«EL ARCÓN DE HIPATIA» Cerrar los ojos a la violencia sexual es la inmadurez de la sociedad - Mujer es Más -

«EL ARCÓN DE HIPATIA» Cerrar los ojos a la violencia sexual es la inmadurez de la sociedad

 

Un juez que sugirió que una víctima de violación debería haber cerrado sus piernas mostró “inmadurez emocional” y podría ser suspendido por mala conducta, según un Comité de Ética judicial de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos.

El juez John Russo Jr. provocó indignación después de que le preguntó a una mujer si sabía cómo “impedir que una mujer tuviera relaciones sexuales”. Durante la audiencia, el juez insistió: “¿Sabes cómo evitar que alguien tenga relaciones sexuales contigo? ¿Cerrar las piernas? ¿Llamar a la policía? ¿Hiciste alguna de esas cosas?”

Esta aberrante conducta no es un caso aislado. En 2016, en España, la jueza María del Carmen Molina Mansilla preguntó a una mujer, víctima de agresiones sexuales por parte de su expareja, si había cerrado bien las piernas. En este caso, ni siquiera prosperó la queja.

En México, el proceso para denunciar ha sido múltiples veces denunciado como un calvario para las víctimas, las cuales, en muchas ocasiones, optan por callar para evitar la revictimización.

Al margen de la polémica generada alrededor de la validez de los métodos y veracidad de las denuncias de #metoo, hashtags como ése y #miprimeracoso han evidenciado que el abuso sexual está muy presente en nuestro entorno, y es más común de lo que hubiéramos deseado.

La violencia sexual es un hecho que transgrede lo más íntimo del individuo, violencia presente desde la infancia, la cual afecta por género, siendo las mujeres —desde niñas— las más propensas a ser víctimas.

Cada año, más de 4.5 millones de niñas y niños son víctimas de abuso sexual en México, lo que le da el primer lugar mundial en estos delitos, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

De acuerdo con los pocos datos existentes, se sabe que en el 2015 más de 300 menores de edad requirieron atención hospitalaria en México por casos de abuso sexual, siendo niñas y mujeres adolescentes casi el 88 por ciento de las víctimas. En el caso de mujeres y menores, sigue prevaleciendo la no denuncia. Únicamente una de cada diez violaciones sexuales cometidas contra niñas y adolescentes es denunciada en México, aseguró la organización civil internacional Ipas en la presentación de 2018 del informe “Violencia sexual y embarazo infantil en México: un problema de salud pública y derechos humanos” .

Estamos frente a un panorama lleno de brumas. Por un lado, estamos ante un justo despertar de señalamientos de abusos sexuales que no se pueden permitir más, pero con la necesidad de dar un cauce legal y legítimo a las denuncias; pero con un sistema deficiente que, en la mayoría de las veces, revictimiza, juzga y pone a prueba a la víctima. Porque en la violencia sexual, la víctima tiene que probar su inocencia.

Estamos sobrepasados, con urgencia de protocolos de protección a víctimas, sensibilización de instituciones y funcionarios, y procesos justos y con preservación de derechos para todos.

No podemos ir ojo por ojo, pues quedaremos ciegos, pero tampoco nos pueden pedir callar. ¿Estará México listo para realizar ahí una transformación de fondo?

Al fondo del arcón

La periodista Sarai Paz es uno de los pocos casos de denuncia de abuso sexual y laboral con nombre y apellido en el #MeTooPeriodistasMexicanos. Su testimonio contra el sitio de noticias Cultura Colectiva debió haber desatado un escándalo mucho mayor, pero quedó completamente invisibilizado, perdido entre cientos de denuncias anónimas. ¿No será hora ya de darle seguimiento a éste y otros casos de quienes sí dieron la cara?

 

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