«CEREBRO 40» “Las musas de Nicolás” - Mujer es Más -

«CEREBRO 40» “Las musas de Nicolás”

 

Más que una columna les quiero compartir una emoción.

Se vale porque además han sido días y meses difíciles, pareciera que todo en el ambiente habla de catástrofe, abuso y desgracia, por eso me tomo la libertad de contarles algo que me sucedió esta semana y todavía me hace sonreír.

Tengo tres hijos, dos niñas y un wey, tener hijos creo yo, es una de las máximas fuentes de Alegría que hay en la vida, por eso a pesar de las dificultades y de las malas expectativas seguimos trayendo niños al mundo, a pesar de que los embarazos son horrendos pero no tanto como los partos, a pesar de que nos despedimos muchas veces de nuestra libertad para hacer todo lo que nos venga en gana, de nuestra belleza física en muchas ocasiones, de nuestra economía personal y hasta de nuestra salud. Los hijos son lo único por lo que alegremente dividimos nuestra pizza, nuestro sillón y nuestro tiempo.

Esta semana mi hijo, me platicaba sus cosas del colegio, las vicisitudes de la edad, los conflictos propios de la adolescencia, las dudas existenciales que tienen él y sus compañeros acerca del futuro, de las decisiones que tienen que empezar a tomar, etcétera.

En algún momento pasamos por el tema de las niñas, muy por encimita y con mucho tacto, porque ustedes padres y madres que me leen, saben que el tema es álgido y que en cualquier momento el cangrejo da marcha atrás y se entierra en la arena, yo como no queriendo la cosa, con cara de circunstancia escuchaba lo que él decía, sin opinar nada para no echar a perder el momento.

El susodicho niño me platicaba sobre lo difícil que resulta a los chicos entender a las integrantes del sexo opuesto, de cómo se conflictúan todo el tiempo él y sus amigos para no decir cosas que incomoden a las chicas y todo eso.

Quiero presumir y si, sin ninguna modestia que mi hijo es un hombre tremendamente feminista, no sé si porque no le quedó de otra, pues en casa predominamos las mujeres o porque es un ser fuera de este mundo, me atrevo a decir que son las dos razones, me emociona tanto escucharlo hablar. Él estudia en una prepa pública por tres razones, ayudar en la economía familiar, asegurar su pase a la UNAM para estudiar medicina y porque es un excelente estudiante.

Todo eso es bueno, pero lo mejor de todo es lo que aprende cada día, lo que ha ido recogiendo en el camino y ha vuelto parte de su filosofía de vida.

Él ayer me dijo lo más bonito que yo he escuchado acerca de las mujeres.

Me dijo que las niñas de la Prepa 6 (o bueno de las prepas públicas y similares) que son con las que él trata, podrían ser por sí mismas, cada una de ellas musas de cualquier poeta, cineasta o filósofo, que son niñas llenas de encanto, de fuerza, diferentes, genuinas, que son auténticas y rebeldes, que son niñas que luchan diario por hacerse de un lugar, por hacerse escuchar, por decir quiénes son y qué quieren, llenas de preguntas, motivos, ideales, que no se callan, que siempre se apoyan, que son mujeres en toda la extensión de la palabra, listas para emprender cualquier batalla, originales, seguras de sí mismas, auténticas y valientes.

No hay mucho que uno pueda decir después de escuchar esto, difícilmente uno puede articular un enunciado coherente, las emociones se alteran de tal manera que dejan de ser controlables.

Yo se los comparto porque no puedo guardarlo para mi sola, quisiera también tener una foto para que vieran la cara de emoción que tenía cuando hablaba de ellas, esa se queda en mi recuerdo por siempre y en mi orgullo de madre, ahora segura de que vamos por buen camino.

Las malas noticias siguen, pero la esperanza en los jóvenes me da todos los motivos para seguir tirando y enfrentando las dificultades.

Cuando escuchamos a los jóvenes hablar, nos damos cuenta que somos mucho más que cualquier problema.

 

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