandatario es echado del cargo, no fue bien recibida por la oposición. La revocación del mandato fue propuesta al inicio del gobierno de López Obrador en el DF. Es más, desde 1998 el Ingeniero Cárdenas promovía que en la Reforma Política del DF se incluyera la revocación de mandato, el plebiscito y el referéndum.
Los opositores al presidente López Obrador pudieron esperar a que, como desean, la vaya mal al país para exigir la renuncia del mandatario. ¿Qué pasaría si la endeble oposición tuviera fuerzas para aguantar hasta la mitad del sexenio y se movilizara en contra del presidente y su partido? Si las cosas estuvieran tan mal como ellos las ven, meterían a MORENA en serios problemas electorales y, probablemente, las mayorías legislativas que hoy tiene el presidente se verían disminuidas.
A la oposición le urge una renuncia antes del primer semestre. Saben que sus fuerzas no les dan para esperar las elecciones intermedias.
La marcha no expuso al presidente, expuso las debilidades de la oposición y los debilitó. Quedó de manifiesto, pues, su poder de convocatoria.
La Letrina. El PRI, en su Consejo Político de esta semana, determinó que el INE quedara fuera de la organización para renovar su dirigencia nacional. El motivo no fueron los más de 200 millones de pesos que constaba que el Instituto Nacional Electoral les cobraba, sino que, quedaría evidencia que su padrón de militantes está inflado.