Imagina la siguiente escena: tu pareja empieza a violentarte verbalmente, entre manoteos y reclamos, aquello parece estar a punto de escalar a otro nivel. De pronto, aparecen más de seis mil personas, hombres y mujeres, decididos a no dejarte sola con él. Con peculiar energía, emprenden el grito que tu voz asustada quisiera reclamar: ¡fuera!, ¡fuera!, ¡fuera!
Imagina aquél reclamo que no descansa, que a una sola voz te acompaña. Que le reclama la paz a tu pareja, y le recuerda a regañadientes que la violencia no es la norma, ni en tu casa ni en la calle, nunca más, en ningún sitio.
Esta escena no es ficción, para fortuna de muchos y muchas que buscamos erradicar estas manifestaciones de violencia, sucedió el pasado 21 de abril durante el concierto de una famosa cantante chilena, en la capital del estado de Zacatecas.
Minutos antes del evento, en la dinámica de espera en la cual la cámara enfoca a los asistentes esperando que éstos se expresen besando a su acompañante, de pronto apareció un hombre joven visiblemente agrediendo a su pareja, una joven que lo miraba anonadada.
Inmediatamente los más de seis mil asistentes no cesaron el reclamo hasta que el joven agresor tomó distancia, acto que duró varios minutos. Otros hombres expresaban “¡Pinche vato violento, deja a la morra!”, haciendo uso de los modismos de la región.
Este suceso cobra más relevancia si consideramos que Zacatecas forma parte de los 18 estados que se encuentran formalmente declarados en Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres. Expone los resultados positivos de múltiples esfuerzos de la sociedad civil organizada, que a través de diversos movimientos, propuestas y campañas de denuncia; han logrado cuestionar la normalización de la violencia dentro de las relaciones de pareja y en cualquier circunstancia.
Desde luego que podemos evaluar la efectividad, los alcances, la dirección de estas iniciativas; pero algo es innegable: han contribuido a la visibilización y a la acción organizada para erradicar esta problemática. Han colocado un manifiesto público: la violencia contra las mujeres no es normal y no es un asunto privado, por el contrario, es un problema que nos requiere a todos y todas.
Esa noche, aquellas seis mil personas nos hicieron saber que sí es posible modificar sociedades históricamente machistas. Sabemos que hay muchos pendientes en la agenda, pero reconocer los avances es un motivo para continuar el paso de quienes buscamos que las mujeres tengamos acceso a una vida libre de violencia.