«EL ARCÓN DE HIPATIA» Mujeres presas: la rabia es por la inequidad y la injusticia - Mujer es Más -

«EL ARCÓN DE HIPATIA» Mujeres presas: la rabia es por la inequidad y la injusticia

 

El jueves 18 se llevó a cabo la celebración del Jueves Santo en el Centro de Readaptación Social (Cereso) de Mérida, encabezada por el arzobispo de Yucatán, monseñor Gustavo Rodríguez Vera, quien durante la liturgia dijo que “hoy se vive un feminismo rabioso”.

En entrevistas añadió que, “desde nuestro punto de vista cristiano se equivocan, porque quieren que la mujer no sólo ocupe los lugares del hombre, sino que sea como un hombre”. Dijo que “la iglesia sí quiere que se dignifique a la mujer, que se le respete, que se le dé su lugar, pero sin enfrentamientos; que la mujer no pierda lo que es ella misma (…) cada quien en su lugar”.

Peor ocasión no pudo escoger el Arzobispo para emitir semejante declaración. Al hacerlo precisamente en un Cereso femenil sólo exhibe su total desconocimiento de las condiciones de las mujeres presas en el país.

En México, 10 mi 665 mujeres están privadas de la libertad y casi la mitad de ellas, el 47.6 por ciento, se encuentran en prisión preventiva en espera de una sentencia, según informó la organización Asistencia Legal por los Derechos Humanos (Asilegal) en el marco de la conmemoración del 8 de marzo.

En México, la aplicación de la prisión preventiva, ya sea por oficio o justificada, es proporcionalmente mayor en las mujeres que en los hombres: el 38 por ciento de hombres (71 mil 179 personas) y el 45 por ciento de las mujeres (4 mil 682 personas) están privadas de la libertad sin haber sido declaradas culpables, según el cuaderno mensual de Información Estadística Penitenciaria Nacional, que tiene datos actualizados hasta noviembre de 2018.

Asimismo, pese a que el artículo 18 de la Constitución y la Ley Nacional de Ejecución Penal exigen aplicar la perspectiva de género en la imposición de medidas cautelares y penas, existen diez centros penitenciarios en los que no se permite la estancia de menores de edad con sus madres, informó la organización al portal de Aristegui Noticias.

También se destacó que, en algunos centros en los que sí se les permite la estancia, los menores carecen de servicios de salud, alimentación y educación.

La proporción de mujeres presas en las cárceles mexicanas, la mayoría por relaciones tóxicas con sus maridos, novios, padres o hermanos, se ha incrementado en los tres últimos años. Creció un 72 por ciento en 2015 y un 103.3 por ciento en 2016 y 2017, según un informe de la ONG Equis Justicia para las Mujeres A.C, realizada en tres centros penitenciarios femeninos.

El informe, retomado por El País, enuncia que hay varios motivos por los que una mujer delinque: por violencia de género, feminización de la pobreza, adicciones, o un ambiente delictivo en el que los hombres suelen ser la cabeza.

Lo anterior no es nuevo. En su informe especial sobre las mujeres internas en los centros de reclusión en el país de 2015, la CNDH ya lanzaba la advertencia sobre una serie de irregularidades, como deficiencias en instalaciones, alimentación y atención médica; condiciones de hacinamiento y sobrepoblación, y falta de separación entre hombres y mujeres.

Ante semejantes datos, sería interesante saber si el Arzobispo sigue pensando que el feminismo es rabioso.

La defensa de nuestros derechos no es rabia, Arzobispo: es justicia. Esa justicia que miles de mujeres reclusas no pueden vivir. Ya no podemos ser presas de estereotipos ni silenciadas ante las injusticia, pues el ser mujer no es una condena.

 

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