Generar empleo en la era AMLO - Mujer es Más -

Generar empleo en la era AMLO

 

Ya tuvimos un presidente (Luis Echeverría) que se aventó la puntada de asegurar que “la economía del país se maneja desde Los Pinos”. Hoy desde Palacio Nacional, López Obrador juguetea con el tema de cuánto crecerá la economía, contradice al Banco de México y a su propia Secretaría de Hacienda, desestima la desaceleración que asoma en el horizonte y asegura que todo saldrá mejor de lo que pronostican los análisis.

Echeverría acabó constatando, de manera muy amarga, que la generación de empleo y la productividad del país dependen más bien de que la inversión privada fluya.

El encontronazo entre la doctrina gubernamental y la realidad contante y sonante de los mercados, hundió en aquel entonces al país en tres sexenios de crisis económica (1970-1988). El régimen perdió en ese juego de vencidas, su desgaste llevó primero al surgimiento del Frente Democrático de Cuauhtémoc Cárdenas en el 88, y luego a la alternancia en el 2000.

Lo que los políticos no acaban de entender es que el dinero del gobierno no basta para satisfacer las necesidades del país, además de que por definición el presupuesto público es ineficiente. En otras palabras, el gasto que ejerce el Estado tiene propósitos sociales más que productivos, por lo que puede paliar situaciones de pobreza pero no necesariamente propiciar prosperidad social, al menos no en el corto plazo. Esa chamba le corresponde a la Iniciativa Privada.

En ese sentido, me preocupa ver a AMLO juguetear en las conferencias mañaneras, respecto a cuánto crecerá la economía. Como si fuera un chiste eso de que se genere o no riqueza y por ende empleos.

Para cuando se confirmen los malos augurios (el turismo ya registra una fuerte desaceleración a cuatro meses de la toma de posesión) ya no estará Peña Nieto en el radar para echarle la culpa. Ni modo de responsabilizar a la mafia del poder, cuyos integrantes más conspicuos (señalados por el propio AMLO en el pasado) ahora cohabitan con su régimen en la gobernanza del país (baste recordar la cena convocada en terrenos de Televisa, para que el tabasqueño se reuniera con el yerno de Trump hace unas semanas).

La realidad es más necia que las ideologías, y si el presidente insiste en decretar desde Palacio, que todo saldrá bien sin que haya respaldo en los hechos para que así suceda, su gobierno podría enfrentar un amargo retroceso electoral en las elecciones intermedias.

Ya le pasó a Fox en 2003 quien, con todo y su popularidad y la campaña de “quítale el freno al cambio”, no logró arrebatarle el control del Legislativo al PRI en ese entonces, lo que significó que la segunda mitad de su sexenio se perdiera sin lograr los grandes cambios estructurales prometidos.

Ahora Morena podría perder su mayoría en la Cámara de Diputados en 2021 si de aquí a entonces empieza a haber desempleo, carestía, apagones eléctricos, escasez de gasolina, y si además continúan elevados los índices de violencia.

Este catastrófico escenario no es descabellado toda vez que las cosas en Pemex, CFE y seguridad pública no acaban de cuajar, así como tampoco se ve la lógica de haber desaparecido la promoción de la marca “México” en el mundo, para canalizar ese presupuesto a un Tren Maya, cuyos usuarios podrían no llegar a existir, precisamente por falta de promoción.

Vistas así las cosas, generar empleos en México podría convertirse -nuevamente, como en muchas otras épocas del país- en todo un milagro.

Sigo creyendo que AMLO es un tipo bien intencionado y que varios de sus proyectos merecen un tiempo prudencial para cuajar, pero si las improvisaciones continúan, la necia realidad acabará arrebatándole la iniciativa política al gobierno, con el consecuente caos. Que termine el capitalismo de cuates, sí, que no haya más neoliberalismo tampoco, pero se requiere en cambio un plan sustituto eficaz.

@rodriguezrraul

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