«CUARTO PISO» El polémico #MeToo mexicano - Mujer es Más -

«CUARTO PISO» El polémico #MeToo mexicano

 

En los últimos años, la violencia, abuso, hostigamiento y acoso sexual hacia las mujeres ha crecido excesivamente en todo el mundo.

Al mismo tiempo, han surgido grupos de mujeres en todas las latitudes que levantaron la voz para acusar a los agresores.

En Estados Unidos el movimiento #MeToo cobró relevancia a finales de 2017 para denunciar el hostigamiento, acoso y abusos sexuales en Hollywood, luego de las acusaciones contra el productor de cine Harvey Weinstein. El movimiento se extendió a casi un centenar de países.

Tarde, pero México no fue la excepción. Algunas actrices dieron la cara y se sumaron al #MeToo. El centro de las denuncias era el medio cinematográfico. Sin embargo, hace apenas unas semanas, ese movimiento irrumpió las redes sociales, para, de manera anónima, señalar a integrantes de diversos gremios, como escritores, músicos, empresarios, académicos, políticos y periodistas.

Movimientos, grupos u organismos que ayuden a las mujeres a defenderse del terror que pueden vivir, son bienvenidos. En una sociedad, donde cientos de mujeres son violentadas todos los días, nadie podría estar en contra de ello.

Pero la forma en que llegaron a las redes ha generado una enorme polémica.

El abuso y acoso sexual hacia las mujeres es un gravísimo problema que sin duda se debe atender y de manera responsable, a través de una denuncia judicial, en la que se investigue y castigue a los agresores.

Muchas mujeres por miedo a represalias, por presiones, porque no confían en el sistema de justicia en México, incluso porque prefieren evitar el martirio de ir a un ministerio público, han optado por denunciar con nombre y apellido a sus agresores, en las redes sociales.

Con el #Metoo mexicano, quienes han sufrido desde abuso de poder, hasta violaciones sexuales, encontraron una oportunidad para revelar sus casos y acusar.

Pero el riesgo es muy alto, porque las acusaciones son anónimas. Aprovechando ese escudo ¿cuántas imputaciones podrían estar inducidas por la venganza, el rencor, el chantaje o simplemente por un conflicto amoroso?

Sin duda habrá acusaciones verdaderas, que se desvanecen por culpa de historias inverosímiles que se leen en algunos textos denunciantes.

¿Cuántas personas y familias saldrán dañadas por la perversidad?

Cuestionables o no, las formas del movimiento #MeToo, evidenciaron lo que ya sabíamos, los problemas a los que se enfrentan a diario las mujeres. Acoso sexual, laboral, diferencias por cuestiones de género, desaparecidas, feminicidios y agréguele varios más.

Hace unos días se dieron a conocer nuevos datos de los feminicidios.

Cada día son asesinadas 10 mujeres en México. En 2015 se cometieron 2.6 feminicidios cada 24 horas.

Un flagelo que no ha sido prioridad en las políticas públicas, que se desbordó y es impostergable atajarlo.

Otras cifras dramáticas las dio a conocer el Conapred: 18 por ciento de los hombres mexicanos cree que las mujeres son violadas por provocadoras.

El 47 por ciento de las mujeres de 15 años o más, ha sufrido algún tipo de violencia por parte de su pareja.

Cuatro de cada 10 mujeres han experimentado humillaciones, encierros, amenazas de su pareja o vigilancia constante.

Según el Sistema Nacional de Seguridad Pública en el 2018, se cometieron 28 mil 816 homicidios dolosos en México, de los cuales 834 fueron reportados como feminicidios, es decir, el 2.3 por ciento.

El panorama es desolador.

Esperamos con buenos deseos que la estrategia del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador combata de manera eficaz esta calamidad.

Continuar con la indolencia de las administraciones pasadas y ser testigos de cómo aumentan las cifras de mujeres asesinadas sería lo peor que nos pudiera pasar como nación.

 

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